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"El orgullo nacional conduce a la xenofobia"

Toma Tasovac22 de diciembre de 2006

El sociólogo Wilhelm Heitmeyer analizó, en entrevista con DW-WORLD, el resurgimiento del patriotismo alemán, el fenómeno del fútbol y el peligro que encierran las campañas de identidad nacional.

Bandera alemana.
La bandera alemana ondeó por doquier durante el Mundial.Imagen: dpa

Wilhelm Heitmeyer es profesor de sociología de la universidad de Bielefeld y uno de los sociólogos de mayor renombre en Alemania. Ha dirigido diversas investigaciones sobre extremismo de derecha, violencia, xenofobia y conflictos étnico-culturales y condujo durante los últimos cinco años un estudio empírico de las actitudes hostiles en la población alemana.

DW-WORLD: ¿Cuáles son las "minorías débiles" excluidas de la sociedad germana?

Wilhelm Heitmeyer.Imagen: Nele Heitmeyer

Wilhelm Heitmeyer: Operamos con el término de "síndrome de hostilidad de focalización grupal", que significa que las personas no son menospreciadas, discriminadas o incluso tratadas con violencia debido a su comportamiento individual, sino únicamente debido a su pertenencia a un grupo. Y no nos referimos sólo a personas de origen foráneo -como inmigrantes, musulmanes o, de modo diferente, judíos- sino también a homosexuales, personas sin vivienda o minusválidos.

El problema central radica en que el menosprecio puede variar de objeto según las tendencias del momento o dependiendo de los líderes que surjan para movilizar contra determinados grupos, ya sea muy sutil o abiertamente.

¿Qué se puede hacer para eliminar la hostilidad focalizada en grupos?

Ésa es una cuestión muy difícil, pero podemos comenzar diciendo que la raíz común de todos los tipos de hostilidad focalizada en grupos es la desigualdad que se atribuye a las personas. Esa desigualdad se convierte en legitimación para la discriminación o también la violencia. Por eso hay que actuar contra cualquier forma de desigualdad en el debate público o en los discursos cotidianos.

En segundo lugar, hemos constatado que aquellos que son hostiles o discriminan tienen una relación particular con su propia situación social. Los procesos de desintegración -ya sea laboral, política o social- se ven acompañados por una sensación de desorientación en la población afectada. Estos dos elementos -desintegración y desorientación- fomentan el menosprecio de grupos más débiles, lo cual constituye siempre un intento de atribuir valores positivos a la propia posición.

Ud. se mostró crítico frente a la campaña de identidad nacional que llevó el lema de "Tú eres Alemania". ¿Por qué?

Campaña antirracista encabezada por Franz Beckenbauer.Imagen: presse

En efecto, la considero extremadamente problemática. Ciertamente hay que tomar en cuenta la teoría de que semejantes campañas, las exhortaciones al patriotismo y al orgullo nacional o la discusión sobre la "cultura rectora" apuntan a ofrecer soluciones sucedáneas a los problemas de una sociedad que se desintegra. Tales campañas son concebidas como una especie de amalgama para mantener cohesionada a la sociedad. Pero cada una de esas campañas traza límites, estableciendo qué es lo propio y qué lo foráneo.

¿Ud., personalmente, no sintió orgullo durante el Mundial de Fútbol?

Hay que diferenciar las cosas. El Mundial de Fútbol se trataba de fútbol y del placer de ver jugar a la selección nacional. Eso no tiene nada que ver con el orgullo. Personalmente disfruté con el deporte.

Los medios de comunicación se mostraron encantados con el Mundial, no sólo debido al fútbol, sino porque

-según se dijo reiteradamente- los alemanes se reencontraron con su bandera. ¿Es la prensa responsable de esta especie de resurgimiento del orgullo nacional que inundó el país este verano?

Creo que muchos medios cayeron en esa marea de emociones que se percibió. Los medios son siempre amplificadores de determinados procesos y, en ese sentido, habría sido mejor que hubieran tenido una aproximación más sutil a los acontecimientos, conservando un distanciamiento crítico. Pero no puedo decir que los medios sean los causantes de tales hechos, porque no tengo datos empíricos que lo sustenten.

¿Tiene que ir el énfasis en la identidad nacional alemana aparejado de la exclusión de las minorías? ¿No existe acaso una forma de patriotismo saludable?

Nuestros análisis de largo plazo indican claramente que el orgullo nacional genera xenofobia. Eso es diferente del patriotismo aunque, para serle franco, no me agrada el término de "patriotismo saludable". El patriotismo, de acuerdo con nuestro análisis, no provoca daño si se lo define como sentir orgullo por la democracia, por ejemplo, o por los logros de la sociedad en el desarrollo de la seguridad social. Pero si el orgullo nacional se refiere a la historia de Alemania o al cliché de decir 'estoy orgulloso de ser alemán', hay que ser extremadamente cuidadosos.

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