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El Perfume: "dos horas muy largas"

Mirra Banchón15 de septiembre de 2006

DW-WORLD conversó con David Freudenthal, comparatista de la Universidad de Fráncfort, especializado en Patrick Süskind, acerca de El Perfume.

Laura, el personaje femenino de la películaImagen: 2006 Constantin Film, München


DW-WORLD: Usted escribió un libro sobre la obra de Patrick Süskind y sostiene que este autor permite diversas lecturas. ¿Cuáles son?

David Freudenthal: Hay que diferenciar entre la obra de Patrick Süskind y El Perfume. Yo me refiero exclusivamente a El Perfume, una obra mucho más compleja que las otras. Hay diversas lecturas posibles dependiendo de la aproximación del lector. Quien la lee como un lector inocente, lo que ve es la historia lineal de un asesino.

Pero si se pretende captar este libro en su complejidad se nota, a primera vista, que ésta es una novela olfativa, una novela negra, una novela de artistas, una novela de desarrollo, una novela fantástica, una novela histórica así como una novela política. A estas lecturas se llega jugando intertextualmente con el libro, y ése es uno de sus encantos.

¿En qué medida es una novela de artistas?

Es evidente que Patrick Süskind no esconde que usó fuentes del bagaje de la literatura alemana y europea. Hay varios libros que le sirvieron de base; por ejemplo, dos de E.T.A. Hoffmann, gran escritor del Romanticismo alemán. La Señorita de Escuderi y El pequeño Zaches, que tratan de artistas que pretenden guardar por todos los medios su arte, la belleza y lo efímero para la eternidad.

El pequeño Zaches, una figura pequeña y horrible que nunca conoce el amor, le roba a la gente sus talentos y sus éxitos. Es decir, diversos libros nutren El Perfume como fuente intelectual, pero también como pastiche, una forma post moderna de escritura.

¿Qué hace de El Perfume una novela post moderna?

El Perfume salió a comienzos de los años 80 por entregas en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung. Y ya a finales de esa década estaba claro que se trataba de una obra postmoderna: contada tradicionalmente, cuando había vuelto a ser permitido contar tradicionalmente, desde el comienzo hasta el final y al mismo tiempo usando el recurso de la intertextualidad.

Es decir tomando de otras obras personajes, constelaciones, temas. Esto llega tan lejos que incluso en El Perfume se encuentran pasajes de la Biblia. Por ejemplo, cuando se aísla siete años en una cueva dice: "y cuando vio que todo estaba bien…", claramente una cita del Génesis. Y podría enumerar muchas otras citas de grandes autores del bagaje literario occidental.

Sin embargo, el perfume perseguido no la vuelve una novela olfativa

No, la búsqueda del perfume forma la trama principal. Pero si se la relaciona con la novela histórica, queda claro que Süskind describe el París del siglo XVIII, con sus hedores; que ofrece un panorama histórico y olfativo de la, en ese entonces, ciudad más grande del mundo en un tiempo en que aún no se había empezado a erradicar la pestilencia.

Y si tenemos en cuenta el pasaje de Grasse y el sur de Francia notamos que no se trata solamente de contar la historia de un asesino que tiene un gran olfato, y que anda buscando un olor, el del amor.

Ése es el mayor desafío de este libro: intentar captar en palabras lo que no es captable en palabras, el olor como una percepción sensorial. Al protagonista Grenouille le faltan a menudo palabras para describir sus complejas percepciones, que son más complejas que las de un ser humano normal. En 300 páginas, sin embargo, la novela consigue el pretendido mapa de olores.

No sólo en el nivel banal del perfume, sino también en el nivel metafísico de lo post moderno y post estructuralista y filosófico de finales del siglo XX que cuestiona la capacidad creativa del lenguaje.

¿Por qué ha caracterizado El Perfume como discurso de la soledad?

