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El tétrico sótano de la SA

Nina Werkhäuser/ Cristina Papaleo7 de noviembre de 2012

A varias décadas del horror del régimen nazi, en Berlín se descubrió en 1992 un sótano de torturas de la fuerza de asalto nazi, la SA. Gracias a una iniciativa ciudadana, se convirtió en monumento a las víctimas.

Imagen: DW

Fue larga la búsqueda de los integrantes del “Taller de historia de la Papestraße“. El historiador Matthias Heisig y los demás participantes sabían de la existencia de la famosa cárcel de la policía secreta de la SA -la fuerza de asalto del régimen nazi- que los berlineses conocían desde 1933, poco antes de la llegada de los nazis al poder, como “sótano de torturas”.

Y estaban seguros de que debía estar allí, oculto, en alguna parte de la ciudad, tal vez en el ex cuartel del Ejército Prusiano, en la inmensa superficie ubicada hoy detrás de la estación Südkreuz. En 1933, el área estaba aún más protegida, y la calle General Pape era una cortada. Pero fue difícil localizar exactamente el sótano en el cual la policía secreta de la SA aplicaba terribles torturas a judíos, socialdemócratas, comunistas y sindicalistas. Un grupo de habitantes de la zona, que se juntaron en 1988 en el Taller de Historia, buscaron durante cuatro años el antiguo sótano de torturas. Pero no fue sino hasta 1992 que un testigo del terror nazi logró localizar el lugar donde funcionaba la cárcel, que hoy es un monumento en memoria de las víctimas.

Matthias Heisig, historiador y creador del grupo ciudadano que descubrió la excárcel del régimen nazi.Imagen: DW

Descubrimiento tardío

“Un hombre nos llamó y nos dijo que la SA había usado este sótano”. “Había sido vendedor de salchichas”, cuenta Matthias Heisig, Según el comerciante, él mismo había vendido sus productos a oficiales de la SA. Y así fue. En el pasillo mal iluminado del sótano de la calle Werner Voß Damm 54 a se hallaron dibujos en una de las paredes, entre ellas, la abreviatura de la policía secreta de la SA. Matthias Heisig se dio cuenta de que él y otros miembros de la iniciativa ciudadana vivían en el mismo complejo edilicio en el que se encontraba el sótano de torturas. El sótano estaba allí, no muy lejos de donde transcurrían sus vidas. “Tuvimos un primer impulso de abandonar el lugar”, recuerda Heisig. Pero se quedaron porque primero querían investigar lo que había ocurrido allí y darlo a conocer a la opinión pública.

En 1992, las cámaras del sótano -ocho a cada lado de un largo pasillo frío y húmedo- estaban alquiladas. En 1933, de marzo a diciembre, se encarceló ilegalmente y se torturó allí a los prisioneros del régimen. Como se supo más tarde, el sótano se hallaba casi en su estado original. Por eso se pudo descubrir las pintadas en las paredes. Matthias Heisig está convencido de la autenticidad del lugar: “Es la única cárcel que se mantuvo en estado casi original, y tiene un significado clave”.

Monumento a la memoria de las víctimas en lo que fue la cárcel de las SA en la Papestraße.Imagen: Matthias Heisig


Camino a la dictadura a través del terror

Las cárceles de tortura de la SA servían para que el régimen nacionalsocialista se afirmara a través del ejercicio de la violencia. Luego del nombramiento de Adolf Hitler como canciller del Reich, el 30 de enero de 1933, el régimen nazi comenzó a aplicar el terrorismo de Estado a todos los opositores políticos. El incendio del Reichstag, el 27 de febrero de 1933, fue otro hecho fundamental en el establecimiento de la Alemania nazi. Hitler aprovechó para dejar sin vigor los derechos fundamentales de la República de Weimar, con lo cual se abrió las puertas a la persecución sistemática de los opositores.

El rol de la SA fue clave en ese momento. La policía secreta de la SA era una tropa de élite bajo órdenes directas de los líderes de la SA. En 1933 se apropió del edificio y construyó en su sótano una cárcel que permaneció allí durante nueve meses. El 15 de marzo de 1933 llegaron los primeros prisioneros, y se calcula que aproximadamente 2000 personas fueron detenidas y torturadas allí, sobre todo ciudadanos del sector social de la izquierda democrática que se había formado durante la República de Weimar, tanto judíos como comunistas, socialdemócratas y sindicalistas. Los testimonios de los prisioneros son escalofriantes. Se llevaban a cabo, por ejemplo, simulacros de ejecuciones tratando de ahogar a las víctimas o acostándolas en ataúdes a los que luego se disparaba. El objetivo de la SA era propagar el miedo y el terror. Al menos 20 prisioneros fueron asesinados en el lugar. Y todos vivían con el miedo de ser, tal vez, la próxima víctima.

La SA nazi detienen a ciudadanos de izquierda en Berlín (1933).Imagen: Ullstein Bild


Nueva exposición en 2013

Gracias a una exposición en el sótano para recordar a los torturados y asesinados por el terror nazi, en 1995 –lo único que se permitió llevar a cabo hasta ese momento a la iniciativa ciudadana- se logró llamar la atención de las autoridades, que recién a mitades del año 2000 brindaron ayuda económica oficial para erigir el monumento a la memoria de las víctimas. Entretanto, el distrito berlinés al que corresponde el área planea una nueva exposición para el 2013, cuando se cumplan 80 años del incendio del Reichstag.

Una gran parte del trabajo de investigación fue llevado a cabo por “ciudadanos comunes”, es decir, por los miembros del Taller de Historia. Bajo el lema de “Cava allí donde vives”, echaron luz sobre uno de los oscuros capítulos del régimen nazi. El sótano se convirtió en monumento y en un llamado de atención para la población. Quien pasea por el sótano húmedo y frío, y quien tiene la oportunidad de escuchar los estremecedores relatos de los testigos comprueba que es una experiencia imposible de olvidar.

Autora: Nina Werkhäuser/ Cristina Papaleo

Editor: Pablo Kummetz

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