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El orgullo de la "vieja Europa"

23 de enero de 2003

La diplomacia acelera sus motores para intentar evitar la guerra contra Irak, mientras las reprimendas de Washington a sus aliados díscolos de la "vieja Europa" provocaron irritadas reacciones en Francia y Alemania.

Rumsfeld: lo suyo no es la diplomacia.Imagen: AP

Lejos de hacer entrar en vereda a Berlín, las críticas del secretario de Defensa estadounidense contra aquellos que no secundan sus intenciones de lanzar una operación militar contra Irak terminaron por herir también el amor propio de los franceses. París no está acostumbrado a reprimendas del calibre de las lanzadas por Donald Rumsfeld, quien calificó a Francia y Alemania como "la vieja Europa", agregando que la mayoría de los europeos está con Estados Unidos. En consecuencia, la reacción natural de los aludidos fue cerrar filas más allá de lo que habría parecido imaginable hace apenas unos días.

Schröder no está solo

El presidente francés, Jacques Chirac, alabado por la habilidad con que en los meses pasados consiguió forjar puentes de entendimiento en el Consejo de seguridad de la ONU, secundó hoy en Berlín plenamente las declaraciones del canciller Gerhard Schröder. En una reunión con jóvenes de ambos países, el gobernante alemán subrayó que "debe intentarse todo para lograr mediante métodos pacíficos que se cumpla la resolución" sobre el desarme de Irak, y concluyó sentenciando que "la guerra jamás debe ser inevitable".

Claro está que Chirac no ha llegado tan lejos como su anfitrión alemán, quien reiteró que Alemania no podrá aprobar una legitimación de la guerra. Sin embargo, ahora se ve embarcado plenamente en el bando de aquellos que Washington considera "un problema". Más aún: algunos analistas estiman que la dupla franco-germana tendrá más peso para aglutinar la resistencia a una intervención militar en Europa del que podría hacer valer Berlín, en forma aislada.

Diplomacia viajera

Reforzado probablemente por esta nueva constelación, el jefe de la diplomacia alemana, Joschka Fischer, emprendió una gira para sondear las posibilidades de evitar la confrontación armada. Su primera escala es Turquía, donde también tuvo lugar un encuentro de ministros de Relaciones Exteriores del área, empeñados en el mismo objetivo. La fórmula que parece decantarse por ahora consiste en ganar tiempo y evitar que el 27 de enero, la presentación del informe de los inspectores de armas marque el fin de su trabajo en Irak.

Fischer lo ha dicho claramente: el trabajo de los expertos que dirige Hans Blix es la mejor manera de controlar eficazmente a Irak y lograr su desarme efectivo. En consecuencia, demandó que se prolongue su misión y, lógicamente, se soliciten nuevos informes. Alemania no es la única que sustenta esta opinión, para disgusto de Estados Unidos, que presiona el acelerador. Incluso en el seno de la OTAN existen discrepancias sobre el cronograma de los preparativos militares para el caso de guerra, como reconoció el propio secretario general de la Alianza, George Robertson.

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