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El nuevo libro de Walser: una novela que no es tal

Heike Mund
7 de abril de 2018

"Pechos empinados", "colinas encrispadas"... éstas son algunas de las formulaciones del nuevo libro de Martin Walser.

 Martin Walser
Martin WalserImagen: picture alliance/dpa/P.Seeger

"El ser humano es un poeta. Y cuando no es más poeta, tampoco es más ser humano", escribió Martin Walser en abril de 1979 en su diario. Desde aquel entonces vivir y escribir están indisolublemente ligados para él. Este credo es el motor para su escribir inagotable. Sus diarios –en tres volúmenes– ya fueron publicados como testimonio literario y pasaron a integrar su obra completa.

El último libro de Martin Walser es "Gar alles oder Briefe an eine unbekannte Geliebte", publicado el 27 de marzo. Se trata de un tomo estrecho, de 112 páginas, más bien un ensayo en forma de calendario, reflexiones en forma epistolar, un autocerciorarse de manera literaria. Pero, según Regina Steinicke de la editorial Rowohlt de Hamburgo, fue el famoso autor quien insistió en que el libro fuera publicado como novela.

Meditación literaria sobre la vida

Su última novela, "Statt etwas oder Der letzte Rank" (2017), tenía breves 52 capítulos y fue clasificada de manera benévola por los críticos literarios como una "obra maestra de la era tardía de Walser". El semanario Die Zeit lo describió como "autorretrato interior". El diario Süddeutsche Zeitung habló de "una meditación sobre una larga vida". Lo mismo se podría decir de su libro actual. Pero éste no es una obra maestra.

El contenido del nuevo libro de Walser se puede resumir rápidamente: debido a un descuido el concejal de Gobierno Justus Mall pierde su puesto en el Ministerio de Justicia bávaro y vive ahora como filósofo independiente, lo cual no es una mala opción para él. A través de un blog intenta conquistar a una desconocida: "Sin ingreso fijo. Ni pobre, ni rico. Vivo bien hasta que se me ocurre algo que no se le ocurre a cualquiera".

Placer inventando su propia verdad

El nuevo libro de Martin Walser.

"La mentira en la novela es fantástica. Es una variación de la verdad", le desvelaba Walser a su hijo Jakob Augstein, a quien reconoció tardíamente como tal. En "Das Leben wortwörtlich" fueron publicadas las conversaciones entre Walser y Augstein, columnista del semanario Der Spiegel y editor de Der Freitag. Este placer de inventar la propia verdad literaria resuena también en el más reciente Walser. Pero las excursiones en la correspondencia fictiva con una desconocida agotan en el autorreflejo de su alter ego literario, Justus Mall. Falta una historia, falta una relación y la tensión entre hombre y mujer.

Martin Walser corresponde sólo consigo mismo, no hay interlocutor. Las anotaciones, al estilo de un diario, del concejal Justus Mall, jubilado forzosamente, giran siempre en torno a lo mismo que ya conocemos de libros anteriores: Walser y las mujeres. Las mujeres y Walser.

Una y otra vez el protagonista se sume en la autocompasión y busca autoconfirmación. No divierte nada leer esto: "Quizás mi carta a Usted, Sra. Desconocida, lleve a que yo acepte cuán incomprensible soy. Entonces sabré que no me siento solo sin razón: Si nadie más te da la razón, estás solo".

Fantasías de señor mayor y pechos empinados

Súbitamente, en el medio de su "novela", Walser confiesa ser un admirador del presidente de Estados Unidos: "1ero de abril 2017. Desde el principio de la campaña electoral contra Mrs. Clinton, sentí a Mr. Trump como un elemento vital. Con sus frases embarazosas, ganó mi simpatía".

 

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Quizás fue esta manifestación pública de simpatía la que inspiró a Walser a incluir en su libro insoportables fantasías de señor mayor, que su editorial habría hecho bien en evitar: "...la mirada inolvidable de una chica que celebra sus pechos. Continuamente tira su vestido de lino sobre sus colinas encrispadas y lo mira a uno, como si supiera qué es lo que uno piensa cuando la mira".

También hay "pechos empinados" que cruzan la mirada de aquel que busca cercanía. Al final llega la redención en la última anotación: "No más pedidos de auxilio vía blog. Llevo todo al papel y lo llamo entonces una novela".

"La escritura puede hacer todo más lindo"

Cuando Martin Walser cumplió 90 años, muchos periodistas le preguntaron por qué seguía escribiendo libros a su edad. Él respondió que "cada novela echa al final una sombra blanca. Esto me quedó claro por primera vez con Dostoievski. ¿Por qué nos sigue gustando leer sus escenas más terribles? Porque la realidad pierde su horror cuando está escrita". "Yo experimenté que, al escribir todo se puede volver lindo", dijo Walser a sus lectores. Y es así que escribe el mundo como le gusta a él, con una amante desconocida delante de sus ojos.

Martin Walser vive junto al Lago de Constanza.Imagen: picture-alliance/dpa/P. Seeger

Cuando su hijo, Jakob Augstein, le preguntó si era un escritor político, Walser respondió con asombrosa autocrítica: "A partir de la suma de mis experiencias digo hoy: ¡No! Pasé una parte de mi vida al servicio de tener la razón. Yo fui lo que se llama un intelectual y como tal mi tarea era tener la razón". Y agregó: "Hace mucho ya que no me cuento entre los escritores que saben cómo debe de ser todo".

Martin Walser tiene 91 años (los cumplió el 24 de marzo), pero no pierde las ganas de discutir. Paralelamente a su nuevo libro se publicó la colección de entrevistas "No me gustaría morirme hoy". Allí habla sobre su escritura, sus musas y sus enemigos. Y –tal como acostumbra hacerlo– gira la gran "rueda de la historia". Habla sobre la relación entre mundo y literatura, sobre la historia alemana reciente. Walser como testigo de su época y observador filosófico al margen de los hechos políticos.

"Llego a la conclusión de que mis tiradores son inmortales"

Un autor tan famoso como Martin Walser tampoco teme compararse con los verdaderos grandes clásicos de la historia de la literatura, como confesó en una entrevista en 2015. "Goethe, por ejemplo, llegó a la conclusión de que algo tan grandioso como él no podría desaparecer y que ya por eso tendría que haber alguna forma de inmortalidad. Pero si yo lo pienso, llego a la conclusión de que únicamente mis tiradores son inmortales", ha dicho.

El humor inequívoco de Walser. Pero la impresión de su obra literaria es otra cosa, está estrechamente ligada a la melancolía de su región natal, el lago de Constanza. "No hay suerte sin desgracia y tampoco hay desgracia sin suerte. Nada es real sin su contrario. Yo lo llamo la suerte de la desgracia. Ese es mi estado de ser. Para poder mantenerlo es que escribo". Esto vale para todo escritor mientras viva. No hay nada que agregar.

Autor: Heike Mund (VR/DZC)

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