El papa Benedicto XVI inició una visita pastoral de tres días a Austria cuyo objetivo consiste, según explicó el propio pontífice, en "apoyar a la gente en su fe".

"Necesitamos a Dios. En una vida sin Dios no hay orientación", afirmó el jefe de la Iglesia Católica ante la prensa, para agregar que sin Dios ya no sería posible distinguir entre el bien y el mal.

El motivo principal del viaje papal a Austria es el 850 aniversario del santuario mariano de Mariazell. Además, el Papa tiene previsto acudir a la Plaza de los Judíos en Viena para recordar a las víctimas del régimen nazi y visitar un monasterio cisterciense en el Bosque de Viena.

El Papa dijo que en la Plaza de los Judíos pretende mostrar "nuestra tristeza, nuestra fidelidad y nuestra amistad con los hermanos judíos". Al mismo tiempo, el pontífice se pronunció por que continúe el diálogo entre la Iglesia Católica y los musulmanes. Sin embargo, subrayó que su visita a Austria no es un viaje político.