Deutsche Welle: ¿Qué caracteriza a la extrema derecha?

Cas Mudde: La extrema derecha comprende la ultraderecha y la derecha radical. La ultraderecha está contra la democracia en sí, contra la soberanía popular y el gobierno de la mayoría. La derecha radical acepta todo esto, pero tiene problemas con la democracia liberal, especialmente con los derechos de las minorías, la separación de poderes y con el Estado de derecho. Para la extrema derecha, es crucial el nativismo, la creencia de que todo el que no sea nativo de ese lugar supone una amenaza. Esas ideas se normalizaron en las democracias occidentales alrededor del año 2000. La razón principal fueron los ataques terroristas del 11 de septiembre. La respuesta fue un discurso sociocultural en el cual se vinculan cuestiones de identidad y seguridad.

En ese contexto ¿dónde situaría usted a Bolsonaro?

Él encaja en ese contexto, pero con algunas diferencias. El factor determinante para Bolsonaro no es el nativismo, aunque también es una cuestión central en su ideología. Lo determinante para su éxito fueron el autoritarismo y el restablecimiento del orden.

Bolsonaro lanzó el jueves (21.11.2019) un nuevo partido, Alianza para Brasil. ¿Cómo valora usted esa iniciativa?

Bolsonaro llegó al poder con una especie de coalición con otro partido (el PSL), que no logró controlar por completo, y está tratando de aprovechar este momento en el que tiene apoyo para crear un partido que él controle. Pero en eso también hay un riesgo, y es que se ponga de manifiesto el apoyo relativamente limitado que pueda tener. En la carrera presidencial, en la que el ganador se lleva todo, hubo elementos específicos que contribuyeron a su victoria. El principal es que (el expresidente) Lula no pudo presentarse a las elecciones, y eso hizo parecer que la mayoría de los brasileños lo apoyan. Pero cuando haya lecciones para el Legislativo, ya no se trata de una situación en la que el vencedor se lleva todo, y hay una posibilidad razonable de que el partido tenga un apoyo relativamente pequeño.

El manifiesto de Alianza para Brasil dice que, mucho más que un partido, se trata del "sueño y la inspiración de personas leales al presidente Jair Bolsonaro". ¿Es común ese personalismo en partidos de extrema derecha?

No es tan típico como muchos pudieran pensar. Los medios suelen reflejar la extrema derecha como limitada a un líder, como Donald Trump. Pero cuando una mira a los partidos de extrema derecha, especialmente en Europa, pero también en India, hay mucho más que un solo líder. El partido indio BJP es más que Modi, la formación francesa Agrupación Nacional es mucho más que Marine Le Pen, y el FPÖ austríaco tiene varios líderes. En el caso del partido de Bolsonaro, lo que él está tratando de crear es un vehículo personal, en la línea de otros líderes populistas de América Latina, como lo hizo Fujimori, un partido que gira sobre su figura.

¿Cómo pueden las democracias liberales defenderse de la extrema derecha sin dañar sus propios valores?

Este es el mayor desafío. Solo pueden hacerlo fortaleciendo su propia democracia liberal, en lugar de tratar de debilitar a la extrema derecha. Una de las razones por las que la extrema derecha tiene en este momento tiene una influencia más allá de su peso real en la sociedad es que es la voz más fuerte en un estrecho espacio de debate político.

La mayoría de los partidos grandes tienen pocas narrativas ideológicas hoy. Esto es lo que se llama política de TINA ["There is no alternative"]. Las instituciones clave, como la economía neoliberal y la integración europea, se defienden con el argumento de que la alternativa es peor. Esto no atrae a la gente y no las aleja de la extrema derecha. Necesitamos encontrar de nuevo narrativas liberales democráticas fuertes, ya sea en partidos conservadores, liberales, socialdemócratas o verdes.

(ms/cp)

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