Organizaciones sociales colombianas marchan hasta la Corte Penal Internacional en La Haya. Exigen que se investiguen los centenares de asesinatos de líderes sociales en el país.
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Colombianos marchan hacia La Haya
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Las amigas de Maritza Quiroz cuentan que cuando le mostraron el panfleto amenazante que había llegado a su oficina, ella les dijo que eso no la asustaba. Ya era abuela, tenía 60 años y el conflicto armado ya la había desplazado y le había quitado a su esposo. Sabía que las amenazas tienen el poder de silenciar a las personas, por lo que resistió y siguió trabajando en favor de las mujeres desplazadas en la Asociación de Afro-descendientes Nelson Mandela. El 5 de enero de 2018, dos sicarios llegaron en motocicleta a su casa, en la vereda San Isidro, ubicada a cuatro horas de la ciudad portuaria de Santa Marta. De nada sirvió que Maritza tratara de correr, la violencia la había alcanzado de nuevo.
Un año después, los compañeros de trabajo de Maritza renunciaron. Los culpables del asesinato siguen libres, la investigación no avanza y ellos no cuentan con las garantías de seguridad suficientes para seguir con sus tareas. "Con la muerte de ella nos silenciaron a todos”, cuenta María Yésica Choles, compañera de trabajo que teme que el caso de Maritza quede en la impunidad. "El año pasado fueron 160 casos y eso es preocupante, que nosotros como líderes sigamos contando cuántos muertos van”.
El país vive un aumento de este tipo de asesinatos selectivos. La cifra de homicidios a líderes se incrementó en un 39% entre 2016 y 2017, mientras que el año pasado se registraron más de 164 casos.
La Fundación Paz y Reconciliación considera que cada asesinato de un líder aleja al país de alcanzar la paz y que existe un entramado detrás de los asesinatos. Señala que la mayoría de las víctimas suelen ser reclamantes de tierras y habitantes de zonas rurales dominadas anteriormente por las desmovilizadas FARC. Sin embargo, el estado colombiano desconoció las coincidencias de los casos hasta el año pasado, cuando la Fiscalía afirmó que existían elementos suficientes para hablar de sistematicidad.
300 millones de dólares protegiendo líderes
La Unidad Nacional de protección es la encargada de velar por la seguridad de los líderes amenazados. Más de 4.500 líderes sociales cuentan hoy en día con esquemas de seguridad que, según la gravedad, pueden incluir guardaespaldas, autos blindados, chalecos antibalas y sistemas de alerta.
El Estado destina más de 300 millones de dólares a tratar de evitar que los asesinatos continúen, pero la unidad no da abasto.
Según Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, las acciones gubernamentales no han tenido el impacto deseado. La clave para acabar con los asesinatos de los líderes estaría en tomar acciones contra los responsables "Hasta que nosotros no determinemos quién es el que paga para que maten líderes sociales, va a seguir la impunidad y en eso el Estado colombiano ni quiere, ni puede”.
"Sin líderes no hay paz”
Las dificultades que ha tenido el Estado colombiano para cumplir con los derechos básicos de sus habitantes dieron pie a la figura del líder social como un interlocutor entre las demandas de la población y la capacidad de ejecución de las instituciones locales. Con el proceso de paz se abrieron espacios de diálogo sobre asuntos que antes eran tabú, como el modo en que distintas empresas y terratenientes se enriquecieron con el conflicto armado. Parte de la función de los líderes ha sido acompañar en los procesos de restitución de tierras a más de 7 millones de personas que fueron desplazadas, con lo cual se desea poner fin a décadas de venganzas y crímenes.
Para Chadán Rosado, personero de Santa Marta, el asesinato de líderes como Maritza empobrece a toda la sociedad colombiana, y ocasiona "un sinnúmero de perjuicios porque era una buena persona, una buena mamá y al no proteger a una gran líder, se pierde esa vocación de servicio y ese gran corazón para servir en favor de las víctimas”.
Los hijos de Maritza consideran que los asesinatos de líderes sociales tienen consecuencias más allá de las que sufren las víctimas y sus familiares:
"Esto puede llevar al proceso de paz al fracaso, porque los que más han sufrido estos años de guerra son las víctimas y la población civil, y al asesinar a sus líderes quedan sin voz ni voto”. Muchos temen que este ciclo sea apenas el comienzo y que la violencia se recrudezca, como sucedió en el 2003, cuando asesinaron a más de 1.900 líderes.
Los hijos de Maritza, al igual que las compañeras de trabajo de la líder, consideran que es de vital importancia llevar los casos a La Haya. Dado que la justicia colombiana parece no ser capaz de juzgar a los culpables, un tribunal internacional podría otorgar las garantías suficientes de que se conocerán las motivaciones y los autores de los crímenes.
Mientras tanto, la lápida de Maritza se destaca por ser una de las pocas en el cementerio que no están adornadas con flores: todos en Santa Marta saben dónde queda su tumba, pero también saben que Maritza pagó el precio por enfrentarse a quienes se aferran a su poder.
