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El Papa en tierras de Lutero

23 de septiembre de 2011

No hubo propuestas concretas de acercamiento en la reunión que sostuvo el Papa con la jerarquía protestante en un lugar de alto simbolismo histórico: el convento de San Agustín de Erfurt, donde vivió Martín Lutero.

Benedicto XVI y el presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania, Nikolaus Schneider.
Benedicto XVI y el presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania, Nikolaus Schneider.Imagen: dapd

Pocos países saben tanto de división como Alemania; ni tampoco acerca de reunificación y añoranza de unidad. “Cuando se vigilan las murallas demasiado tiempo... se rompen desde adentro” advirtió la presidenta del Sínodo de la Iglesia Evangélica (protestante) alemana, Katrin Göring-Eckardt, aludiendo a las enseñanzas de la historia reciente del país.

La fe no se negocia

El Muro de Berlín cayó, pero el que separa por ya casi medio siglo a católicos y protestantes aún sigue en pie, pese al tono cordial que se ha impuesto mayoritariamente entre ambas confesiones. Y quienes hayan esperado que Benedicto XVI llegara a Erfurt (Turingia) llevando de regalo un martillo para derribarlo, tuvieron que sufrir una decepción. La religión no es comparable a la política, al entender del visitante.

Los Estados pueden llegar a acuerdos que les parecen de mutuo beneficio y sus gobernantes pueden firmar en sus viajes al exterior tratados previamente negociados. Pero éste no es el caso de la visita del Pontífice, quien subrayó que “la fe de los cristianos no se basa en sopesar ventajas y desventajas” ni algo que se pueda “negociar”. En consecuencia, no hubo novedades que anunciar en cuanto a grandes aspiraciones del movimiento ecuménico, como la posibilidad de que católicos y protestantes compartan la comunión.

Desafío conjunto

Sí hubo, en cambio, gestos de cordialidad entre el huésped y sus anfitriones. El mismo hecho de que el encuentro se haya realizado en el convento de San Agustín, donde vivió un tiempo Martín Lutero, es considerado un gesto de gran valor simbólico. Máxime cuando Benedicto XVI aprovechó también la oportunidad para alabar el afán de búsqueda de Dios que marcó la vida del padre de la reforma protestante.

Hacer más énfasis en lo que une a las dos grandes Iglesias cristianas de Alemania, por sobre lo que las separa. Esa es la fórmula propuesta por el Papa para estrechar lazos entre católicos y protestantes y hacer frente a lo que Benedicto XVI reconoce como la principal tarea conjunta: preservar la fe. “No son las tácticas las que nos salvarán, las que salvarán el cristianismo”, dijo el Pontífice, haciendo hincapié en la necesidad de ahondar en la vivencia cristiana. Hay quienes esperaban más. Pero hay muros que tardan en caer, aunque las esperanzas ecuménicas sean especialmente vigorosas en un país que ha vivido ya la experiencia de una reunificación.

Autora: Emilia Rojas

Editor: Enrique López

 

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