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Piratas en auge

20 de septiembre de 2011

Los miraban en menos y ahora, tras obtener casi el 9% en Berlín, los políticos tradicionales se lanzan sobre ellos. Les critican escasez de mujeres en el partido y también de ideas. Los piratas responden.

Piratas festejando su última fechoría: el 9% en Berlín (Foto: Adam Berry/dapd).
Piratas festejando su última fechoría: el 9% en Berlín.Imagen: dapd

Pelo largo, coloridas vestimentas y a veces barrigas prominentes. No hay camisas, no hay corbatas, sí camisetas con lemas del estilo "yo apoyo a WikiLeaks". Es el equipo de 15 diputados con que el Partido Pirata debutará en el Parlamento de Berlín a fines de octubre. Son la sensación de las elecciones realizadas el domingo 18 de septiembre en esa ciudad-Estado, la capital de Alemania, donde el movimiento político alcanzó un sorprendente 8,9% de los votos, una cifra incluso inesperada para ellos.

Nacidos bajo el alero de Internet, los piratas generan resquemores en los partidos políticos tradicionales. La exministra verde Renate Künast dijo, por ejemplo, que quizás los piratas podrían "rehabilitarse" en su partido. El líder en Berlín del SPD, Michael Müller, los calificó de "partido sin sentido" que atraía "el voto de malestar". Y la canciller Angela Merkel se refirió a ellos el lunes como ejemplos "de la clásica protesta". Quizás sea esa misma actitud despectiva la que determinó el éxito reciente de los piratas.

 Votación creciente

En agosto de 2009 ya se hablaba del auge de los "partidos piratas", cuya primera formación surgió en Suecia el año 2006 presentando como bandera de lucha el libre uso de Internet y de los programas computacionales. El mismo nombre se refiere a quienes copian ilegalmente softwares o discos de música, que son conocidos como "piratas". Desde ahí la idea se expandió a Alemania, Suecia e incluso ha llegado, con menor repercusión hasta el momento, a Argentina, España y Brasil.

La bandera anaranjada se tomó la capital de Alemania.Imagen: dapd

En el caso de Berlín, las propuestas de los 15 candidatos que llevaba el partido a las elecciones (todos los cuales lograron un lugar en el Parlamento) iban desde transporte público gratuito, establecer un salario mínimo, transparentar la política e incrementar la participación ciudadana. El líder de los piratas en Berlín, Andreas Baum, reconoce sin ambages que su ideario político está aún en pañales. "No sabemos qué vamos a hacer en esta legislatura, tendremos que pensarlo. No tenemos experiencia política, pero aprendemos rápido", dijo al diario español "El Mundo".

Exitosos hoy. ¿Y mañana?

En el resto de Alemania el Partido Pirata tiene resultados dispares. En las recientes elecciones de Hannover tapizaron la ciudad con propaganda llamando a abrir, con la ayuda de ellos, las puertas del ayuntamiento. Algo consiguieron al lograr dos representantes en la asamblea regional. Si bien en otras zonas del país no superan el 2% de los votos, no pocas veces se han alzado con el 6%. Y objetivamente, al comparar sus resultados actuales con los que obtuvieron en las elecciones de 2009, es evidente que ha habido un avance en su votación.

Los analistas piensan que el éxito en Berlín responde al desencanto de algunos votantes de los verdes y de la izquierda (Die Linke) que se habrían sumado a las filas piratas. También dicen que la fuerza del movimiento está en los "nativos digitales", los que crecieron navegando por Internet. Esto se confirma al ver que el 15% de los nuevos votantes se inclinó por candidatos piratas. Pero no todo puede ser dulce. El politólogo Jürgen W. Falter dijo al periódico Bild que "el éxito del Partido Pirata es un fenómeno específico de Berlín. En otras áreas del país es más difícil de imaginar".

Andreas Baum, el principal rostro de los piratas berlineses.Imagen: picture alliance/dpa

  Risas ante las críticas

Como sucede siempre que algo deja de ser divertido para convertirse en un potencial enemigo, las críticas sobre los Piratas no se dejaron esperar. Aparte de las realizadas por los líderes políticos de otros partidos, la prensa les ha reclamado por la escasez de mujeres en sus filas o la eventual falta de experiencia política. Ante eso los nuevos representantes tienen respuestas más bien irónicas.

La jovencísima Susanne Graf, de 19 años, es la única mujer entre los 15 representantes que debutarán en la alta política a fines de octubre. Consultada por el semanario "Der Spiegel" sobre su soledad entre tanto varón, Graf respondió con sorna: "Se le da mucho énfasis a eso. Lo importante es que tenemos al 100% de nuestras mujeres en la Cámara. A mí no me importa, en mi clase en la escuela yo era una de las dos mujeres que había". Andreas Baum, el rostro más visible del partido, en cambio, le da una lectura más personal: "Ese problema de la falta de chicas no es solo del partido, sino de mi vida en general. Hago todo lo posible para solucionarlo".

Autor: Diego Zúñiga
Editor: Enrique López

 

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