Como analista literario está completamente prohibido buscar en la vida de los autores la explicación de la obra. Sin embargo, es evidente que son verdad los rumores que circulan acerca de Süskind en cuanto a que es un autor muy reservado. Se dice que ya en tiempos de la escuela había dicho a sus compañeros que él escribiría una novela grandiosa, se volvería famoso y no escribiría nada más.

Bernd Eichinger, Tom Tykwer y Dustin HoffmanImagen: dpa

Süsskind viene de buena familia, de la clase alta intelectual; es historiador, estudia en Múnich y la Provenza. Hace una investigación prolongada del tema, escribe la novela. Ésta se transforma rápidamente en el libro más vendido de la literatura alemana después del de Remarque Sin novedad en el frente. Se retira del mundo. Se niega a recibir premios. Se niega a dar entrevistas. Circula una sola foto de él…

¿Ha podido usted hablar con él?

No. No da entrevistas, tampoco está claro en dónde está. Sin embargo, en la película Rossini, libreto que él escribió, existe un escritor que vive en soledad, casi como un autista, que por años se niega a vender los derechos de su película. Curiosamente, ése es el caso de El Perfume, cuyos derechos se vendieron apenas hace dos años a Bernd Eichinger.

La soledad se extiende, sin embargo, a través de los textos: Grenouille es un espejo suyo. Grenouille es así por su socialización, por ser marginado, y sin embargo no hay nada que desee más en el mundo que tener algo que tienen todos los seres humanos: un olor propio, teniendo un maravilloso olfato. Esta carencia es lo peor que podía haberle sucedido, él nunca iba a poder ser como los otros. Y para solucionarlo crea ese último perfume, con el cual seduce a una multitud en una bacanal.

Algunas críticas aseveran que la película fracasa debido a la falta de sensualidad.

Sí, quizá el problema radica en que las imágenes no son evocadoras. Son frías, casi mecanicistas. A Tom Tywker, básicamente un director creativo, podría hacérsele el reproche de haberse apegado a Hollywood y de usar sus mecanismos. Cuando se trata de aprender los olores, en la adolescencia del protagonista, Tom Tywker hacer discurrir rápidamente imágenes de granos de café, o de pimienta, o de especias.

Éste es un recurso que se usó, por ejemplo, en Cidade de Deus, un recurso que no sirve para crear sensualidad sino lo contrario, logra distancia. Además intenta plasmar a Grenouille demasiado humano: en la película, Greonouille se enamora olfativamente de la primera mujer que asesina. Ellos deben tener una unión más profunda, eso no está en la novela, y lleva a que no se cree la tensión necesaria entre el ser distinto a los demás y la añoranza de ser igual.

¿La película lo decepcionó?

No, no esperaba otra cosa. Bernd Eichinger es el productor alemán más conocido, y probablemente el peor productor alemán. Creo que le doy la razón al señor Süskind que se negó veinte años a permitir que filmaran su novela. El reproche que le haría a la película es el mismo que le hago al lector: reducir la novela a una historia simple y dejar de lado toda reflexión filosófica.

Y por eso la película parece lenta y aburrida. Dos horas y media pueden ser muy largas, pues carece de escenas de acción, sólo imágenes que no evocan olores. Y además se basa mucho en la segunda parte del libro, la más aburrida.

¿Podían haberla hecho mejor? Se decía que esta novela no es apta para ser filmada.

Quizá debieron intentar crear los olores. Vi la película en un cine comercial, y el primer problema fue que estaba rodeado de olor a palomitas de maíz, lo cual es un gran impedimento para aproximarse tanto al libro como a la película. ¿Cómo puede uno abstraerse de su entorno y entrar al mundo de los olores? Eso lo puede hacer mucho mejor la literatura que un medio visual como el cine. Pero también cinematográficamente hubiese esperado una película más bien onírica, no tan real, no con un acción propia del cine de costumbre.

Debió intentar penetrar en los momentos fantásticos, que siempre están presentes en el libro y que son muy importantes. El productor y el director no se han acercado siquiera a la materia de la novela, y se puede decir que Tom Tywker ha filmado una de sus peores películas.

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