El OIEA tendrá presencia fija en central de Fukushima
7 de julio de 2023
El Organismo Internacional de Energía Atómica tendrá "presencia permanente" durante décadas en la accidentada central de Fukushima para supervisar el vertido al mar de aguas residuales y alertar sobre irregularidades.
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El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) tendrá "presencia permanente" durante décadas en la accidentada central de Fukushima , en Japón, para supervisar el vertido al mar de aguas residuales y alertar en caso de detectar irregularidades, según dijo su responsable, Rafael Mariano Grossi, este viernes (7.07.2023).
El OIEA ha llegado a un acuerdo con las autoridades niponas y con la operadora de la central, Tokyo Electric Power Company (TEPCO) para tener una oficina fija en las instalaciones atómicas mientras se prolongue el proceso de descarga al Pacífico del líquido tratado en paralelo al desmantelamiento de la central, dijo Grossi.
"Analizaremos la descarga para comprobar que se produce dentro de ciertos parámetros y que no supone ningún daño para el medio ambiente", explicó Grossi durante una rueda de prensa en Tokio, al término de su visita a Japón para presentar las conclusiones de la evaluación de la OIEA sobre el plan nipón para deshacerse del agua acumulada en Fukushima Daiichi.
"Si detectamos algún problema, alertaremos a las autoridades japonesas, que serán las que tendrán que actuar", añadió Grossi, quien recordó que el OIEA "ofrece una evaluación técnica" del vertido pero "no tiene autoridad para detener ni para empezar la descarga".
El organismo publicó el pasado martes su informe que establece que el plan japonés para verter al Pacífico toneladas de agua contaminada y procesada para retirarle la mayor parte de los residuos radiactivos "cumple los estándares de seguridad internacionales" y tendrá un impacto "insignificante" para la salud humana y el medio ambiente.
China y Corea del Sur se oponen al vertido
El visto bueno del OIEA al plan nipón no ha bastado para apaciguar la oposición que siguen mostrando los pescadores locales de Fukushima a la medida, ni la inquietud que el vertido inminente ha generado en algunos países vecinos como China o Corea del Sur.
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Respecto a las dudas o críticas alrededor de la seguridad del vertido, Grossi expresó su "plena confianza en el proceso de evaluación" llevado a cabo por la OIEA y en sus "sólidas" conclusiones, y reiteró que los residuos de materiales nucleares que pueden ir a parar al Pacífico suponen "dosis insignificantes".
El diplomático argentino dijo "entender" el rechazo que sigue generando el vertido, e incluso reconoció que es "lógico" que sea así al tratarse de un asunto "difícil de entender para quienes no sean expertos".
Por eso, añadió, el OIEA y las autoridades niponas "deben poner en marcha medidas para evitar que cause ningún daño" y "aumentar sus esfuerzos para explicar debidamente" lo que supone el vertido.
Con ese objetivo, Grossi viajará este mismo viernes a Corea del Sur, donde permanecerá hasta el domingo y mantendrá encuentros con las autoridades nacionales, y posteriormente viajará a otros países insulares del Pacífico que también han expresado preocupación por la descarga de agua de Fukushima.
China, que ha criticado con dureza el plan y pedido a Japón que lo abandone, señaló hoy mismo que sus autoridades aduaneras aplicarán un "alto grado de vigilancia" sobre las importaciones de alimentos procedentes de Japón, a raíz de la "preocupación entre los consumidores chinos" sobre la seguridad de los productos nipones.
En Corea del Sur, pese a que las encuestas muestran que un 80 % de su población se opone al vertido nipón y el principal partido de la oposición viene expresando un fuerte rechazo a la medida, el Gobierno publicó hoy un informe elaborado por un grupo de expertos propio cuyas conclusiones son similares a las del OIEA.
CP (efe, afp)
Los pescadores de Fukushima temen por su supervivencia
La compañía de electricidad japonesa Tepco quiere verter al mar más de un millón de toneladas de agua de refrigeración tratada procedente de la central nuclear clausurada. ¿Significa esto el fin de la pesca en la región?
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
El viejo y el mar
Ya asoma el sol en el horizonte cuando el pescador Haruo Ono, de 71 años, descarga sus presas en el pequeño puerto de Shinchimachi. Desde hace medio siglo, Ono, pescador en la tercera generación, se hace a la mar desde Shinchimachi, a solo 55 km al norte de la planta de energía nuclear Fukushima Dai-ichi, el lugar donde ocurrió uno de los peores desastres nucleares del mundo en 2011.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Pescar para sobrevivir
Mientras limpia su pescado, Ono recuerda el día que lo cambió todo: el 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9 provocó un tsunami con enormes olas en la costa este de Japón. El pescador sobrevivió en su bote, pero su casa en tierra fue destruida. Perdió a un hermano menor. El tsunami también golpeó la planta de energía nuclear de Fukushima.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Pesca en aguas contaminadas
La radioactividad liberada durante la catástrofe nuclear de Fukushima paralizó por completo la industria pesquera de la región. Tras 12 años, hay signos de una ligera recuperación en los precios del pescado. Ono considera "intolerables" los planes de la compañía energética Tepco de desviar el agua contaminada al mar: "Entonces tenemos que empezar de cero otra vez", advierte.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Tanques de agua contaminada
La manzana de la discordia: los innumerables tanques de agua sobre el terreno de la planta nuclear siniestrada de Fukushima. Según las autoridades, los tanques deben ser retirados antes de la reconstrucción del lugar. El agua se usó principalmente para enfriar los reactores luego de la catástrofe.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Discusión sobre el agua refrigerante
Un empleado de Tepco sostiene una prueba de agua procesada, que se filtra y se diluye. Tepco y el gobierno afirman que así ya no es peligrosa. Pero contiene rastros de tritio, y, aunque este isótopo radioactivo es relativamente inofensivo, los pescadores temen que, al verterse el agua en el mar, esta pueda terminar otra vez con la base de sus ingresos, y que tengan que empezar otra vez de cero.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
¿Todo bajo control?
La empresa de energía Tepco y el Gobierno de Tokio confían en estándares de pruebas de radiación, que son más estrictos que los de otros países que también descargan agua procesada. El lanzamiento también fue aprobado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). "Tenemos el equipo para hacer que el agua sea segura", dijo a Reuters el portavoz de Tepco, Tomohiko Mayuzum.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Piscicultura en la central nuclear
Para demostrar cuán inofensiva es el agua tratada, Tepco está criando lenguados en tanques en la planta de energía Fukushima Dai-ichi fuera de servicio. Toshihiro Wada, de la Universidad de Fukushima, puede comprender las preocupaciones de los pescadores: el anuncio de Tepco de que drenaría el agua contaminada fue "desafortunado" para las pesqueras de la región, que recién se están recuperando.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
La pesca, primordial para la supervivencia
Antes de vender el pescado, Haruo Ono vierte su captura en un tanque de agua, en el puerto. Está enojado con Tepco: "El mar no es un bote de basura", dice, y pregunta: "¿Por qué vierten el agua al océano en Fukushima? ¿Por qué no en Tokio u Osaka?". La gente de la región ya ha sufrido bastante, y ahora se les hace la vida aún más difícil, dijo en entrevista con Reuters.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Trabajar en el mar hasta morir
Ono se encuentra en el lugar donde antes estaba su casa. Después del tsunami, el área se convirtió en un parque. Aunque su nuevo hogar está cerca de allí, el hombre de 71 años quiere "trabajar en el mar" hasta su muerte. Pero es pesimista sobre el futuro de la pesca: "Es demasiado insegura para vivir", lamenta.