Casas de cuento de hadas, artesanos, vino caliente especiado y pan de Navidad. En los más de 230 puestos se respira el ambiente pre-navideño. Y los visitantes no quieren renunciar a él, a pesar del reciente ataque en Estrasburgo y del ataque terrorista ocurrido en Berlín hace dos años. Para los comerciantes, por su parte, el Striezelmarkt es sinónimo de estrés. ¿Alcanzan los suministros? ¿Cómo proteger a los despreocupados clientes de los carteristas? Crear un ambiente navideño significa estrés y mucho trabajo. Un reportaje de Thomas Gill.