Es un instante "único de nuestra historia, cuando volteamos la página de un conflicto absurdo y encaramos con ilusión el futuro". Son las palabras con las que el presidente Juan Manuel Santos celebró el pasado lunes (04.09.2017) la firma de un alto el fuego bilateral por cuatro meses con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla del país. La primera, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), son hoy ya un partido político después de su renuncia a las armas. En el proceso de paz entre el Gobierno de Santos y estos grupos armados han ejercido un papel de mediador tanto la Iglesia católica local como el propio Jorge Mario Bergoglio.

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En los cinco días que va a pasar en Colombia, con etapas en Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena de Indias, Francisco va a tratar de que esos acuerdos sean sólo el primer paso hacia una fase de reconciliación nacional. Lo explicó él mismo en su mensaje en video previo a la visita, en el que pidió una paz "estable y duradera", animando a los colombianos a tratarse "como hermanos, no como enemigos". "El mundo de hoy tiene necesidad de constructores de paz y de diálogo", dijo. El Papa recordó a la Iglesia que también ella "está llamada a promover la reconciliación", lo que supone una advertencia a los obispos colombianos, pues una parte de ellos no ha acompañado el proceso de paz.

"El episcopado nunca estuvo tan dividido"

"El episcopado nunca estuvo tan dividido", reconoce Octavio Ruiz Arenas, antiguo arzobispo de Villavicencio y actual secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización del Vaticano. Hace referencia al ambiente de crispación que se vivía entre los prelados en los momentos previos al plebiscito convocado por Santos en octubre de 2016 para refrendar el plan de paz con las FARC. Tras la victoria del 'no' en el referéndum, el Gobierno sacó adelante un nuevo acuerdo por medio de una votación parlamentaria celebrada en diciembre.

Para tratar de evitar que descarrillasen estas negociaciones, Bergoglio estuvo en contacto tanto con Santos como con las FARC e incluso citó en Roma al presidente con su antecesor, Álvaro Uribe, gran enemigo del proceso. Recibió a ambos de forma conjunta en el Palacio Apostólico pidiéndoles que mantuvieran un "diálogo sincero" y que fueran conscientes del "momento histórico" que vive su país.

Testigo de primera línea en la mediación entre el Vaticano y la guerrilla es el profesor universitario italiano Gianni La Bella, miembro de la Comunidad de San Egidio, un grupo católico con larga experiencia en la resolución de conflictos armados. "Colombia es un país lleno de deseo de venganza: ahí está el gran trabajo que hay que hacer para la paz. Una vez logrado el acuerdo comienza un problema enorme", explica La Bella. "Para salvar la paz es determinante la movilización popular, hace falta un gran trabajo en la base de la sociedad".

El Papa beatificará a dos colombianos

Es ese el gran deseo a largo plazo de Bergoglio. "Nos auguramos la construcción de una nación pacífica, reconciliada después de tantos años de violencia armada, de narcotráfico, de corrupción y de fragmentación social. La simple presencia y las palabras de ánimo del Papa tendrán sin duda una profunda resonancia en una población que es en su mayor parte católica y tiene grandes expectativas ante la visita del primer Papa latinoamericano", puede leerse en el último número de 'La Civiltà Cattolica'. Esta revista de los jesuitas refleja la postura de la Santa Sede con mucho más detalle que los escuetos anuncios oficiales, pues sus completos artículos están revisados por la Secretaría de Estado vaticana. 

Adelantando algunos de los temas que probablemente el Pontífice trate durante su estancia en Colombia, 'La Civiltà Cattolica' apuesta por superar la "instrumentalización del conflicto armado con fines electorales" para afrontar de una vez los problemas políticos y sociales que sufre el país. "Es urgente la lucha contra la corrupción, la modernización de las infraestructuras, reforzar la economía por medio del turismo, invertir más en educación, un mayor compromiso contra el cambio climático", dice la revista, destacando la necesidad de que el Estado aumente su presencia en las zonas geográficas más alejadas del país, en particular en la costa del Pacífico.

Francisco llega a una nación cuya población se sigue declarando de forma mayoritaria católica (93%), pero en la que aumenta la descristianización y crecen las Iglesias evangélicas y pentecostales. Bergoglio intentará frenar estos dos procesos con sus intervenciones, entre las que destacan las multitudinarias misas que presidirá en cada una de sus etapas. En la ceremonia en Villavicencio beatificará a dos eclesiásticos colombianos muertos por odio a la fe: el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, víctima de una revuelta popular en 1948, y el obispo de Arauca Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, asesinado en 1989 por el ELN. Esta guerrilla tuvo entre sus impulsores precisamente a varios sacerdotes, como el colombiano Camilo Torres Restrepo o el español Manuel Pérez Martínez.

Autor: Darío Menor (VT)