Deutsche Welle: Tras el histórico acuerdo de paz con los rebeldes de las FARC en diciembre pasado, comienzan ahora las negociaciones de paz con la guerrilla del ELN (Ejército de Liberación Nacional). ¿Hay paralelos entre ambos diálogos de paz?

Darío Echeverri González: La ventaja es que hay una agenda preacordada. De ésta, hay tres puntos que son comunes a la agenda negociada con las FARC. Y eso permitiría pensar que se puede avanzar más rápido.  

¿Qué relación tiene la Iglesia católica con el ELN?

Es una guerrilla que dice estar anclada a la Iglesia por aquella concepción vieja de la teoría de la liberación. El ELN y el gobierno colombiano han pedido la presencia de la Iglesia en las negociaciones. Ésta nombró a un grupo de cinco obispos y a mí, como sacerdote, para que sea el secretario.

El ELN tiene un recuerdo especial de Alemania porque, gracias al entonces presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el cardenal Lehmann, se llevaron a cabo en 1998 unos diálogos de paz entre el ELN y la sociedad civil, en Maguncia. Lástima que fracasaran. Pero el ELN mira a la Iglesia católica en Alemania, que ha ayudado tanto a la Iglesia católica en Colombia, con mucha fe, con mucha esperanza.

¿Cuáles son las diferencias entre la guerrilla del ELN y las FARC?

Las FARC son el grupo guerrillero más grande y antiguo de América. El ELN es más pequeño que las FARC, pero tiene otra concepción de la política, de la democracia y de la sociedad. Esa es una de las grandes dificultades: con las FARC, se negoció con el equipo negociador en La Habana. Con el ELN, se va a negociar y se tiene que ir consultando a las bases. Es un grupo más federado, el otro es más centralista, más vertical.

¿Es posible poner fin al conflicto armado en Colombia, que ya dura más de 50 años, sin un acuerdo de paz con el ELN?

Un acuerdo con las FARC sin un acuerdo con el ELN no permite la verificación del cese al fuego. Ojalá que esta negociación prospere, que llegue a buen puerto. La negociación no va a ser fácil; si con las FARC fue difícil, con el ELN puede ser igual de difícil.

Pero la presión sobre el ELN es enorme. Tanto a nivel nacional como internacional…

Ojalá el ELN entendiera dos cosas. Primero: el contexto internacional está cambiando. Segundo: el año entrante empieza un proceso de elecciones presidenciales y parlamentarias en Colombia. Y entonces, indudablemente, las condiciones no van a ser las mismas, no va a ser fácil. Pueden incluso empeorar. Por eso la Iglesia va con todas las baterías puestas a las negociaciones en Quito, y queremos dar razones de confianza. Pensamos en el bien común de todos los colombianos, en lo lindo que sería Colombia si tuviéramos una paz negociada con las FARC y con el ELN.