La acción policial en la que el exmandatario fue conducido a declarar fue calificada de "política, mediática y 'policialesca' por el gobernante Partido de los Trabajadores de Brasil.
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El expresidente Luiz Inacio Lula da Silva terminó de declarar este viernes (04.03.2016) en comisaría por sus presuntos nexos con el escándalo de corrupción en Petrobras. Allí fue trasladado de forma coercitiva en una acción policial que ha enrarecido aún más las turbulentas aguas políticas del país. "Estamos llamando a la militancia, en este momento grave en que se monta una operación política, un espectáculo mediático en torno a Lula y su familia, para que todos los directorios del partido en sus estados entren en vigilia, aguardando el desenlace del testimonio del expresidente (...)", dijo el presidente nacional del PT, Rui Falcao, a través de un video divulgado en la página web de la fuerza política.
Falcao agregó que el operativo fue realizado "sin ninguna necesidad", puesto que "todas las veces que Lula fue convocado a declarar, lo hizo". "Entonces, es un espectáculo político que muestra el verdadero carácter de esta operación: no se trata de combatir la corrupción, sino simplemente de alcanzar al PT, al expresidente Lula y al Gobierno de la presidenta Dilma" concluyó Falcão.
Además de la declaración de Lula, se llevó a cabo un registro de inmuebles que pertenecen o son usados habitualmente por el exmandatario y sus familiares. También fueron llevados a declarar uno de los hijos de Lula y el presidente del Instituto Lula, Paulo Okamoto. La institución calificó de "violenta, arbitraria e ilegal" la acción policial, y sostuvo que el objetivo de la misma es avergonzar públicamente al expresidente. "La violencia practicada hoy contra el expresidente Lula y su familia, contra el Instituto Lula y otros ciudadanos vinculados al expresidente, es una agresión al estado de derecho que afecta a toda la sociedad brasileña", expresó la entidad. Según el Ministerio Público Federal, existen "evidencias" de que Lula se vio favorecido por los desvíos de fondos ocurridos en el marco de la colosal trama de corrupción que se operó en la estatal Petrobras durante buena parte de su Gobierno, que se extendió entre 2003 y 2010.
La oposición pide la dimisión de Rousseff
El senador Aécio Neves, quien perdió las elecciones de 2014 frente a la mandataria Dilma Rousseff, afirmó, por su parte, que "Brasil merece saber la verdad" sobre el expresidente Lula da Silva. "Es un paso definitivo para que los brasileños pueden acceder a la verdad que hace mucho tiempo se le oculta al país", dijo Neves, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien acusó al Partido de los Trabajadores (PT), de Lula y Rousseff, de los escándalos de corrupción en la estatal Petrobras. "Este día exige coraje y serenidad", pero "los graves indicios de irregularidades y crímenes cometidos a la sombra del proyecto de poder del PT finalmente están viniendo a la luz", apuntó Neves.
La oposición brasileña reavivó los pedidos para que la presidenta Dilma Rousseff renuncie al cargo. "Se acabó la República. Es el fin del Gobierno", dijo el diputado Miguel Haddad, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal opositor del Partido de los Trabajadores. "La presidenta Dilma debería tomar la iniciativa de apartarse del Gobierno. No tiene más autoridad moral para gobernar", añadió Haddad. Por su parte, el líder del partido socialdemócrata en la Cámara Baja, Antonio Imbassahy, calificó de "gravísima" la situación, y consideró que la acción contra Lula va a dar impulso a las manifestaciones callejeras en favor de la salida de Rousseff.
Solidaridad de Maduro
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo, por su parte, que Luiz Inacio Lula da Silva saldrá más fuerte de este "miserable ataque": "Lula, el camino ha sido largo y no han podido contigo. De este ataque miserable saldrás más fuerte, Venezuela te abraza", escribió Maduro en su cuenta de Twitter. Lula fue un aliado cercano del fallecido mandatario Hugo Chávez, con quien puso en marcha una serie de proyectos conjuntos en Venezuela.
MS (dpa/efe/rtrla)
Altos y bajos en la trayectoria política de Dilma Rousseff
Antes de llegar a la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff luchó contra la dictadura y un cáncer, y fue ministra de Lula. La crisis económico-política y un juicio de destitución se convirtieron en su mayor adversario.
Imagen: Roberto Stuckert Filho
Un agitada vida política
Un vistazo a la vida política de Dilma Rousseff, que comenzó ssiendo muy joven. A fines de los años 60 integró organizaciones que combatían la dictadura, hasta ser tomada presa, en enero de 1970, y torturada durante más de 20 días. Cuando salió de prisión, dejó la lucha armada y se mudó a Río Grande do Sul, donde estudió Economía y ayudó a fundar el Partido Democrático de los Trabajadores (PDT).
Imagen: AP/Arquivo Público do Estado de São Paulo
Junto a Lula
Dilma se afilió al Partido de los Trabajadores (PT) en 2001, cuando era secretaria de Minas y Energía de Rio Grande do Sul. Con la elección de Luiz Inacio "Lula" da Silva, en 2002, fue nombrada ministra de Minas y Energía. En 2005, asumió la jefatura de la Casa Civil. Ese cambio marcó el inicio de una reforma ministerial en medio de una crisis política.
