La eurodiputada Tilly Metz habló con DW y resaltó que "la Unión Europea debe seguir apoyando a El Salvador y Honduras para mejorar la seguridad, combatir la corrupción y la desigualdad social”.
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"¿Cómo es posible que en El Salvador las mujeres estén presas por abortos espontáneos? ¿O que las poblaciones en Honduras, un país donde llueve tanto, no tengan acceso al agua? ¿Por qué especialmente los garifunas deben temer ser asesinados porque hay intereses económicos en sus territorios?”, pregunta Tilly Metz, presidenta de la delegación para las relaciones con los países de América Central (DCAM), en conversación con DW.
A la vuelta de su visita a la región en febrero, la eurodiputada luxemburguesa concluye que "la Unión Europea debe seguir apoyando a El Salvador y Honduras para mejorar la seguridad, combatir la corrupción y la desigualdad social”.
El AdA
Junto con Costa Rica, Panamá, Nicaragua y Guatemala, tanto El Salvador como Honduras están ligados a la UE por un Acuerdo de Asociación (AdA), cuyo pilar comercial entró en vigor en 2013. El acuerdo pretende diferenciarse de un tratado de libre comercio por incluir dos pilares adicionales: el diálogo político y la cooperación birregional.
"Pero hasta este momento sólo el comercio está funcionando. Y del pequeño crecimiento económico que ha significado para Honduras, por ejemplo, sólo se benefician las élites”, señala Metz. Para que esos otros componentes entren en vigor, falta la ratificación del acuerdo por todos los países miembro de la UE. Y hasta ahora, Bélgica y Grecia se hacen esperar.
Fue precisamente el impacto que un acuerdo tan asimétrico podía tener en esos países lo que nutría la oposición al AdA, sobre todo desde organizaciones de la sociedad civil. "Y aunque yo también querría un mejor acuerdo, en este momento sería mejor ratificar el que ya existe para que podamos, de verdad, relanzar la cooperación y tener, por ejemplo, reuniones interparlamentarias”, dice Metz.
Fondos millonarios
Pero no es que la cooperación de la UE no esté presente en esos países. Para El Salvador, la UE destinó 149 millones de euros entre 2014 y 2020 para apoyar políticas sociales y de seguridad en cuanto a prevención de violencia.
Para Honduras, se destinaron 235 millones de euros en el mismo período. La seguridad alimentaria y el refuerzo del Estado de derecho son el objetivo. Aparte de eso, tanto El Salvador como Honduras son miembros del programa de cooperación en materia de drogas (Copolad II), del programa de asistencia contra el crimen transnacional (PacCto) y del de gobernanza climática (Euroclima+).
No basta
"Visitamos un proyecto europeo de integración y protección de personas LGTBI en Honduras. Y también Ciudad Mujer en El Salvador”, comenta la eurodiputada. En el primer caso, fondos europeos se destinan a proteger esa comunidad, especialmente vulnerada por fuerzas estatales del país. En el segundo, se trata de un centro de asistencia psicológica y jurídica .
"Es bueno que exista, pero no es suficiente. Si una mujer maltratada busca ayuda, es importante ofrecerle un lugar donde se sienta bien”, apunta. En un momento en que organismos internacionales urgen a El Salvador a adoptar reformas estructurales para acabar con las detenciones por emergencias obstétricas y para remediar la alta tasa de feminicidios, Metz subraya que la solución pasa por la voluntad política del gobierno.
La situación se ve delicada. Mientras en Honduras se acaba con mecanismos internacionales contra la corrupción, en El Salvador se arremete contra la Asamblea y en la región muchas personas se ven obligadas a migrar por la violencia, el narcotráfico y la falta de perspectiva. Al respecto, la presidenta de la DCAM acota: "La UE no puede meter la cabeza en la arena. Son empresas europeas las que están ahí construyendo represas, expandiendo sembradíos que generan desplazamientos, exportando madera que consume la UE”.
"Es un largo camino, pero tenemos que asumir nuestra corresponsabiidad”, afirma Metz, a la vez que anuncia que promoverá la ratificación del AdA y la protección de las mujeres y poblaciones como los garifunas.
(rr)
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Óscar Romero, el santo de los pobres y las víctimas de la violencia en América Latina
El salvadoreño Óscar Romero, asesinado en 1980, fue canonizado en octubre de 2018 en El Vaticano. Romero es un ícono de la teología de la liberación, insultada como “comunista”, pero movida por el servicio a los pobres.
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Rivera
Lo mataron, pero no pudieron callar sus denuncias
Romero, beatificado en 2015, denunciaba en sus homilías los ataques de los cuerpos de seguridad contra la población civil. Fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un escuadrón de la extrema derecha mientras oficiaba misa en el hospital Divina Providencia de San Salvador, en días previos al estallido de la guerra civil (1980-1992). Su muerte no acalló las denuncias, las hizo más fuertes.
