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El póker por los migrantes entre México y EE.UU.

Sandra Weiß
6 de junio de 2019

La amenaza de Trump de imponer más aranceles punitivos a México a corto plazo no agrada a los republicanos. México continúa dialogando y tiene algunos ases en la manga.

Marcelo Ebrard, ministro de Exteriores de México
Marcelo Ebrard, ministro de Exteriores de MéxicoImagen: picture-alliance/dpa/J. Martin

El 5 de junio, Ciudad de México y Washington no llegaron a un acuerdo. Donald Trump había amenazado a México con aranceles punitivos del 5% desde el 10 de junio, en caso de que no detuviera el flujo de migrantes hacia el norte. Las tarifas se incrementarían progresivamente hasta el 25% en octubre, si México no hace lo exigido por Trump, a pesar de que ambos países tienen un acuerdo de libre comercio.

Una amenaza que asustó a los mercados y a los economistas. Desde entonces, el peso mexicano pierde valor. Para empeorar el asunto, las agencias Moody's y Fitch rebajaron la calificación crediticia de México. Pero eso no parece preocupar a los diplomáticos.

"El juego de ajedrez apenas está comenzando y veremos quién mueve mejor sus fichas", dice a DW Ignacio Martínez, del Laboratorio de Análisis Económico y Laboral de la Universidad Estatal Autónoma (UNAM).

Amenazas sin piso

Negociar con Trump es un largo juego de póker. Este 5 de junio hubo avances para ambas partes: Trump obligó a México a sentarse a la mesa de negociaciones para hablar sobre el control de la migración. Y México fue inesperadamente respaldado por el Partido Republicano de Trump. El líder de su fracción parlamentaria, Mitch McConnell, reveló que había poco apoyo en su partido para las tarifas punitivas.

Planta de BMW en San Luís de Potosí, MéxicoImagen: picture-alliance/dpa/BMW Group

"Tales medidas perjudicarían al mismo Estados Unidos", dijo la analista de Banco Base Gabriela Siller a DW. Como las economías están hoy fuertemente conectadas, los precios al consumidor de Estados Unidos aumentarían y las marcas estadounidenses serían menos competitivas. Algo nada atractivo para los republicanos en campaña preelectoral, a juicio de Siller. México, por su parte, probablemente pueda absorber el sobreprecio del 5% de aranceles con la devaluación del peso, cree Siller. "El escenario extremo del 25% de tarifas punitivas y un peso devaluado es poco probable".

Trump, quien no tiene mayoría en el Congreso para cercenar más la ley de asilo, desea declarar a México como un país seguro. Así, podría devolver a todos los inmigrantes que ingresan a Estados Unidos por tierra.

Albergar a cientos de miles de inmigrantes es inaceptable para México, que tiene grandes problemas sociales propios y cuya economía está creciendo poco. Inicialmente, el gobierno de México toleró las caravanas de migrantes y distribuyó visas humanitarias. Ante la llegada masiva de más migrantes, México canceló la entrega de visas, aumentó los controles y las deportaciones.

Lucha contra las causas

Ante las “medidas a corto de plazo” pedidas por Estados Unidos, México insiste en que la represión no es un remedio eficaz, y en su lugar quiere abordar las causas fundamentales con un plan Marshall para América Central, en el que pueden participar Estados Unidos, la UE y organizaciones multilaterales.

Si no hay acuerdo y Trump activa los aranceles anunciados, México sufriría una recesión a fines de año, creen analistas. Pero México puede jugar sus cartas, enfatiza Ignacio Martínez. "México puede demandar a Washington ante la Organización Mundial de Comercio o en el marco del Tratado de Libre Comercio.

Además, México puede imponer aranceles punitivos que apunten directamente a productos industriales y agrícolas provenientes de las regiones que apoyan a Trump.  Eso funcionó bien en 2018. Pero Siller, recomienda abstenerse de hacerlo: " En una guerra comercial, México tiene más que perder, debido a su mayor dependencia, Trump es impredecible y el diálogo es la mejor vía".

(jov)

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