Con un largo máximo de 160 caracteres, los mensajes de texto o SMS (Short Message Service) se sirven de una gran variedad de abreviaciones. En el transcurso de los últimos 20 años, los autores de mensajes de texto han desarrollado un culto en torno a las abreviaturas. Existen sitios de Internet que enlistan cientas de ellas.

El concepto del SMS se ha venido desarrollando desde mediados de los años 80 del siglo pasado. Las cartas postales y los mensajes télex sirvieron de modelo. Cuando los técnicos se dieron cuenta que este tipo de mensajes pocas veces pasaba de los 160 caracteres, optaron por limitar el largo de los mensajes de texto a esa cantidad.

“Feliz Navidad”: el primer mensaje de tetxo

El 3 de diciembre de 1992 se mandó el primer mensaje corto del mundo. Sin embargo, los primeros celulares, que costaban alrededor de 1.500 euros, no estaban diseñados ni para recibir ni para mandar SMS. Además, por ejemplo, en Alemania, la red digital D -requisito para transmitir los mensajes- apenas se había estrenado seis meses antes.

Por ello, el primer mensaje corto se envió desde una computadora: “Merry Christmas” ("feliz Navidad"), un saludo navideño de los técnicos británicos de Vodafone, los primeros en usar ese servicio.

Los SMS procuran ganancias millonarias

Según informaciones de Rafaela Möhl, portavoz de prensa del servicio online teltarif, al principio, a las empresas no se les ocurrió cobrar por la transmisión de los mensajes. “En parte, los SMS incluso eran gratuitos”, cuenta. Pero a mediados de los años 90 esto cambió repentinamente, y también las cantidades de los mensajes de texto aumentaron en forma explosiva: ya en 1996, se mandaron alrededor de 100 millones de mensajes en Alemania. En el 2011, fueron aproximadamente 46 mil millones.

La competencia está en Internet

Pero, poco a poco, estos tiempos van quedando atrás. Con la expansión de los teléfonos inteligentes, existen ahora nuevas posibilidades de transmisión. “El mensaje corto ha rebasado su cenit y está siendo desplazado por Internet”, señala Urs Mannsmann, editor de la revista de computadoras c't. El experto se refiere a servicios de Internet como el programa WhatsApp. Los usuarios de iPhones pagan un monto único de 89 céntimos por esta aplicación y, en adelante, todos los mensajes se transmiten gratuitamente por Internet. El largo del texto no tiene límites, y también se pueden mandar imágenes y videos.

La desventaja es que tanto el remitente como el receptor de los mensajes de WhatsApp tienen que tener instalado el programa, y éste solo funciona en teléfonos inteligentes con acceso a Internet. No obstante, se estima que, a diario, más de diez mil millones de mensajes son enviados por medio de ese programa.

Un segundo intento con "Joyn"

Ante la amenaza que representan aplicaciones como WhatsApp, los proveedores de teléfonos celulares han diseñado un nuevo sistema. Su nombre es “Joyn” y dentro de poco se introducirá en toda Alemania. Sin embargo, Rafaela Möhl, del servicio online teltarif, duda que pueda hacer frente a la competencia: “no creo que vaya a ser fácil, WhatsApp lleva una ventaja enorme, y Joyn tendría que ofrecer mucho más, pero, actualmente, no veo que eso vaya a suceder.”

Autor: Jörg Brunsmann/ VC

Editora: Cristina Papaleo