Con la cara ensangrentada, Donald Trump levanta el puño en gesto de lucha, mientras guardias de seguridad intentan proteger al expresidente: una imagen icónica que no podría ser más simbólica. "Es la peor situación en la que se puede encontrar una persona, ante la muerte”, dice la experta en comunicación y temas estadounidenses Marion Müller, de la Universidad de Tréveris, en Alemania. "La persona a la que disparan no piensa primero en sí misma, sino en su misión”, agrega.

Eso tiene un efecto. El puño cerrado de Trump, no un signo de victoria, sino un gesto de feroz determinación y enorme ira, convierte al candidato presidencial en un mártir a los ojos de sus seguidores, con un mensaje mesiánico. "Aquí Trump hace una promesa de salvación", explica Müller, en entrevista con DW. "El hecho de que sobreviviera al intento de asesinato y triunfara, como lo demuestra el gesto del puño, es interpretado por los trumpistas como 'la voluntad de Dios' y, por tanto, como una predicción de su reelección", asegura. Estados Unidos es un país profundamente religioso, y la foto de Trump levantando el puño es, para muchos de sus seguidores, la "imagen convertida en misión para liderar el país”. 

Trump conoce el poder de las imágenes

El fuerte gesto de su puño levantado, por más espontáneo que fuera, es sin duda fruto de su instinto político. Trump conoce el poder de las imágenes. Con su gesto, se convirtió en "antivíctima”, al pasar él mismo a la acción y levantar el puño varias veces. "Aunque esto encaja en la historia iconográfica del puño cerrado, que fue representada principalmente por los movimientos de libertad e independencia, el puño levantado de Trump también contrasta con su anterior presentación como víctima del sistema judicial estadounidense”, señala Müller.

Si en Rusia se hubiera producido una situación similar, con un gesto similar del presidente Putin, probablemente no se habría mostrado públicamente, sospecha la experta. "En Rusia habrían restado importancia al incidente, tal vez hablando de un arma que 'se disparó accidentalmente'”. Pero después de eso, un Putin radiante habría aparecido en los medios rusos. "Los medios estadounidenses están predispuestos a favor de estas fotografías icónicas", afirma Müller. No fue el momento anterior, cuando Trump se agachó, ni el posterior, cuando fue conducido al coche negro, la imagen elegida por los medios. ”Se eligió esta foto porque encaja perfectamente en la tradición icónica de la comunicación presidencial estadounidense”, recuerda Müller.

Primero el ataque, luego un gesto amenazador

El puño cerrado tiene una larga historia, como señaló una vez el investigador Roland Posner, exdirector del departamento de semiótica de la Universidad Técnica de Berlín. Las pinturas en jarrones griegos que tienen entre 2.000 y 3.000 años de antigüedad muestran a personas que a veces usan los puños en peleas, cerrados victoriosamente o como gesto amenazador.

El puño, el arma más elemental del hombre, combina la fuerza de la mano y del brazo. Pero el puño pasó de ser un arma para golpear a un gesto amenazador, suficiente para hacer huir al enemigo. Es muy probable que el hombre de la Edad de Piedra apretara el puño cuando quería defender su cueva, su mujer, sus provisiones o el fuego imprescindible para la supervivencia.

¿Qué hace del puño en alto una señal de batalla política, un mensaje indirecto? El naturalista inglés Charles Darwin especuló sobre ello. En su libro "La expresión de las emociones en el hombre y en los animales", reconoció el puño cerrado como una característica típica de la ira. "Gestos como levantar los brazos con los puños cerrados como si quisieras golpear al que te está insultando, son muy comunes, sólo pocas personas pueden resistir la tentación", escribió el investigador del comportamiento. 

Un puño, muchos movimientos

Como símbolo de la clase obrera y su voluntad política, la mano pasó a formar parte de la iconografía de los siglos XIX y XX, como la describió el etnólogo Gottfried Korff. La mano simboliza a quienes llegaron al escenario de la historia a través del cambio económico y social. "La mano revela la cercanía a la actividad laboral", afirma Korff.

Varios movimientos han descubierto el puño en alto como logotipo. Están los movimientos socialistas que utilizan un puño rojo, a veces en combinación con una rosa. Un puño negro representa al Black Power, el movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos. Un "puño ario” blanco simboliza el poder blanco en el contexto de la escena neonazi mundial y del Ku Klux Klan estadounidense. Por ejemplo, el asesino en masa y terrorista de derechas Anders Behring Breivik saludó al tribunal de Oslo en 2012 con el puño en alto. Pero Women Power (Poder Femenino) y la comunidad LGTBIQ+ también utilizan la imagen del puño para su marca distintiva.

Según la experta Müller, el ataque al expresidente estadounidense Donald Trump antes de que levantara resueltamente el puño no fue en absoluto un intento de asesinato político: "Más bien, la secuencia de los hechos y los implicados llevan el sello de un clásico tiroteo estadounidense”. El autor de los disparos, un joven de unos 20 años, tenía la clara intención de ser asesinado tras una acción espectacular.

(ct/er)