El PIB español se contrajo un 0,5% en el primer trimestre
30 de abril de 2021
Publicidad
El Producto Interior Bruto de España se contrajo un 0,5% en el primer trimestre de 2021, marcado por un endurecimiento de las restricciones sanitarias y una inusual ola de frío y nieve, según la estimación oficial provisional publicada este viernes (30.04.2021).
El gobierno pronostica un fuerte reimpulso de la actividad económica en 2021, con una previsión de crecimiento del 6,5% del PIB tras haberse hundido un 10,8% en 2020, una de las mayores caídas entre los países desarrollados. Este repunte se vio frenado por las restricciones decretadas desde octubre de 2020 para poner coto a las sucesivas olas de la pandemia: en el último trimestre del año pasado registró un crecimiento nulo y en el primero de 2021 una pérdida del 0,5%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En términos interanuales, el PIB de la cuarta economía de la zona euro retrocedió un 4,3% respecto al primer trimestre del año anterior. Entre enero y febrero, la economía española se vio lastrada por nuevas restricciones impuestas para luchar contra el rebrote de contagios detectado después de las fiestas navideñas, que afectaron especialmente sectores como el turismo y la restauración. Además, el país se vio azotado por la tormenta Filomena, un inusual temporal de nieve y frío que paralizó Madrid e importantes áreas del país durante diez días en enero.
Este primer trimestre menos dinámico de lo esperado llevó al gobierno a revisar a la baja su previsión de crecimiento para 2021 del 7,2% al 6,5% interanual, en línea con el pronóstico del Fondo Monetario Internacional, que prevé un crecimiento del 6,4% de la economía española en 2021, la subida más fuerte entre los países desarrollados junto a Estados Unidos. Ayer, el instituto de estadística francés Insee ofreció el dato para Francia, también con fuertes restricciones impuestas por la pandemia: un crecimiento del 0,4% en el primer trimestre. (afp/ine/efe)
Mallorca, el paraíso vacacional de los alemanes
Incluso en época de coronavirus, Mallorca sigue siendo uno de los principales destinos turísticos de Europa. A los alemanes este lugar les resulta especialmente atractivo. ¿Por qué?
Imagen: picture-alliance/dpa/T. Reiner
No puede haber mejores vacaciones que éstas
Quinientos kilómetros de costa, bahías apacibles como Cala Formentor (en la foto) y temperaturas cálidas incluso en otoño, hacen de la mayor de las Baleares un lugar ideal para pasar las vacaciones. Viajeros solitarios, grupales o celebridades, para todos hay espacio en Mallorca. Y está al alcance de la mano a buen precio: desde Frankfurt se llega a esta isla en solo dos horas y media.
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/D. Schoenen
Cómo comenzó todo
En 1833, se estableció un servicio regular de ferry entre Barcelona y Mallorca. Pero fueron unos amantes los que hicieron de la isla un destino apetecido. La escritora George Sand y el pianista Frédéric Chopin pasaron el invierno de 1838/1839 en un monasterio de Valldemossa (en la foto). La novela "Spiridión" fue escrita allí y su descripción de la isla desencadenó el primer boom turístico.
Los primeros turistas de comienzos del siglo XX llegaban principalmente de España y Reino Unido, buscando naturaleza y romance. La mayoría de las playas de Mallorca siguen sin ser explotadas a cabalidad, como estas de Calvià y Alcúdia (en la foto). En 1935, el clima templado atrajo a 50.000 turistas, en 1950, ya eran 100.000 y, en 1960, llegaron al millón.
Imagen: picture-alliance/dpa/N. Schmidt
Auge de vacaciones junto al mar
En la década de 1960, el turismo empezó a crecer velozmente. A lo largo de la costa aparecieron hoteles y pioneros de la venta de viajes, como Neckermann y Dr. Tigges, que invirtieron con prontitud. Los alemanes querían vacaciones asequibles y tranquilas, que es lo que obtuvieron en Mallorca. El pequeño pueblo de El Arenal, a 20 kilómetros de la capital, Palma, pronto se volvió irreconocible.
Imagen: picture-alliance/dpa/C. Margais
La zona de fiestas
A comienzos de los 80, El Arenal era el centro de reunión de los veraneantes. Además de alemanes, británicos y escandinavos llegaban al lugar a celebrar fiestas. El "Ballermann 6" rápidamente se volvió un punto de encuentro para las orgías alcohólicas. La palabra es una alteración alemana de "Balnearia", nombre de los puestos de playa, que se instalan cada 500 metros y están numerados del 1 al 15.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Ossinger
Palma: cultura con playas
La catedral es uno de los puntos de referencia de la capital de la isla, Palma, y también uno de sus lugares más visitados. Hasta la crisis del coronavirus, los 400.000 habitantes de la ciudad luchaban contra el exceso de turistas. Esto, por los cruceros que atracan y llenan las calles del casco antiguo con miles de visitantes. En 2019, más de 7 millones de personas pasaron una noche en Mallorca.
Imagen: picture-alliance/ZB/J. Kalaene
El espectacular almendro en flor
La primavera y la temporada baja comienza en Mallorca con el florecimiento de los almendros. Los primeros turistas disfrutan de una atmósfera aún plácida en la isla, donde pueden gozar a sus anchas de pintorescas localidades y villas del interior, además de variada naturaleza. Más de un tercio de la isla son zonas naturales protegidas.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Wittek
El llamado de la montaña
Aquellos que aman los desafíos deportivos se dirigen sin titubear a las montañas Tramuntana, donde las alturas -que suelen superar 1.000 metros- cubren amplias zonas del norte y este de la isla. Los ciclistas de montaña pueden encontrar senderos impresionantes, como el de Cap Formentor. Los excursionistas pueden tomar el tramo GR 221 y los ciclistas de carrera, los serpenteantes pasos montañosos.
En el agua se pueden vivir grandes experiencias. Al menos en Mallorca. Aquellos que no se pueden permitir el lujo de un yate, al menos podrán disfrutar de la belleza de puertos pesqueros como Cala Figuera, Porto Colom o Port Sollér. Antiguamente, a través del puerto de Sóller, las naranjas cultivadas en las montañas mallorquinas eran enviadas a Francia.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Tack
Las fincas, una alternativa a los hoteles abarrotados
Los que deseen escapar del ajetreo y el bullicio de las playas pueden encontrar espacio en una finca, que suelen contar con todas las comodidades del caso. Acá, la relajación está garantizada. No importa si eres amante del sol, de las fiestas, buscador de paz o un vacaconista hiperactivo. En Mallorca hay espacio para todos. Cuatro millones de alemanes al año no pueden estar tan equivocados.(dz/vt)