Un nombre prestigioso, una reputación excelente, unas condiciones de investigación de primera: los Institutos Max Planck son el buque insignia de Alemania como centro científico y gozan de gran popularidad entre doctorandos y postdoctorandos de todo el mundo. De los Institutos Max Planck han salido 31 premios Nobel hasta la fecha.

Pero esta historia tiene también otra cara: los jóvenes investigadores acusan a sus superiores de intimidación y abuso de poder. Durante meses, un equipo de Deutsche Welle y Der Spiegel investigó la mala conducta de los jefes de grupo y de los directores de instituto dentro de la Sociedad Max Planck. Hablamos con más de 30 de los afectados que trabajaban como doctorandos y postdoctorandos en diversos institutos. Muy pocos de ellos se atrevieron a denunciar la mala conducta, por miedo a las consecuencias que podría tener en sus carreras profesionales. Al fin y al cabo, los directores de instituto tienen mucho poder. Y aquellos que sí querían denunciar dentro de la organización y buscaban ayuda eran rechazados.

En este reportaje, varios jóvenes científicos cuentan cómo fueron esas humillaciones y gritos en el laboratorio o en la oficina. También mostramos cómo fallan las estructuras de denuncia de la Sociedad Max Planck, aparentemente en todos los ámbitos, y cómo se deja a las víctimas en la estacada.