La Fundación Heinrich Böll, cercana al Partido Los Verdes, emitió hace unas semanas un informe titulado "López Obrador perdió las elecciones, no las ganó (realmente) Calderón". En él, se afirma que "En los pasados meses, Calderón se mostró notablemente reservado, tanto en el conflicto con la oposición como ante las declaraciones sobre otros conflictos actuales como la rebelión contra el gobernador Ulises Ruiz, de Oaxaca, miembro del PRI."

Campaña desafortunada

"En lugar de esto, Calderón buscó cobrar un mayor perfil a través de una serie de viajes por países latinoamericanos y de una corta visita al presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Ante éste presentó su Proyecto 2030, que a grandes rasgos delineó lo que en su opinión serán las líneas de desarrollo más importantes para México en los próximos 25 años."

La organización alemana critica el hecho de que Calderón haya manifestado su disposición al diálogo, "luego de una campaña en la cual calificó a su enemigo como 'un peligro para México'". Las primeras propuestas de Calderón "mostraron coincidencias con las de la alianza parlamentaria izquierdista Frente Amplio Progresista.

"El rechazo a la privatización del consorcio petrolero estatal, Pemex, así como el ofrecimiento de fortalecer a las empresas públicas fue formulado como muestra de voluntad para encontrar consenso más allá de los partidos políticos. Pero la composición del gabinete económico de Calderón deja lugar a dudas sobre si esto llegará a transformarse en hechos concretos."

Análisis socialdemócrata

Por su parte, la Fundación Friedrich Ebert, afín a la socialdemocracia alemana, elaboró hace unos meses un análisis sobre la situación política de México. El documento fue dado a conocer poco antes de las elecciones de julio, pero contiene algunos elementos rescatables sobre lo que será la gobernabilidad en el país durante los próximos años.

Svenja Blanke, quien dirige la oficina de la fundación en México, señala en el informe que "el país se encuentra fuertemente dividido en lo político". Cuestiona también los métodos de campaña que llevaron a Calderón al poder. Ésta fue, en su opinión, un agresivo ejercicio de propaganda mediática que "advertía -por supuesto, sin presentar pruebas- sobre una supuesta cercanía ideológica entre el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el candidato de centroizquierda."

Sobre las perspectivas de gobernabilidad, la directora en México de la Fundación Friedrich Ebert advertía que "el próximo presidente mexicano deberá, como Vicente Fox, trabajar con un Congreso en el cual ninguno de los tres partidos mayoritarios tendrá mayoría absoluta".

El pronóstico se cumplió. Ante ello, "no alcanzará la colaboración de los partidos más nuevos y pequeños para promover reformas constitucionales. Por todo lo anterior, el próximo titular del Ejecutivo deberá construir los consensos necesarios para sacar adelante el programa de reformas."

La situación actual, dice Blanke, obedece a que "tras pocos años de experiencia real y práctica en el terreno parlamentario, la política mexicana implica nuevos riesgos. Sin un consenso general entre los principales actores políticos -PRI, PAN, PRD- sobre las metas fundamentales en cuanto al estado de derecho, política socia, económica y energética, y globalización, las necesarias reformas políticas no podrán ser puestas en práctica. (...) La ineptitud del gobierno de Fox en su trato con los demás actores políticos y sociales dará al próximo presidente -esperemos- una valiosa lección."