Imagen: Ricardo Stuckert/PR
Ministra "de línea dura"
Cuando era ministra y jefa de la Casa Civil, Dilma anunció la creación de un Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), en 2007, que no se desarrolló como se esperaba, y asumió la dirección de iniciativas como el programa “Mi casa, mi vida”. En 2009 presentó un marco regulatorio que define las reglas de la explotación de las reservas de petróleo del presal.
Imagen: A. Nascimento/ABr
Su lucha contra el cáncer
En abril de 2009 se le diagnosticó cáncer linfático. Tras una cirugía y meses de radioterapia, Dilma anunció en septiembre de ese año que estaba curada. Ya era precandidata del PT para suceder a Lula. “Si uno se desarma ante esta dolencia, ella vence. Pero si uno no lo hace, percibe que la vida no acabó, y que incluso puede estar mejor que antes”, dijo a DW sobre su enfermedad.
Imagen: AP
Llegada a la presidencia
En octubre de 2010, Dilma dejó de ser una actriz secundaria en el escenario político para ser la sucesora de la política del expresidente Lula. Ganó en segunda vuelta contra José Serra y pasó a ser la primera presidenta de la historia brasilera. Asumió el cargo el 1º de enero de 2011.
Imagen: AFP/Getty Images/Evaristo Sa
Primer discurso en la ONU
“Por primera vez en la historia de las Naciones Unidas, una voz femenina inaugura el debate. Es la voz de la democracia y la igualdad amplificándose en esta tribuna”, dijo Dilma en la apertura de la 66ª Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2011. Allí resaltó el papel de la mujer en la sociedad y en la política, lamentó la ausencia palestina y defendió la reforma del Consejo de Seguridad.
Imagen: picture-alliance/dpa
Dimisión de ministros
De los 39 ministros que integraban el equipo de la presidenta electa, ocho dejaron sus cargos en los primeros 14 meses de mandato tras escándalos. Siete de ellos venían del gobierno de Lula. De los ocho que dimitieron, solo Nelson Jobim, entonces ministro de Defensa, no estaba envuelto en denuncias de corrupción.
Imagen: AP
Inclusión social
Durante su primer mandato, Dilma dio continuidad a programas sociales del gobierno de Lula como la Bolsa Familia y Mi casa, Mi vida, y subastó el Campo de Libra, en el presal, destinando recursos a la educación y a la salud. También se crearon nuevos programas, como Pronatec y Más Médicos, este último, objeto de duras críticas por las entidades médicas, que realizaron protestas y huelgas.
Imagen: picture alliance/AE
Corrupción en Petrobras
En marzo de 2014, la Policía Federal de Brasil puso en marcha la Operación Lava Jato para investigar un megalavado de dinero que envuelve a Petrobras, a grandes empresas del país y a decenas de políticos. El escándalo en la petrolera estatal sirvió de combustible a la oposición durante la campaña electoral en ese año.
Imagen: AFP/Getty Images/K. Betancur
Elecciones disputadas
Dilma fue reelecta el 26 de octubre de 2014 con 54,5 millones de votos, en segunda vuelta, en una de las elecciones más disputadas de la historia de Brasil, con una diferencia de apenas 3,5 millones de votos para el segundo, Aécio Neves (PSDB). La campaña estuvo marcada por ataques verbales, escándalos y la muerte de uno de los candidatos, Eduardo Campos (PSB), sustituido por Marina Silva.
Imagen: picture-alliance/dpa/Sebastião Moreira
Crisis económica
Con una victoria apretada, Dilma enfrentó la paralización del crecimiento económico. En su primer mandato, el PIB creció menos de lo esperado, pero para los próximos dos años, la proyección fue aún peor: de retracción. La inflación, que viene creciendo desde 2012, superaría el techo prefijado en 2015, lo que no ocurría desde 2003.
Imagen: E. Sa/AFP/Getty Images
Protestas y reprobación
Las manifestaciones de junio de 2013 apenas afectaron a Dilma. En 2015, por otro lado, centenas de miles de personas salieron a la calle en Brasil para protestar específicamente contra el gobierno de la presidenta y los escándalos de corrupción. La gestión de Dilma Rousseff, que llegó a ser aprobada por el 73% de los brasileros en 2011, vio caer esa cifra a un 8% cuatro años más tarde.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Sa
Déficit de presupuesto
En agosto de 2015, enfrentándose con el Congreso, el gobierno presentó una propuesta de presupuesto para 2016 con una previsión de déficit de 30,5 billones de reales, algo inédito. La decisión llevó a que la agencia de clasificación de riesgo Standard & Poor’s rebajara la nota de Brasil. Luego, el gobierno anunció un ajuste fiscal que aún trata de negociar con el Congreso.
Imagen: picture-alliance/epa/F. Bizerra jr.
"Maniobras" fiscales
A comienzos de octubre, el Tribunal de Cuentas de la Unión Brasilera recomendó rechazar las cuentas de 2014. La decisión es usada por la oposición para fundamentar un pedido de proceso de destitución para Rouseff. Dilma anunció el corte de ocho ministerios, la extinción de 30 secretarías en todas las carteras y la reducción de un 10% del salario para los ministros y para sí misma.
Imagen: Reuters/U.Marcelino
Cunha, pieza clave del juego político
El presidente de la Cámara de diputados, Eduardo Cunha, rompió con el gobierno cuando fue investigado por el escándalo de Petrobras. En vez de perder fuerza por las denuncias de corrupción, se mantiene firme en el poder y su actuación es decisiva para abrir un proceso de destitución contra Dilma, lo que desea la oposición.