El campo de tiro en Hopsten-Schale queda en un rincón muy retirado. Allí sólo llegan los tiradores, y Christine Wenzel lo visita con frecuencia. En Alemania ella es la más exitosa atleta usando el rifle, y una de las esperanzas nacionales a una medalla olímpica.

En Hopsten-Schale, Wenzel puede practicar todo el programa olímpico; de derecha a izquierda entrena en 8 posiciones distintas sus disparos. Para las mujeres hay 25 dianas y tres series: las seis mejores participan en la final.

La tiradora maneja el lanzamiento de la diana con su voz. Ella grita “ho”, e inmeditamente debe reaccionar a gran velocidad pues en su deporte está prohibido apuntar con anticipación.

Del fútbol al tiro

Christine Wenzel, una joven madre de 31 años, era la guardameta del equipo femenino de fútbol de su club deportivo antes de convertirse en tiradora, algo en lo que derivó por amor. Su esposo, Tino, es el entrenador de tiro en su pueblo y hace 12 años la llevó por primera vez a unas prácticas. Desde entonces ella no ha parado de mejorar su puntería.

Ambos almacenan sus armas en casa, bajo llave, en un armario protegido con un código de seguridad para que su hijo Tobias nunca tenga acceso a ellas. “La clave la tengo grabada en la memoria, ni siquiera mi esposo la conoce”, cuenta Wenzel.

Él también forma parte del equipo nacional de tiro, pero, a diferencia de su esposa, no consiguió clasificar a los Juegos Olimpicos. Al respecto Christine Wenzel dice: “yo estoy convencida de que Tino se alegra de mis triunfos, al fin y al cabo él es parte de ellos”. En esto hay que darle la razón, pues él es el encargado de que los entrenamientos marchen a la perfección.

Chhristine y Tino ya son parte integral del campo de tiro en Hopsten-Schale. “Ella es nuestra mejor carta de presentación”, relata con orgullo Heinz Heese, quien desde hace 30 años está activo en el deporte de tiro y ha podido seguir muy de cerca el desarrollo de la carrera de Wenzel.

“Su progreso ha sido muy bueno, ya en su segundo año en la disciplina era campeona alemana, y luego empezó a destacar internacionalmente”, agrega Heese, refiriéndose a los tres títulos mundiales alcanzados por la tiradora, y a la medalla de bronce obtenida en Pekin 2008.

Christine Wenzel aún recuerda lo nerviosa que estaba la primera vez que cogió el rifle, y lo dolorosa que fue la experiencia: “Uno no tiene la más mínima idea de cómo se maneja un arma, ni sabe cómo hay que tomarla. Por supuesto que eso asusta, porque uno no sabe con anticipación qué puede pasar”, rememora la atleta.

La esperanza de ganar oro

Entretanto ella ya sabe muy bien cómo funciona todo. Pese a que quizás el rendimiento femenino en su disciplina no tiene un nivel tan elevado como entre los hombres, Wenzel sabe que en Londres 2012 no puede darse el lujo de fallar demasiados disparos: “la competencia es muy apretada entre las mejores, si se falla una o dos dianas, ellas pueden costar el triunfo” explica.

Christine Wenzel entrena con mucha dedicación en procura de una medalla olímpica; cuál, es algo que prefiere no aventurarse a decir ya que hay muchos factores que juegan un papel en la competencia. Ella ha logrado una gran relación con su arma, y afirma “de tanto entrenar con mi rifle, él ya es parte de mi cuerpo, es mi tesoro, en él deposito toda mi confianza. Cuando no acierto no es su culpa”.

En las prácticas todo ha marchado a la perfección: cero errores. Wenzel, quien este año obtuvo plata en los campeonatos europeos de Chipre, llega a Londres 2012 muy bien preparada.

Autora: Olivia Fritz / DM

Editora: Emilia Rojas