El juzgado de Sta. María (California) condenó a Michael Jackson a pagar una indemnización de 5,3 millones de dólares. El jurado declaró culpable al Rey del Pop por haber cancelado, sin ningún motivo, dos conciertos organizados para la víspera del nuevo milenio. El productor alemán, Marcel Avram, que trabajaba con Michael Jackson desde 1972, le acusó de haber originado gastos de producción de 20 millones de dólares, incluyendo la promoción y los cuidados médicos que el cantante exige en sus actuaciones. Los abogados de Michael Jackson alegaron que fue el propio productor el que canceló los conciertos, debido a la escasa asistencia prevista. Avram comunicó su alegría por haber recuperado una parte de la inversión realizada. Aun así, los abogados de la acusación no están del todo satisfechos y manifestaron su intención de apelar una parte del proceso.

A pesar del juicio, el empresario alemán mantuvo que su larga amistad con Michael Jackson no ha cambiado tras lo ocurrido. Avram sigue diciendo que Michael es el artista más grande del mundo cuando sube al escenario. Pese a sus deudas, que en julio ya alcanzaban los 200 millones de dólares, el Rey del Pop sigue enfrentándose a sus interminables problemas judiciales con la actitud infantil que le caracteriza. Por ejemplo, con declaraciones como "me parezco a Walt Disney" o "me siento todavía un niño".

Víctima de la prensa y querido por el público

El juicio entero pareció una de las actuaciones de Michael. En su primera aparición frente al tribunal, a principios de noviembre, Jackson entró en la sala con una mascarilla quirúrgica. Se la tuvo que quitar a petición del juez, mostrando una barba incipiente y tiritas que ocultaban las cicatrices de su nariz, probablemente consecuencia de sus incontables operaciones de estética. Labios pintados de rosa, cejas perfiladas de negro y una enorme peluca eran los complementos de su imagen que circuló por todo el mundo.

En la última vista judicial, Michael contó con el apoyo de numerosos seguidores que estaban esperando a las afueras del juzgado. Además, dentro de la sala estaban presentes unos 30 adolescentes que habían conseguido el acceso por medio de un sorteo.

Michael origina todo tipo de polémicas allí donde va. Hace unas semanas fue presentado el documental "viviendo con Michael Jackson", donde el periodista Martin Bashir muestra la vida privada del artista, al que acompañó durante ocho meses. La cinta ha rebasado fronteras y se calcula que fue vista por 14 millones de espectadores, arruinando su imagen pública. Aun así, Jackson todavía es valorado como artista en Alemania. Su carrera artística fue reconocida cuando se le otorgó el premio Bambi en Berlín. Sin embargo, la prensa insistió en mostrar la imagen que Jackson nos brindó en su última aparición pública en la capital de Alemania. Fue duramente criticado por poner en peligro la vida de su tercer hijo, Prince Michael II, mostrándolo a sus seguidores desde el balcón de un hotel y balanceándolo a una altura considerable. Jackson se disculpó y sólo comentó que se dejó llevar por la emoción del momento.

No se sabe el origen de la actitud tan estrambótica de Michael Jackson pero, en cualquier caso, siempre es carnaza que alimenta al público y a la prensa amarilla. Sigue vendiendo bien sea por su música, o por sus extravagancias y sus caprichos.