El sedentarismo aumenta el riesgo de morir por COVID-19
19 de abril de 2021
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la inactividad física, uno de los factores de los que poco se había estudiado hasta ahora, tiene un impacto importante en la gravedad de la infección.
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La falta de ejercicio está asociada con un mayor riesgo de desarrollar una forma más grave de la enfermedad COVID-19 y de morir como consecuencia de ella, según un nuevo estudio realizado con casi 50.000 pacientes.
Las personas que habían estado físicamente inactivas durante al menos dos años antes de la pandemia tenían más probabilidades de ser hospitalizadas, de necesitar cuidados intensivos y de fallecer por COVID-19 en comparación con los pacientes que mantenían una actividad física, según el estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine.
Entre los mayores factores de riesgo de sufrir una enfermedad grave, solamente la edad avanzada y el historial de trasplante de órganos superan a la inactividad física, según los investigadores.
De hecho, frente a otros factores de riesgo como el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer, "la inactividad física fue el factor de riesgo más importante en todos los resultados", recalcaron.
Por lo general, quienes sufrieron un cauce de la enfermedad más grave eran los pacientes con edad avanzada, de sexo masculino y con algunas patologías preexistentes, como diabetes, obesidad o enfermedades cardiovasculares.
Un factor de riesgo poco estudiado
La inactividad física era uno de los factores de los que poco se había estudiado. Para analizar su posible impacto en la gravedad de la infección, los investigadores compararon la evolución de 48.440 adultos infectados entre enero y octubre de 2020, en Estados Unidos.
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La edad promedio de los pacientes era de 47 años y casi dos tercios eran mujeres (62%). Como media su índice de masa corporal (IMC) era de 31, justo por encima del umbral de obesidad.
Alrededor de la mitad no tenía dolencias previas como diabetes, enfermedad pulmonar crónica, cardiovascular o renal y cáncer. Casi el 20% tenía uno de estos factores de riesgo y casi un tercio (32%) presentaba dos o más.
Todos habían declarado cuál era su nivel de actividad física regular al menos tres veces entre marzo de 2018 y marzo de 2020 durante visitas a clínicas.
Entre ellos, el 15% se describía como inactivo (0 a 10 minutos de actividad física por semana); el 7% afirmaba respetar las recomendaciones de salud (al menos 150 minutos por semana) y el resto decía practicar "alguna actividad" (11-149 minutos por semana). Alrededor del 9% del total fueron hospitalizados y el 2% fallecieron.
Después de tomar en consideración las diferencias por edad, origen étnico y comorbilidad, las personas sedentarias con COVID-19 tenían más del doble de probabilidades de ser ingresadas en un hospital que las más activas. También presentaban un 73% más de probabilidades de necesitar reanimación y eran 2,5 veces más susceptibles de morir por la infección.
JU (afp, nytimes.com, uk.news.yahoo.com, bjsm.bmj.com)
Las vacunas que prometen derrotar al coronavirus
Distintas tecnologías, distintos países, distintas dosis y un solo objetivo: controlar y, ojalá, terminar con la pandemia que cambió al mundo.
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Sputnik V, Instituto Gamaleya
La "vacuna rusa" suscitó desconfianzas iniciales, pero se ha consolidado como una opción para una veintena de países, entre ellos Argentina, Bolivia y Venezuela. Las dudas surgieron por su rápida aprobación, en agosto de 2020, sin haber terminado los ensayos. Sin embargo, estudios posteriores le otorgan una alta eficacia a este preparado, que usa vectores adenovirales para provocar inmunidad.
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BNT162b2, BioNTech/Pfizer
La vacuna de la firma alemana BioNTech usa una tecnología hasta ahora inédita: ARNm cubierto por lípidos. Explicado en simple, la vacuna "imita" la forma del SARS-CoV-2, provocando la respuesta del organismo. En ensayos mostró una alta eficacia, que se ha visto replicada en condiciones reales. La firma Pfizer actúa en la alianza como socio en la fabricación. Es usada en una veintena de países.
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mRNA-1273, Moderna
La vacuna desarrollada por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA) y la firma Moderna usa una tecnología similar a la de BioNTech. En ensayos demostró una eficacia cercana al 95 por ciento. A diferencia de la de BioNTech, esta fórmula puede almacenarse a -20 grados. Se usa en EE.UU. y la Unión Europea.
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AZD1222, Oxford-AstraZeneca
Esta vacuna desarrollada por expertos británicos y suecos utiliza como vector un adenovirus de chimpancé modificado. Los ensayos se realizaron en Reino Unido, Brasil, Sudáfrica, Japón e India, y se vieron interrumpidos un par de ocasiones por muertes sospechosas. Sin embargo, se confirmó su seguridad y una eficacia que va del 60 al 90 por ciento. Se usa en Brasil, la UE y Reino Unido.
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Ad5-nCoV, Cansino Biologics
La vacuna de esta firma china usa el adenovirus del resfriado común para introducir en el cuerpo humano una proteína inactivada del SARS-CoV-2, provocando una respuesta inmune. Ha sido usada en China para inocular a soldados del Ejército Popular, y los ensayos se llevaron a cabo en Rusia, Pakistán, México, Chile y Argentina. Actualmente se usa en México, Malasia e Indonesia. Usa solo una dosis.
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CoronaVac, Sinovac Biotech
Como muchas vacunas que usan virus inactivados, esta fórmula recurre a partículas del SARS-CoV-2 conseguidas en cultivos e inactivadas antes de ser inyectadas en el organismo. La presencia de estos virus provoca la reacción inmune y previene que la enfermedad se desarrolle. Probada en Brasil, Indonesia, Chile y Turquía, muestra una efectividad superior al 60 por ciento.
También con virus inactivados, esta vacuna desarrollada por Bharat y el Consejo Indio de Investigación Médica es conocida como Covaxin, y ha mostrado una eficacia del 81 por ciento en ensayos clínicos. En su momento, desató controversia por haber sido inoculada en trabajadores médicos cuando la fórmula aún estaba en fase I de ensayos clínicos. India busca ahora que se apruebe en otros mercados.
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BBIBP-CorV, Sinopharm
Con ensayos en Argentina, Perú, Emiratos Árabes Unidos y otros estados, esta vacuna china de virus inactivados ha sido ya aprobada en países de Medio Oriente. Según los estudios, tendría una eficacia del 86 por ciento. Sinopharm está en el ojo de la polémica en Perú por haber enviado "vacunas de cortesía" para políticos y por haber donado miles de dólares al gobierno.
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Ad26.COV2.S, Johnson & Johnson
Junto a la de CanSino, es las única vacuna de una sola dosis hasta la fecha. Es desarrollada por la firma belga Janssen Pharmaceutica, filial de la estadounidense Johnson & Johnson. Se puede almacenar en un frigorífico normal y ha mostrado una eficacia superior al 66 por ciento. Usa un vector viral no replicativo derivado del adenovirus A26 humano.