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El regreso de Joe Biden y el deseo de un candidato moderado

Christina Bergmann
4 de marzo de 2020

Después del "Supermartes" está claro que el candidato presidencial demócrata de EE. UU. se decidirá entre Joe Biden y Bernie Sanders. Una oportunidad perdida, pero también un mensaje claro, opina Christina Bergmann.

USA Super Tuesday | Bernie Sanders und Joe Biden ARCHIV
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Rourke

¿Cómo pudo suceder?

Los candidatos presidenciales democrátas eran tan diversos como nunca en junio de 2019: mujeres, afroamericanos, hispanoamericanos, jóvenes, dinámicos, optimistas y sí, también homosexuales. Eran tantos y tan variopintos que no todos cabían en un solo escenario en los primeros debates televisivos. En dos noches, se presentaron ellos mismos y sus ideas a la audiencia estadounidense.

Ahora, más de ocho meses después, la candidatura se decidirá entre un exvicepresidente de 77 años, conocido por sus meteduras de pata verbales y problemas de memoria, como por sus abrazos a mujeres al límite de lo permitido y un senador de 78 años, que acaba de sufrir un infarto, se autodenomina con orgullo "socialista", pero no revela cómo financiaría su política liberal. Este último se caracteriza, sobre todo, por su terquedad. El primero no tiene un verdadero plan y el segundo no es capaz de lograr el apoyo de la mayoría.

Christine Bergmann, redactora de DW.

La mayoría quiere candidatos moderados

Los resultados de las primarias muestran, sobre todo, una cosa: los electores demócratas quieren unanimidad. Están dispuestos a votar a cualquiera que pueda vencer a Donald Trump. Además, los objetivos políticos fundamentales están también claros: los demócratas consideran que el Estado tiene el deber de ayudar a los pobres y débiles, abogan por un seguro de salud para todos (de la forma que sea) y leyes de armas razonables, quieren combatir el cambio climático y establecer políticas de seguridad y de exterior moderadas.

La mayoría quiere un candidato moderado y no apoya las opiniones extremas e intransigentes de Bernie Sanders. Es por eso que los votantes se han agrupado junto a Joe Biden, después de que este lograra un notable 50 por ciento de los votos en Carolina del Sur. Y después de que los otros rivales moderados se rindieran. Recientemente, el exalcalde Pete Buttigieg y la senadora Amy Klobuchar anunciaron su apoyo a Biden. La unión hace la fuerza y a todos les gusta apoyar a los ganadores.

Sin fuerzas para adoptar una solución valiente

¿Podemos soñar por un momento? ¿Qué hubiera pasado si el proceso hubiera sido de otra manera y el Partido Demócrata hubiera mostrado dotes de liderazgo? Si el partido hubiera decidido la dirección ideológica del viaje o se le hubiera ofrecido a los votantes la posibilidad de elegir entre un máximo de dos candidatas: ¿la moderada Amy Klobuchar y la progresista Elizabeth Warren? Dos mujeres inteligentes que miran hacia el futuro y también saben cómo forjar coaliciones.

Con una maquinaria democrática unificada, con el apoyo de los grandes del partido, como Joe Biden, cuyos logros son indiscutibles en su larga carrera, y Bernie Sanders, que actualmente motiva a los jóvenes como ningún otro candidato, cualquiera de las dos mujeres habría podido enfrentarse al actual presidente de Estados Unidos. Pero los grandes y los dirigentes del partido esquivaron tomar la decisión y la han dejado en las manos de los votantes. Simplemente estaban abrumados. La organización de Bernie Sanders, sus entusiastas y comprometidos jóvenes seguidores y la reputación de Joe Biden finalmente les dieron beneficios inalcanzables. Los otros candidatos más jóvenes no tuvieron, en realidad, ninguna oportunidad.

La mejor solución: retirada de Sanders

Joe Biden ha experimentado ahora el renacer de su carrera política, al ganar en estados donde ni siquiera hizo campaña, como Minnesota. Allí, Bernie Sanders derrotó a Hillary Clinton en 2016. En 2020, Joe Biden ganó en Minnesota por un amplio margen, con el apoyo en casa de Amy Klobuchar. Ya es hora de que los demócratas cierren filas y recuerden cuál es el verdadero objetivo: ganar las elecciones presidenciales contra Donald Trump en noviembre. Bernie Sanders debería tomar en serio el mensaje de los votantes si lo que realmente le importa es echar a Donald Trump de la Casa Blanca: no quieren una revolución, quieren un candidato moderado. Incluso si se llama Joe Biden.

(rmr/jov)

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