Entre el 11 y 16 de febrero, el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, visita Ecuador y la vecina Colombia, un país que implementa el acuerdo de paz y atiende el éxodo masivo de venezolanos.
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"Aunque la guerrilla de las FARC entregó las armas, Colombia no es aún un país pacífico", dice Tom Koenigs, delegado del ministro de Relaciones Exteriores para el apoyo al proceso de paz en Colombia. "Su implementación va demasiado lenta para todos, y cuanto más lenta sea, menos oportunidades habrá de convencer a los grupos violentos de que el camino de la paz es el mejor".
El hecho de que Colombia haya logrado un acuerdo de paz en medio de tan difíciles condiciones es reconocido en todo el mundo, el entonces presidente Juan Manuel Santos recibió incluso en 2016 el Premio Nobel de la Paz por ello. 7.000 guerrilleros de las FARC renunciaron a sus armas, el partido resultante, también llamado FARC ya competido en elecciones, las fuerzas de seguridad del Estado deben proteger a los exrebeldes de la venganza. "Pero más de 80 excombatientes han sido asesinados", dice Koenigs, así como cientos de líderes sociales. "Los ciudadanos que intentan implementar la democracia en las bases comunitarias están brutalmente amenazados", advierte el político alemán.
Los juegos de intereses de algunos políticos en torno al proceso de paz dividieron a la población. "Mientras para el gobierno de Santos, este tema fue el buque insignia, el nuevo gobierno de Iván Duque está tratando de borrar la palabra paz del lenguaje y prefiere hablar de estabilidad y seguridad", observa Koenigs.
Colombia puede contar con el apoyo de Alemania
¿Fracasó entonces el proceso de paz? "No", contradice el experto en Colombia, pero es un proceso lleno de dificultades. "Siempre se ha hablado de un proceso de paz y no de haber conseguido ya la paz, que resolviera todos los problemas de una sola vez. El acuerdo con las FARC fue un primer paso, a este le debe seguir una tregua con la guerrilla del ELN".
"Alemania promovió la bienvenida de Colombia a la OCDE a mediados de 2018. Lo que une a Alemania y Colombia es que ambos son países que creen en el multilateralismo, sobre todo en estos tiempos", explica Koenigs.
Autoridades de Colombia superadas por refugiados venezolanos
El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, visitará el Instituto Humboldt, en la capital colombiana, para conmemorar el 250 aniversario del naturalista Alexander von Humboldt. Pero también se informara en un centro de ayuda sobre el tratamiento que Colombia le está dando a los refugiados de Venezuela.
Según Ralf Oetzel, consultor de la organización GIZ y asistente de desarrollo en las regiones fronterizas, "las autoridades colombianas están irremediablemente avasalladas con la inmensa cantidad de refugiados venezolanos que intentan establecerse aquí, pero no encuentran ni trabajo ni vivienda".
Oetzel ha trabajado en Cúcuta, la ciudad en el este de Colombia cuyo puente fronterizo se ha convertido en símbolo de la crisis humanitaria en Venezuela. "Rara vez he visto tanta desnutrición en una familia con dos niños pequeños", comenta, "hay incluso personas que pasan la noche en las alcantarillas".
La masiva inmigración desde Venezuela mantendrá a Colombia ocupada durante mucho tiempo. Oetzel hace un llamado a Alemania para que no deje sola a la región: "Los proyectos de la sociedad civil en la región fronteriza deben fortalecerse, así como las iniciativas transnacionales."
"¡Es un problema regional para el que solo puede haber respuestas regionales!", concluye.
(jov/rrr)
El Páramo de Berlín: la montaña de la muerte para los migrantes venezolanos
Pocos comprenden aún las dimensiones del éxodo venezolano. "Su desolación es tal que primero tenemos que regresarles la dignidad", dice a DW Patricia de Puyana, de la ONG Entre dos Tierras, que asiste a los caminantes.
