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El petróleo de Yasuní: ¿extorsión o beneficio para todos?

24 de junio de 2009

La iniciativa de Ecuador para dejar sin explotar grandes cantidades de petróleo en la Amazonía es bien acogida en Alemania. Su puesta en marcha depende de la respuesta a ciertas "preguntas difíciles".

Ecuador: la explotación del petróleo acaba con la selva amazónicaImagen: picture-alliance / dpa

“El proyecto Yasuní que presenta Ecuador no es interesante sólo para Alemania; es una propuesta altamente interesante bajo el punto de vista de la protección al medio ambiente, de la selva y la biodiversidad. También es interesante en cuanto a la reducción de las emisiones de CO2, por nombrarle sólo tres puntos”, ponderó ante DW-WORLD Erich Stather, subsecretario del Ministerio Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo después de la visita de la delegación ecuatoriana a Berlín.

Innegables son las ventajas de conservar bajo tierra los cerca de 900 millones de barriles de petróleo que se encuentran en el parque natural Yasuní en el noroeste de la región amazónica. Una de ellas: ahorraría a la atmósfera unas 444 toneladas de emisiones de CO2 en caso de que el petróleo fuese extraído y utilizado.

Selva amazónicaImagen: dpa

Ecos en Alemania

Por ello, la resonancia al proyecto del Gobierno de Rafael Correa no ha sido mala en los ámbitos internacionales a donde la delegación del Ecuador ha ido a tocar las puertas. “Buenas noticias para la selva; la iniciativa Yasuní toma forma”, afirman los Verdes alemanes en su página web. 

Después de la gira en 2008, el semanario alemán Spiegel calificaba la iniciativa de una sensación, de un “regalo climático para las futuras generaciones”. Si  bien el prestigioso semanario ponderaba las ventajas de no extraer las reservas de oro negro de los pozos Ishpingo-Tambococha-Tibutini (ITT), se preguntaba acerca de la factibilidad del proyecto cuya financiación hasta ese momento se enfocaba mayormente hacia la emisión de certificados de CO2 en el mercado internacional.

Un año de avances

Un año después –y después de la realización de estudios que enfocan aspectos económicos, petrolíferos, jurídicos, ambientales y de mercado-, “la propuesta es más sólida y más consistente”, contó a DW-WORLD por su parte el asesor técnico del proyecto ITT, Carlos Larrea.

El gran interés de Alemania en el proyecto, así Larrea, se ha manifiestado en su aporte concreto, a través de su Agencia para la Cooperación Técnica (GTZ), a los estudios preliminares. Éstos han sido también financiados por Naciones Unidas con fondos españoles. La propuesta actual  para financiar Yasuní es un fondo fiduciario al cual aportaría el 50 por ciento el gobierno ecuatoriano.

“Los ecuatorianos hacen avanzar el proyecto y éste es realizable”, explicaba el subsecretario Stather, “pero existen todavía algunas cosas que hay que aclarar sobre todo en cuanto a la financiación y a la seguridad legal del proyecto: el volumen, quién aporta al fondo fiduciario, cuál es el porcentaje, el margen temporal, quién toma parte en el proyecto. No puede ser Alemania sola; ésta es una oferta a muchos  donantes. Hasta ahora, Alemania ha sido la que más ha participado”.

Millones anuales

Es decir, a pesar de lo interesante del proyecto “ciertas preguntas de difícil respuesta”, según el subsecretario de Desarrollo,  tienen que aclararse para que sea firmable y realizable. En ese caso, ¿en qué medida participaría Alemania? “Ecuador calcula que deberíamos participar con un porcentaje de entre el 8 y el 9 por ciento. Eso sería un volumen de 30 millones de euros anuales”, responde Stather. No explotar las reservas petrolíferas equivaldría a que Ecuador tendría que prescindir de un ingreso de unos 350 millones de dólares por año.

"El potencial geotérmico de Ecuador es aprovechado sólo en un cinco por ciento"Imagen: picture-alliance/ dpa

Beneficio para todos

A estas alturas del calentamiento global, nadie duda que la reducción de emisiones de CO2 es un problema a enfrentar multilateralemente. “Aunque los países industrializados son causantes del 80 por ciento de las emisiones, los países en vías de desarrollo que poseen selvas tropicales son responsables –por la deforestación- de un 18 por ciento de las emisiones ”, dice Larrea y puntualiza: “Por eso, Ecuador quiere contribuir a minimizar las emisiones causantes del cambio climático; todos nos beneficiaríamos”, resalta. Sin embargo, en este proyecto, que sobre el papel suena tan bien, se trata de números y muy complejos.

Además, “cómo se garantiza que cuando los 20 años hayan pasado un nuevo gobierno ecuatoriano no diga que los contratos están terminados y que van a empezar a explotar los yacimientos de petróleo? Los ecuatorianos proponen como garantía. que el fondo fiduciario vuelva entonces a los donantes”, explica Stather añadiendo que tampoco está claro cómo trabajaría el dinero en ese tiempo. “Las preguntas tiene que responderlas los ecuatorianos”, concluye. El Banco Interamericano de Desarrollo podría tomar cartas en el asunto. 

Apostar por las energías renovables

Mientras tanto, también como parte de la iniciativa, Ecuador entra a la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), para dejar claro que este país exportador de petróleo, cuya energía proviene en un 47 por ciento de la quema de derivados de petróleo, apuesta por las energías renovables.

“Por hallarse en la línea equinoccial tiene la mayor cantidad de luz por unidad de superficie todo el año; debido a la cordillera de los Andes cuenta con un potencial geotérmico e hidroeléctrico que ha sido aprovechado apenas en un cinco por ciento. Por eso, Ecuador ha entrado a la IRENA para crear las condiciones de una transición hacia una economía sustentable que dependa menos del petróleo”, explica Larrea.

Desafío del siglo XXI: salvar la biodiversidad. Aquí, un albatros en la isla Floreana de las GalápagosImagen: AP

¿Extorsión?

¿Es esto una garantía de que Ecuador no va a explotar sus yacimientos? Tampoco, pues el petróleo no explotado se hará sentir en el presupuesto del país andino y las compañías petroleras querrían sacarlo de sus pozos ya. Entonces la pregunta es evidente: ¿extorsiona Ecuador con sus reservas petrolíferas?

“No”, contesta Larrea recalcando el beneficio común que representa. “Además estaríamos enfrentando el desafío del siglo XXI, que es cómo salvar el planeta en cuanto a la conservación de la biodiversidad, a reducir las consecuencias del cambio climático y la desigualdad internacional. Este proyecto ataca los tres problemas”, concluye.

Los resultados de los estudios aún no han sido publicados, cuenta por su parte a DW-WORLD Jörg Holla, director residente del proyecto de la GTZ en Ecuador. Pero acerca de la viabilidad del proyecto no quiere pronunciarse, pues, así Holla, “esa respuesta se da a nivel político”. Como fuere, Ute Koczy –parlamentaria de los Verdes en el Bundestag- querría ver el proyecto tomar forma antes de la conferencia sobre el cambio climático en Copenhague. 

Autora: Mirra Banchón
Editor: José Ospina Valencia

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