Las conclusiones del informe sobre el año 2015 para la Conferencia de Seguridad de Múnich son negativas y, para este curso, las perspectivas tampoco son muy alentadoras. 2016 será el año de las crisis.
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Sería injusto decir que los autores del informe anual para la Conferencia de Seguridad de Múnich no han intentado presentar un par de conclusiones positivas sobre el año pasado. El 2015, sin embargo, fue un año marcado por numerosas crisis que todavía no han sido resueltas. De hecho, muchas de ellas siguen agravándose. Los pocos logros positivos están descritos a continuación:
Menos del 10 por ciento de la población mundial vive bajo el umbral de la extrema pobreza. Si comparamos las cifras con las de hace 25 años, la reducción ha sido drástica. En aquel momento, alrededor del 40 por ciento de los habitantes de la Tierra vivían en la pobreza extrema.
En París, jefes de Estado y de Gobierno de todo el planeta firmaron un acuerdo para combatir el cambio climático.
También llegaron noticias positivas desde Oriente Próximo. Tras años de difíciles negociaciones, las principales potenciales internacionales llegaron a un acuerdo con Irán acerca de su programa nuclear.
Conflictos sin fronteras
Pero, aparte de estos tres acontecimientos positivos, en 2015 se agravó la situación de varios conflictos. Lo que hace que algunos sean tan peligrosos e impredecibles es el hecho de que sigan cruzando fronteras. El mejor ejemplo de su inmensidad es, según el informe, Oriente Próximo. La guerra en Siria se ha convertido en una crisis mundial. Además, es posible que a medio plazo todas las fronteras estatales existentes en el Medio Oriente sean cuestionadas. Esto significa que la guerra seguirá expandiéndose. El conflicto de Siria se ha convertido, de hecho, en el principal motor de la crisis mundial de los refugiados. No es casualidad que 2015 fuera el año con mayor número de desplazados desde la Segunda Guerra Mundial.
Algo que ha ayudado a internacionalizar el conflicto de Siria es, sin duda, el autoproclamado grupo terrorista Estado Islámico. En aquellos Estados desestabilizados, en los que existe un vacío de poder, el grupo islamista aprovecha para expandir su influencia más allá de sus países de origen, Siria e Irak. El EI utiliza los medios de comunicación y las redes sociales más actuales, estuvo presente en los atentados de París y pretende tomar ventaja de la falta de fronteras en Europa para organizar nuevos atentados terroristas.
La principal amenaza de Europa es el terrorismo islámico, pero no es la única. La política de seguridad del continente sigue siendo incierta. El conflicto de Ucrania, por ejemplo, sigue sin resolverse, y la unidad política de Europa está siendo cuestionada por la masiva llegada de refugiados procedentes de Oriente Medio y las extremas diferencias de opinión acerca de cómo lidiar con ella, señala el informe. Para empeorar las cosas, añade, están resurgiendo los nacionalismos y la Europa sin fronteras del espacio Schengen está en peligro.
De acuerdo con el informe, crear soluciones para resolver estas crisis es difícil. Una de las razones podría ser, por un lado, la pasividad mostrada por muchos gobiernos europeos y, por el otro, el comportamiento imprudente de algunos de ellos.
¿Otro conflicto en Oriente Próximo?
Las relaciones entre Rusia y los países europeos no atraviesan por su mejor momento. En Oriente Próximo, la situación entre Irán y Arabia Saudí no podría ser peor. Según el informe, lo único que falta es una confrontación militar directa. Y eso por no hablar de la tensión existente entre Rusia y Turquía que, tras el derribo de un caza ruso por parte del ejército turco, se disparó hace unos meses. En Asia, la política exterior con fines expansivos que está desarrollando China ha causado agitación en otros Estados, algunos de los cuales reclaman que Estados Unidos interceda de forma activa. Así, el resultado del informe de seguridad y las perspectivas siguen siendo sombrías: 2016 será, probablemente, un año de crecientes riesgos, en el que no se pueden descartar confrontaciones militares. Parece que este 2016 será el comienzo de una era de inestabilidad global.
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.