Imagen: Patrícia de Puyana
Frailejones, cardos y romero
El Páramo de Berlín, un paisaje que los colombianos visitan para descansar, acampar, avistar animales silvestres y observar el firmamento en las noches despejadas, pero que los venezolanos cruzan apurados evitando la noche con sus gélidas temperaturas. Una habitante de la zona cuenta que el nombre de Berlín se debe a un ingeniero alemán que comparaba el frío de allí con el de la capital alemana.
Imagen: picture-alliance/dpa/El Tiempo
Páramo de Berlín: fuente de vida, peligro de muerte
El Parámo de Berlín, forma parte de un sistema de siete Parques Naturales, fuentes del agua que provee a más de 30 municipios en faldas y valles de los dos departamentos que en Colombia llevan el nombre de Santander. El Páramo de Berlín está entre 2.800 y 4.290 metros sobre el nivel del mar, entre Cúcuta, en la frontera con Venezuela, y Bucaramanga, en la ruta hacia Bogotá.
Cúcuta, el inicio del recorrido por Colombia
En esta ciudad fronteriza comienza el recorrido para la mayoría de venezolanos. Los que no tienen dinero para un tiquete de bus, guardan sus ahorros y toman la vía esperando llegar a Bogotá, Quito, Lima o Santiago de Chile, a pie. Pero primero tienen que salvar el primer gran obstáculo: el Páramo de Berlín, entre Cúcuta y Bucaramanga. 195 kilómetros de marcha, entre el desconsuelo y la esperanza.
Imagen: Getty Images/AFP/L. Acosta
Una mirada de temor y esperanza
Dos migrantes venezolanos, asistidos por la Fundación Entre dos Tierras, con sede en Bucaramanga. Ellos tuvieron suerte de encontrar en el camino a voluntarios que los proveen de ropa contra el frío. Muchos van solo con vestuario para climas cálidos y se sorprenden de saber que el frío puede matar. Unos 17 caminantes habrían muerto, reporta una líder de la comunidad venezolana en Tunja.
Imagen: Patrícia de Puyana
La ruta del frío
Unos cuentan con suerte de recibir zapatillas para seguir el camino, mientras otros ven frustrado su camino porque las ampollas les impiden continuar. La ONG Entre dos Tierras busca coordinar la ayuda espontánea de lugareños y viajeros, para que no sea solo puntual sino permamente. El sueño de Patricia de Puyana es construir un albergue en Bucaramanga que ofrezca comida y atención médica.
Imagen: Patrícia de Puyana
Caminando y pensando en dónde conseguir un empleo
Los migrantes no siempre tienen un destino fijo. Ellos van de ciudad en ciudad en busca de un trabajo, que difícilmente encuentran. Esto tiene que ver con que ya cientos de miles de sus compatriotas han ocupado las pocas vacantes que el mercado laboral de Colombia ofrece, un país con 9,7% de desempleo, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Imagen: Patrícia de Puyana
Entre dos Tierras: “Hay que dignificar esta migración”
Para la Fundación Entre dos Tierras es prioritario "devolverle la dignidad a los migrantes". Patricia de Puyana cuenta que el grado de desolación en que muchos salen de su país y emprenden la travesía es aterrador. "No solo necesitan comida, abrigo y techo, sino también recuperar su dignidad", concluye. "Todos los pensamientos en Venezuela rondaban sobre cómo comer", dice un caminante.
Imagen: Patrícia de Puyana
La ruta de la niebla
Migrantes venezolanos cruzan el Páramo de Berlín que durante buena parte del día permanece tras la niebla. La hiportemia y el mal de altura son algo con lo que pocos cuentan. Migración Colombia y delegados de la ONU recorren esta vía para confirmar las muertes reportadas a sus orillas, que no están hechas para peatones. "Después de caminar semanas perdemos la noción del tiempo", dice un migrante.
Imagen: Patrícia de Puyana
Llamado a ayudar
“Colombia y los colombianos tienen que enfrentar esta crisis humanitaria porque quienes la están sufriendo son seres humanos”, independientemente de su nacionalidad o su orientación política. Es el llamado de la Fundación Entre dos Tierras, que insta a hacer mucho más por quienes han tenido que huir del hambre y el futuro truncado en Venezuela. Autor: José Ospina-Valencia (er)