"¿Cómo puede Europa recuperar su maniobrabilidad para responder a los grandes retos de los cuáles somos responsables ante los ciudadanos de nuestros países?", la pregunta la hace nada menos que la canciller alemana, Angela Merkel, presidenta en turno del Consejo de la Unión Europea.

Hasta el momento la Unión Europa se encontraba en compás de espera, aguardando los resultados de los comicios presidenciales en Francia. Mientras tanto se sabe el nombre de nuevo presidente galo, pero la pregunta de cómo sacar del atolladero al proyecto constitucional europeo permanece.

Mini cumbre - maxi problema

En el esfuerzo por rescatar del estancamiento al proceso constitucional, se reunieron el fin de semana en Portugal el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, la canciller alemana Angela Merkel, los primeros ministros de Portugal, José Sócrates, y de Eslovenia, Janez Jansa, así como el presidente del Parlamento Europeo, el alemán Hans-Gert Poettering.

La preocupación que los mueve es el posible debilitamiento de Europa en el contexto internacional. La carta magna europea aseguraría procesos de decisión eficientes, unidad en la política exterior y métodos de trabajo democráticos, según Barroso quien advierte que "sólo si la UE logra mantener su maniobrabilidad puede interceder en el escenario mundial para aportar soluciones a temas globales como el cambio climático, la inmigración y el suministro energético".

¿Aferrados a un sueño?

La presidencia alemana de la UE se ha impuesto como meta presentar en un plazo de seis semanas para la Cumbre de la Unión Europea en Bruselas, una propuesta de cómo salvar las bases de aquella constitución rechazada por los ciudadanos franceses y holandeses en el 2005. Se quiere llegar con una propuesta consensuada sobre la Constitución a las elecciones del Parlamento Europeo en el 2009.

La meta parase casi irreal. Tomando en cuenta que el tiempo vuela y los asuntos de palacio marchan lento, dos años parecen poco para un conglomerado en donde el entusiasmo por Europa no es homogéneo.

Coincidiendo con la mini cumbre en Portugal, el presidente polaco, Lech Kaczynski declaró que existen muchos problemas con la actual propuesta de constitución, para agregar que le parecen más interesantes las recomendaciones del futro presidente francés, Nicolas Zarkozy, de un acuerdo simplificado que sustituya la constitución.

La despedida de la idea de una Constitución Europea cobra fuerza cuando se leen declaraciones de europeístas convencidos como las del Comisario de Industria de la UE, el alemán Günter Verheugen, quien después de las elecciones galas indicó a la prensa germana que no habrá constitución.

Citado por el periódico Die Welt, Verheugen parecería optar por el pragmatismo y despedirse del término constitución y concentrarse en el miniacuerdo recomendado por Sarkozy.

¿Cómo se vería el miniacuerdo?

Sarkozy exhorta a reducir el proyecto constitucional a un miniacuerdo que permita implementar las reformas de la UE pero que requiera sólo la aprobación del Parlamento y que no lleve el título de constitución. Según allegados a Sarkozy que cita la prensa germana sin revelar nombres, el futuro presidente francés ha indicado que de los 448 artículos que componen la constitución sólo 130 son imprescindibles para que la UE mantenga su maniobrabilidad.

Las declaraciones de Sarkozy en el sentido de que Angela Merkel ha aceptado su propuesta no parecen improbables tomando en cuenta que en breve podría unírseles el británico, Gordon Brown. El futuro y probable inquilino de Downing Street no cuenta con fama de amante de la idea europea. Siendo Ministro de Finanzas evitó que Gran Bretaña se uniera a la zona euro y es un decidido representante de los intereses británicos.

Habrá que esperar a ver como funcionan las relaciones entre Merkel, Sarkozy y Brown y qué impulsos surgen en relación al proceso de reformas de la UE. Esto podría tomar un poco más de seis semanas.

La presidencia alemana al frente de la Unión Europea finaliza en junio cuando Angela Merkel pasará la estafeta a su colega el primer Ministro de Portugal, José Sócrates, quien muy probablemente deberá completar el calendario alemán de gestiones para superar la parálisis de la reforma europea.