El nuevo plan de paz ha reavivado la esperanza entre las familias de los rehenes que aún permanecen en manos de Hamás, tras dos años de cautiverio. Las familias intensifican la presión sobre el gobierno israelí mientras continúan las negociaciones para un posible intercambio. Israel prevé liberar a más de 1.900 prisioneros palestinos, incluidos condenados a cadena perpetua.