En las décadas de 1960 y 1970, Tony Allen fue el baterista y el director musical de su compatriota Fela Kuti, con quien creó el "afrobeat".
Publicidad
El músico nigeriano Tony Allen, baterista y creador del afrobeat junto a su compatriota Fela Kuti, falleció este jueves (30.04.2020) en París a los 79 años, declaró a la AFP su mánager.
"Se desconoce la causa exacta de la muerte", dijo Eric Trosset, quien precisó no obstante que no fue el nuevo coronavirus. "Estaba en plena forma, fue bastante repentino. Hablé con él a las 13H00 y dos horas más tarde se sintió mal y fue transportado al hospital Pompidou, donde falleció", informó. El maestro del afrobeat vivía cerca de París.
El sonido afrobeat, que saltó a la fama en Nigeria en la década de 1970, combinó riffs de órgano con patrones de batería e instrumentos de metal de África occidental. La batería de Allen fue una parte clave de la estructura rítmica que sustentaba la fusión del jazz, el funk y las melodías de África occidental.
"Sin Tony Allen, no habría afrobeat"
Allen grabó más de 30 álbumes con Kuti y su grupo, Africa '70. Las canciones generalmente duraban más de 10 minutos y las letras de Kuti a menudo eran diatribas enojadas contra la corrupción, los dictadores africanos y los regímenes militares de Nigeria. Kuti, quien murió en 1997, dijo una vez que "sin Tony Allen, no habría afrobeat".
En años posteriores, Allen trabajó con una amplia gama de artistas, incluido el músico Brian Eno, quien se refirió a Allen como "quizás el mejor baterista que jamás haya existido".
FEW (AFP, Reuters)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |
La madrina del punk: Nina Hagen cumple 65 años
Cantante, compositora, madre y activista: Nina Hagen tiene muchas facetas. Es una artista que con su estilo fuera de las convenciones y su filosofía de vida aún sigue sorprendiendo a todos.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. v. Jutrczenka
Una pequeña artista
Catharina "Nina" Hagen nació en Berlín Oriental el 11 de marzo de 1955. Su madre, Eva Maria Hagen, fue una superestrella en Alemania Oriental. "Con ella, el aura del escenario y las festividades nocturnas se propagaban por nuestro pequeño apartamento", escribió Nina en su autobiografía: "Confesiones". Su padre, el escritor Hans Oliva-Hagen, se divorció de Eva cuando Nina tenía cuatro años.
Imagen: picture-alliance/dpa
La vida tiene que tener color
Nina quería ser actriz, pero fue rechazada por el Estado comunista. Sin embargo, se las arregló para tomar clases de canto. A los 19 se unió a la banda “Automobil”, la cual solo tuvo un éxito: "Farbfilm" (Película de color). En la canción, una mujer canta con mucho enojo porque está de vacaciones con su novio y a él se le olvidó traer la película de color para la cámara fotográfica.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una familia de artistas
La madre de Nina comenzó una relación con el cantante Wolf Biermann. Nina lo amaba como a un padre y, cuando fue expulsado de Alemania Oriental en 1976, ella lo siguió a Alemania Occidental. Pasó un tiempo en Londres, donde se enamoró del ska y del punk. Cuando regresó a Alemania tenía muchas ideas, pero aún no sabía qué efecto tendrían en un escenario alemán.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Probst
Rock y canciones locas en Alemania
Fundó la Nina Hagen Band con cuatro personas, y el primer disco fue lanzado en 1978, estableciendo nuevos estándares musicales. Las letras podían resultar agradables, pero eran sinceras. Cantó sobre la muerte, las enfermedades venéreas y sobre el sexo. Luego del segundo álbum, la banda se separó. Los otros cuatro miembros disfrutaron de éxitos como “Spliff”. Nina continúo su carrera como solista.
Imagen: CBS
Pionera feminista
En 1979 Nina Hagen causó un escándalo en la televisión austriaca. Durante un programa dio instrucciones sobre cómo masturbarse. El presentador del programa estaba tan abrumado que sonrió y no intervino. Después de la emisión, fue despedido, mientras que los fans de la cantante aplaudieron su histórica aparición en televisión.
Imagen: picture-alliance/Bildarchiv
Amigos de por vida
Nina y Udo Lindenberg se hicieron amigos, y en muchas ocasiones compartieron escenario. Por ejemplo, en 1983, en el Teatro del Bosque de Berlín, donde cantaron junto a otros grandes músicos de los 80. Udo también invitaba a Nina a conciertos y a aniversarios de bandas. Aquí, los dos inspeccionan una chirimía antigua, un regalo del líder de Alemania Oriental, Erich Honecker, a Lindenberg.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nina y los hombres
Muchos hombres se han cruzado en el camino de Nina (foto: su segundo marido, "Rocco" Breinholm). Sus relaciones solo duraban unos pocos años. Mantuvo relaciones musicales con Herman Brood, Udo Lindenberg, Wolfgang Niedecken, Thomas D., y con las bandas Oomph! y Apocalyptica. El diseñador Jean-Paul Gaultier contribuyó a su estilo, y la inspiró a crear su propia marca: Mother of Punk.
Imagen: picture-alliance/dpa
De tal palo, tal astilla
La primera hija de Nina, Cosma Shiva, nació en 1981. Con el gen artístico de su madre, se convirtió en gran actriz. En Alemania los nombres están regulados, y Nina tuvo que presentarse ante la corte para obtener un permiso para usar ese inusual nombre. Le puso “Cosma” porque dijo haber visto un ovni durante el embarazo, y “Shiva” es un tributo a la diosa hindú. Su hijo Otis nació en 1990.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nina y el mundo
Nina se convirtió en ícono mundial. Vivió en Río, París y Nueva York, grabando un álbum detrás del otro. Su música y sus actuaciones eran vanguardistas, con un toque de locura, pero llenas de talento. Cantaba todos los estilos, desde pop y jazz hasta punk y ópera, y a menuda la rodeaba el escándalo. Un avistamiento de ovnis y un matrimonio punk de siete días son algunos de los más recordados.
Imagen: AP
En las protestas
Su padrastro, Wolf Biermann, y su juventud en Alemania Oriental moldearon su conciencia política. Asistió a marchas, como esta, en Viena, en 1979. También interrumpió desfiles de pieles en París, en defensa de los animales. Está a favor de la paz y de los derechos humanos. “Mi corazón late por las víctimas de tortura en el mundo, por todas las personas que tienen que huir”, dijo una vez a DW.
Imagen: picture-alliance/dpa
Con amor, karma y fe
Nina Hagen siempre ha tenido compasión por los desfavorecidos, lucha contra el tratamiento psiquiátrico forzado y cuida a enfermos terminales. Su propia creencia en el karma la ayudó a mirar a los ojos a la muerte. Pero sus visiones religiosas son multifacéticas: en 2009 se bautizó como cristiana protestante.
Imagen: picture-alliance/dpa
65, ¿y qué?
Nina Hagen a menudo aparece en los lugares menos esperados. Participó como jurado de un programa de televisión, celebra Navidad junto a los pobres y menospreció a presentadores en vivo. Lanzó 16 discos y alrededor de 500 canciones, y dice que tiene como objetivo centrarse en otras maneras de mejorar el mundo, más allá de la música. Pero no importa lo que haga, ella sigue siendo la gran Nina.