Colombia: líderes sociales asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz (06.2017)
Estos son los algunos de los 34 líderes asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz en Colombia. Una compilación de la plataforma Pacifista.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Bernando Cuero Bravo, líder de afrodescendientes desplazados de sus tierras
La Asociación Nacional de Afrodescendientes Desplazados (Afrodes) había denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que la vida de tres de sus dirigentes, entre ellos Bernardo Cuero, estaba en grave peligro. Este 7 de junio en la noche, como estaba trágicamente anunciado, Cuero fue asesinado a tiros en su casa cuando dos personas tocaron a su puerta.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Alvaro Arturo Tenorio Cabezas: líder social, político y defensor de derechos humanos
Este líder fue muerto a balazos el 18 de mayo de 2017. Desconocidos se acercaron y le dijeron que “lo necesitaban para una reunión”. Las autoridades no se han referido al caso, a pesar de las denuncias. Según el portal Pacifista.co, es el primer asesinato de un líder social en Nariño desde que inició la implementación de los Acuerdos de Paz.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Mario Andrés Calle Correa: presidente de una asociación de campesinos
En el Valle del Cauca, encapuchados dispararon tres veces a este líder, presidente de una asociación de campesinos del departamento.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Rubiela Sánchez Vanegas: líder comunitaria
Habitantes del municipio donde fue asesinada Rubiela afirman que era una mujer campesina, luchadora, sola, y que le había tocado "batallar" para salir adelante. El alcalde denunció el hecho y las autoridades han tardado en pronunciarse.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Gerson Acosta: gobernador indígena
Según las primeras informaciones, Acosta fue asesinado por un sicario que le disparó en repetidas ocasiones. A pesar de la ayuda de la comunidad, llegó sin signos vitales al hospital. Este líder tenía escoltas oficiales.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Eliver Buitrago: presidente de Junta de Acción Comunal
El domingo 2 de abril de 2017, fue asesinado en el Meta este presidente de Junta de Acción Comunal. Desconocidos le dispararon en circunstancias aún por esclarecer. Campesinos del lugar decidieron bloquear la carretera para protestar por el homicidio del líder social.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Wilfredy Gómez Noreña: trabajador comunal
Este bogotano era desde hace tiempo el representante de una asociación comunal de Usme, al sur de la capital del país. Hacía parte de la mesa de Derechos Humanos de la ciudad y ya había recibido amenazas mediante panfletos por parte de un grupo criminal conocido como "Los Rastrojos". No contaba con medida alguna de protección.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Faiver Cerón Gómez: líder comunal
Faiver fue alcanzado por dos hombres en moto cuando regresaba de una reunión con autoridades locales y miembros de la Gobernación del departamento del Cauca. A diez minutos de la cabecera municipal, lo detuvieron y le dispararon en varias ocasiones.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Alicia López Guisao: líder agraria
En pleno centro de Medellín, hombres armados se metieron en el taxi de Alicia López Guisao y la asesinaron. Alicia pertenecía a agrupaciones agrarias y a la organización Congreso de los Pueblos, que en su cuenta en Twitter lamentó la muerte de la dirigente.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Yoryanis Isabel Bernal: defensora de derechos de las mujeres
Yoryanis se desempañaba como defensora de los derechos de las mujeres de su comunidad. Se la recuerda como alguien que se caracterizaba por buscar constantemente soluciones a las necesidades de los suyos. Asimismo, apoyaba una delegación indígena asentada en Riohacha.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
José Yimer Cartagena: líder social
La policía confirmó el 11 de enero la muerte de este líder del movimiento político Marcha Patriótica en Antioquia. Presuntos miembros de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia lo acusaron a él y a su hijo de ser colaboradores de las FARC, y los asesinaron.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Emilsen Manyoma: líder pacifista
Desde 2005, Emilsen era activista política y líder social. Denunció duramente tanto la presencia paramilitar como el tráfico de drogas en Buenaventura. Ella y su esposo se convirtieron en las dos primeras víctimas de violencia armada en esa ciudad en 2017.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Aldemar Parra García: defensor del medio ambiente
Varios líderes han sido amenazados por su labor en la defensa de derechos en el departamento del Cesar, donde hay territorios en los que existe un proceso de reubicación debido a la contaminación del medio ambiente generada por la explotación carbonífera. La Policía informó que tres de los familiares de Parra García integran un comité de concertación con las empresas carboníferas de la zona.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Anuar Álvarez: líder campesino
Álvarez era socio de la Asociación Campesina de Trabajadores de Argelia (Departamento del Cauca). Además, coordinaba procesos de asociación campesina y trabajaba con el comité cocalero de la zona.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Guillermo Veldaño: sindicalista y líder comunal
Presidente de una junta de acción comunal e integrante de un Sindicato de Trabajadores Campesinos, su muerte se produjo en una zona del país donde los habitantes protestan frecuentemente por la explotación petrolera. Allí aseguran que Veldaño era un importante defensor del agua y del medio ambiente.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Nataly Salas: estudiante y activista
Esta joven activista fue violada y asesinada según un informe de las autoridades. Más de 40 días después de la muerte no se había encontrado al responsable, por lo cual su padre pidió a la Fiscalía que acelerara la investigación.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Samir López Visbal: político y defensor de derechos LGTBI
López Visbal estaba gestionando la creación de una oficina para la atención de personas del colectivo LGTBI. Además, se dijo que habría podido ser asesinado por razones políticas ya que se oponía a políticos de su ciudad. Aún no han concluido las investigaciones.
Imagen: Pacifista Vice Colombia
Vicente Borrego Mejía: ganadero, comerciante y expolítico
Borrego Mejía fue concejal a comienzos de los años 90. Según medios locales, en la actualidad estaba dedicado al apoyo de amigos con aspiraciones políticas y también a la administración de sus fincas y bienes. Santiago Ospina García / José Ospina-Valencia, con material de Pacifista (DZC)