Imagen: Adveniat
Naciones Unidas: "Día Internacional del Derecho a la Verdad"
En El Salvador, Óscar Arnulfo Romero es venerado como héroe nacional y paladín de la paz y la Justicia. En 2011, el entonces presidente estadounidense Barack Obama se arrodilló ante la tumba del "obispo de los pobres". La ONU declaró el 24 de marzo, fecha del asesinato de Romero, como "Día Internacional del Derecho a la Verdad".
Imagen: Getty Images/Bettmann Archive
El Vaticano dejó de verlo como a un “comunista”
Tras el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, a fines de 2014, Francisco emitió una señal de reconciliación: monseñor Romero dejó de ser considerado un “revolucionario” o “comunista” y pasó a ser visto como un adalid de los derechos humanos. “También alguien que defiende a los pobres con su vida es un santo”, comentó en esa ocasión el teólogo de la liberación Leonardo Boff a DW.
Imagen: Museo de la Palabra y la Imagen, El Salvador
El mensaje de Romero sigue calando
Con Óscar Romero “pasa una cosa curiosa, y es que cuanto más tiempo transcurre, más gente se entusiasma con él, más gente lo sigue, lo ama, se emociona con su historia, con su figura”, decía el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa. En toda Centroamérica Romero ya es visto como “un santo de las Américas”.
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Rivera
Un mensaje irrefutable: “La Iglesia tiene que vivir para los pobres”
También en Alemania dejó sus huellas, inspirando la creación de organizaciones como la Iniciativa Cristiana Romero (ICR). “Es un ejemplo de solidaridad con los pobres. Ser solidario con los pobres significa darles una voz y apoyar las demandas de los países del sur”, explica a DW Anne Nibbenhagen, de la asociación civil alemana Iniciativa Cristiana Romero.
Imagen: Adveniat
Peregrinos, prelados y juventud
Miles de salvadoreños viajaron al Vaticano para presenciar el acto de canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero. El beato Romero fue canonizado junto a Pablo VI durante un Sínodo de Obispos.
Imagen: Adveniat
Reconciliando a la sociedad
Óscar Romero ha sido una figura reconciliadora de la sociedad salvadoreña. Por un lado, Anne Nibbenhagen, de la Iniciativa Cristiana Romero (ICR), celebra la decisión del Vaticano de canonizar al arzobispo. Por otro, teme que al presentar a Romero como el santo "unificador", se acabe la cuestión de la culpabilidad, en lugar de seguir investigando a los responsables de la violencia y sus causas.
Imagen: Adveniat
Una historia de impunidad
Una Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas ha señalado como autor intelectual del asesinato al fundador del partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Roberto D'Aubuisson. No obstante, la Ley de Amnistía, aprobada en 1993, ha impedido que sea juzgado por el crimen. Romero representa a las más de 70.000 víctimas de la guerra civil salvadoreña.
Imagen: Adveniat
Difamaciones en El Salvador, ataques desde El Vaticano
“Él no quería ser político, no le interesaban las ideologías. Solo quería acabar con la violencia y abogar por la justicia. Un mensaje muy actual”, dice el biógrafo Giuseppe Morozzo Della Rocca. “Romero fue difamado como "suversivo" por la oligarquía salvadoreña que informaba a Roma. El prefecto de la Congregación de la época, el cardenal Sebastiano Baggio, lo atacó hasta su asesinato en 1980.
Imagen: picture-alliance
Morir, para convertirse en semilla
Óscar Romero fue asesinado a tiros en el altar, por orden de poderosos políticos. Un crimen que antecedió a la guerra civil entre fuerzas de seguridad, escuadrones de la muerte de ultraderecha y grupos guerrilleros de izquierda. Romero sabía del peligro. Justo antes de su muerte había dicho en su sermón: “El que no asume los peligros de la vida, como la historia nos exige, perderá la vida”.
Imagen: Adveniat
Saludo del Papa, impulsor de la canonización
"A los jóvenes reunidos en días felices por la canonización de monseñor Romero, un saludo grande y mi bendición. Y por favor no se olviden de rezar por mí", pide Francisco. La petición del Papa permite intuir las grandes dificultades para lograr la canonización de un religioso como Romero, cuya misión por los pobres generó un fuerte rechazo en las más altas esferas de la jerarquía católica.
Imagen: pictrue-alliance/dpa/AP/M. Kulbis
Origen modesto
Óscar Arnulfo Romero y Galdámez había nacido en Ciudad Barrios (El Salvador) el 15 de agosto de 1917 y fue asesinado el 24 de marzo de 1980 en San Salvador. Su padre se llamaba Santos y su madre Guadalupe. Una familia modesta. Su padre era telegrafista; su madre ama de casa. Romero vivió la II Guerra Mundial. Fue ordenado sacerdote el 4 de abril de 1942. En la imagen, su tumba en San Salvador.