Príncipe heredero: Arabia Saudí no rehuirá un enfrentamiento
16 de junio de 2019
Mohamed bin Salman negó sin embargo que Riad busque una guerra, en referencia a la disputa geopolítica con Irán.
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El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, afirma que su país no busca la guerra pero que tampoco rehuirá enfrentarse a alguna amenaza, en referencia al conflicto que mantiene con Irán, al que acusa de atacar a dos petroleros en el mar de Omán el pasado jueves.
En una entrevista con el diario saudí Asharq al Awsat distribuida por Arab News este domingo (16.06.2019), el príncipe heredero pidió una posición internacional contra la República Islámica, cuyas autoridades, sin embargo, negaron su implicación y responsabilizaron el sábado a Estados Unidos y sus aliados en la región de la creciente inestabilidad.
Los ataques tuvieron como blanco dos barcos cisterna con 44 personas a bordo, uno propiedad de un armador noruego y otro japonés, que sufrieron el jueves impactos y explosiones cuando salían del estrecho de Ormuz, a unas 30 millas de la costa de Irán. La tripulación de uno de los barcos fue rescatada por un buque iraní y, la del otro, por el comando de la V Flota de EE. UU., con base en Baréin.
El príncipe Bin Salman dijo en la entrevista que el régimen de Teherán ni siquiera respetó la presencia del primer ministro japonés, Shinzo Abe, en esa capital que coincidió con el ataque a los dos petroleros, uno de ellos portando la bandera japonesa.
Para Irán, es "sospechoso" que los ataques ocurrieran en el estratégico estrecho de Ormuz justo cuando el primer ministro japonés se encontraba de visita en Irán.
La República Islámica también fue acusada por el presidente de EE. UU., Donal Trump, el viernes del ataque contra los petroleros.
El heredero al trono saudí dijo, por otra parte, que su país seguirá apoyando a Sudán y solo desea cosas buenas para Yemen, aunque advirtió de que Arabia Saudí nunca aceptará tener una milicia al servicio de la agenda iraní en su frontera. Hacía así referencia a los rebeldes chiíes hutíes, a los que Arabia Saudí acusa de estar tutelados por Irán y que han aumentado sus operaciones desde Yemen contra el territorio saudí en las últimas semanas.
El Gobierno saudí lidera una coalición que interviene militarmente desde 2015 en Yemen a favor del Gobierno reconocido internacionalmente del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi y en contra de los hutíes, que controlan la capital Saná.
El asesinato de Khashoggi, un "crimen muy doloroso"
El príncipe Bin Salman se refirió también en la entrevista al asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi como un "crimen muy doloroso", y añadió que su país pretende lograr la plena justicia y rendición de cuentas. El periodista, que trabajaba para The Washington Post, fue asesinato en octubre pasado en el consulado de su país en Estambul, adonde acudió a recoger unos documentos para casarse con su novia, aunque no volvió a salir vivo del edificio.
Arabia Saudí tuvo que desdecirse ante la presión internacional y las pruebas en manos de Turquía y admitir que el periodista había muerto en sus dependencias y que había sido un asesinato premeditado. En el consulado, a Khashoggi le esperaban agentes saudíes que habían llegado a Estambul la noche anterior, entre ellos cuatro miembros del equipo de seguridad del príncipe heredero saudí Bin Salmán, quien, no obstante, ha negado cualquier vinculación con el crimen.
eal (efe, afp)
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Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
Imagen: akairan.com
Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
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El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
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Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
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Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
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Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
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El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
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Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
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Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.