Esta mujer deposita su papeleta ataviada con el traje típico bávaro y con la boca cubierta por una mascarilla. La jornada electoral ha debido llevarse a cabo con las restricciones debidas a la pandemia: distancia, desinfección de manos y tapabocas.

Muchos alemanes se decantan por la opción del voto por correo y se estima que esta opción ha superado todos los récords en 2021, con más de un 40 por ciento. Alemania contaba en esta ocasión con 60 millones de potenciales votantes.

Esta mujer deposita su voto en una urna cercana a Friburgo con un traje regional típico de la Selva Negra. En la cabeza porta un sombrero de paja con pompones que suele pesar 1,5 kilos. Tradicionalmente las mujeres solteras lo llevaban hasta la boda con pompones rojos y las mujeres casadas con pompones negros.

En la localidad renana de Marienmünster, los votantes acuden a la iglesia, como si fueran feligreses de un rito religioso, para depositar su voto en la urna, situada en la zona del altar.

Así llegó Laschet a votar hacia las 11:00 de la mañana junto a su esposa, Susanne, a su local electoral en Aquisgrán, en Renania del Norte-Westfalia. Ambos fueron protagonistas de una de las polémicas de la jornada, ya que votaron con la papeleta doblada hacia fuera, por lo que todos pudieron ver que habían votado a la CDU, el partido del que Laschet es candidato.

De inmediato saltaron las alarmas alertando de que Laschet no había respetado el principio básico del voto secreto y que debía ser anulado. Pero el presidente de la Comisión Electoral fue claro al respecto: su voto es válido y agregó que el presidente de la mesa no debería haberle permitido introducir la papeleta. Una vez dentro, ya no puede ser desechada y "por lo tanto es válida", explicó.

Más trajes regionales, esta vez en Baviera. Una pareja acude al local de votación papeleta en mano y ataviados con el típico atuendo bávaro. En tiempos de pandemia, no falta la mascarilla ni los expendedores de desinfectante.

Por la mañana, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, introdujo su papeleta en su colegio electoral de Berlín. "Quien vota da vida a la democracia", declaró el presidente socialdemócrata, e instó a la gente a acudir a las urnas.

Bajo un sol resplandeciente llegó a Potsdam, ciudad cercana a Berlín, la candidata a canciller por Los Verdes, Annalena Baerbock, de 40 años. "Hoy es fiesta de la democracia. Toda Europa nos está mirando", afirmó Baerbock.

La crisis climática ha marcado la campaña electoral y, hasta un día antes de las elecciones, dos activistas por el clima persistieron en una huelga de hambre hasta que el candidato a canciller Scholz les prometió hablar con ellos tras las elecciones. En la imagen, un activista escribe sobre el suelo "Klima Wahl", y una flecha que indica el camino hacia el local de votación.

Una carpa erigida para la ocasión sirve como improvisado centro electoral en la región de Bad Neuenahr, anegada por las inundaciones del pasado mes de julio.

Es conocido el amor de los alemanes por sus animales de compañía. En la imagen, un perro acompaña a su dueña a un centro de votación situado en Fráncfort. El can aguanta paciente el turno para que la mujer deposite su papeleta.

Al igual que la candidata verde, el socialdemócrata Olaf Scholz votó en Potsdam. Scholz destacó el magnífico tiempo como "buena señal" para la centroizquierda. Su partido, el SPD, ha remontado los sondeos de manera inesperada desde el verano boreal.

En Berlín se celebraron, aparte de los comicios generales, elecciones a la cámara regional, a la asamblea de distrito y un referéndum sobre la expropiación a grandes inmobiliarias. Algunos locales se quedaron sin papeletas ya a media mañana y la celebración del maratón de Berlín dificultó la entrega de más papeletas a los centros afectados. Muchos votantes criticaron las largas colas para votar.