Todavía se construyen centrales nucleares. Pero la energía nuclear ya perdió la lucha por la energía más beneficiosa para el medio ambiente. Es más cara que el viento y el sol, y arruina a las empresas.
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¿La perspectiva futura para la industria nuclear? Mala, muy mala. Esta es la conclusión del "World Nuclear Industry Status Report" publicado en París. En 267 páginas, el informe ofrece una visión detallada del estado global de la industria nuclear y al mismo tiempo describe la crisis y la pérdida de importancia de esta industria otrora muy poderosa.
El "Informe sobre la situación de la industria nuclear mundial" se publica desde 2004 y se ha convertido en una de las fuentes más importantes sobre la evaluación del sector nuclear. El ex jefe del proveedor público estadounidense TVA, David Freeman, describe el informe en su prefacio como "quizás el documento más decisivo en la historia de la energía nuclear". Según Freeman, "el informe deja claro que el sol y el viento han vencido sobre la energía nuclear".
¿Derrota a pesar de más reactores nucleares?
Se siguen construyendo plantas de energía nuclear, pero muy pocas, y casi todas en China. Según el informe, se instalaron 10 nuevos reactores nucleares en 2016 y otros dos en el primer semestre de 2017. La mitad de esas centrales se encuentran en China, dos se construyeron en India y Rusia respectivamente y uno más en Corea del Sur, otro en Pakistán y uno más en EE.UU. después de una fase de construcción de 43 años.
En general, las centrales nucleares son muy viejas. El promedio de edad es de unos 29 años y según las previsiones de los autores, más de la mitad de ellas serán retiradas de las redes en las próximas dos décadas.
La industria nuclear en la crisis
Los tiempos dorados de la economía nuclear quedaron en el pasado. Las crisis financieras y el rápido aumento de la energía solar y eólica son las razones principales para el declive.
En un capitulo especial sobre Fukushima, los autores muestran las dificultades adicionales que puede causar la energía nuclear. Hasta el día de hoy, las consecuencias de la catástrofe de 2011 siguen siendo caras, difíciles y peligrosas. Además de los sufrimientos humanos causados por la radioactividad, el gobierno japonés calcula los costos totales con unos 200 mil millones de dólares. Según los autores, esa cifra podría incrementarse a 630 mil millones por la costosa descontaminación.
La constructora de plantas nucleares estadounidense Westinghaus, en su tiempo la mayor del mundo, entró en insolvencia en la primavera del 2017. Otras empresas de energía en Europa y Asia tampoco se encuentran en buen estado. El valor de esas empresas en las bolsas se redujo drásticamente en los últimos diez años. Las acciones de EDF, E.ON, RWE y TEPCO perdieron en los últimos años más del 80 por ciento de su valor.
La energía eólica y la solar desplazan a la energía nuclear
La industria nuclear también se ve afectada por la competencia. La electricidad procedente de nuevas centrales nucleares cuesta aproximadamente el doble que la energía eólica o solar. Además están todavía los problemas no resueltos con los residuos nucleares, el riesgo de accidentes nucleares y los tiempos de construcción a menudo muy largos para grandes proyectos.
A medida que la energía eólica y solar se ha vuelto cada vez más competitiva en los últimos años, se construyen cada vez más plantas de energía renovable en todo el mundo. Según el informe, el rendimiento mundial de las centrales nucleares en 2016 aumentó un 1,4 por ciento en comparación con el año anterior, pero la energía eólica en un 16 por ciento y la fotovoltaica en un 30 por ciento.
Autor: Gero Rueter (GG)
Tras Fukushima, ¿adiós a la energía nuclear?
La catástrofe nuclear de Fukushima ocurrida hace seis años tuvo consecuencias desastrosas para muchas personas, para Japón y para la industria atómica. ¿Sigue teniendo futuro esta tecnología de riesgo o está superada?
