Naciones Unidas afirma que a mediados del año que viene medio millón de niños menores de cinco años podrían morir. La organización advierte de una catástrofe humanitaria y hace un llamamiento urgente para recaudar en los próximos meses al menos mil millones de dólares en ayudas. Entre las causas se encuentran el cambio climático; los altos precios de los alimentos tras el estallido de la guerra en Ucrania; una economía paralizada por décadas de conflicto; la pandemia de Covid-19 y el terrorismo islámico. Las oenegé aseguran que estos factores combinados han llevado a amplias zonas de Somalia al borde de la hambruna. Mientras tanto el gobierno somalí se niega hasta ahora a hacer una declaración formal con la que se podría desbloquear la ayuda internacional y seguramente salvar miles de vidas. Mariel Müller se desplazó a Baidoa, en el suroeste de Somalia, considerado el epicentro de la hambruna en el país.