En Moscú, el patriarca Cirilo dio su bendición a la ofensiva de Vladímir Putin contra Ucrania, y muchos obispos ortodoxos rusos se han unido a él. Mientras tanto, en Roma, una monja ortodoxa rusa ha sido apartada de la Iglesia por denunciar a los dirigentes eclesiásticos. Es lo peor que le puede pasar a una monja, pero la hermana Vassa no quiere ceder. Se ha pasado a la Iglesia ortodoxa ucraniana y sigue denunciando en las redes sociales a quienes apoyan a Putin y la guerra. Esta monja, nacida en Estados Unidos, tiene cientos de miles de seguidores en Internet. La mala noticia para el patriarca Cirilo es que, además, es una teóloga consumada, que ha estudiado en Múnich y Viena, y domina el inglés, el ruso, el griego, el alemán y el italiano. Es doctora en Derecho Canónico, por lo que sabe lo que se puede y lo que no se puede hacer en la Iglesia.

Un reportaje de Miodrag Soric