Imagen: UN Photo/IAEA/Greg Webb
Más radiactividad que una bomba atómica
En marzo de 2011, tras varios terremotos y un tsunami, se produce fusión del núcleo en tres centrales atómicas y explosiones de hidrógeno en cuatro de ellas. Para muchas personas, esa posibilidad era inimaginable. Tras el accidente, fue liberado Cesio 137 en cantidad 500 veces superior al de la bomba de Hiroshima.
Imagen: picture alliance/dpa/Abc Tv
Enormes costos y daños
Las consecuencias de la catástrofe son inmensas. Según cifras del Gobierno japonés, los costos ascienden a unos 21.5 billones de yenes, es decir, unos 177 mil millones de euros. A ello hay que añadir el sufrimiento humano y los daños que la radiactividad ha causado a otros países.
Imagen: picture-alliance/dpa
El Pacífico seguirá contaminado
Sobre todo están contaminadas las aguas del subsuelo. Una parte se bombea hacia afuera y la otra acaba desembocando en el Pacífico.
Imagen: Getty Images/C. Furlong
Cáncer de tiroides 20 veces más frecuente
Dentro de la tragedia, Japón tuvo suerte. El viento arrastró la radiactividad en dirección al mar, por lo que, de esta manera, los 50 millones de personas que viven en Tokio quedaron a resguardo. Pero la región de Fukushima quedó muy contaminada. 200.000 personas perdieron su hogar y se diagnostica cáncer de tiroides en niños con una frecuencia veinte veces mayor que la habitual.
Imagen: Reuters
La mayoría contra la energía atómica
De los antiguos 54 reactores, funcionan ahora solamente dos. El Gobierno se sigue aferrando a la energía atómica y trata de reactivar algunos reactores, pero las regiones afectadas se oponen a ello. Hasta ahora, con éxito.
Imagen: REUTERS
Profunda crisis en la industria atómica
Seis años después de la catástrofe, los consorcios de energía atómica atraviesan una profunda crisis. Tanto en Japón, como en Estados Unidos o Francia sólo obtienen pérdidas, no se venden más centrales nucleares y los planes para construirlas sufren retrasos.
Imagen: Reuters
Un desastre no exportable
Francia depositó grandes esperanzas en una central de nueva generación, el reactor de agua a presión europeo (EPR por sus siglas en inglés). Al parecer, es más seguro, exportable y tendría que haber inicado su funcionamiento en 2012 en Flamanville. Pero no se inaugurará hasta 2018 y costará más de 10 mil millones de euros, tres veces más de lo previsto.
Imagen: Getty Images/AFP/C. Triballeau
¿Construye Reino Unido una central atómica?
Reino Unido lleva años planeando la construcción de dos reactores EPR en Hinkley Point. Se estima que los costos rondarán los 33 mil millones de euros y que estará lista en 2019. El proyecto suscita muchas dudas, pues esta energía será mucho más cara que la solar y la eólica y, sin masivas subvenciones, no sería competitiva.
Imagen: Getty Images/J. Tallis
Centrales, ni regaladas
Hubo un día que las centrales atómicas eran algo lucrativo. Pero muchas instalaciones se han quedado anticuadas, hay que repararlas y únicamente producen pérdidas. Por ese motivo, el consorcio suizo Alpig quería regalar sus dos centrales atómicas, que superan las tres décadas de vida, a la energética francesa Edf. El obsequio fue rechazado.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Seeger
El apagado nuclear en Alemania sigue adelante
Alemania decidió acabar con la energía nuclear tras la catástrofe de Fukushima. Hasta el momento, se han apagado nueve reactores. Los ocho restantes lo harán de aquí a 2022. Los consorcios pagan 23.000 millones de euros a un fondo estatal para financiar los costos de la basura nuclear. Pero el Estado no contribuirá a financiar el caro desmantelamiento de las centrales nucleares.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Ebener
Aumenta el miedo a un accidente nuclear
En la Unión Europea y Suiza siguen funcionando 132 reactores. Estaban pensados para tener una vida de entre 30 y 35 años. De media, tienen 32 años. Se producen cada vez más averías en sus instalaciones y se conocen deficiencias en su seguridad. Todo ello indica que es hora de que se produzca su apagado, porque la actual situación es como una ruleta rusa.