Lo únicos que en Europa esperan que Trump sea presidente son los partidos de ultraderecha. Los medios europeos miran con preocupación la campaña electoral estadounidense. Una victoria de Trump tendría aquí consecuencias.
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El ultraderechista Jean-Marie Le Pen, fundador del francés Frente Nacional, votaría por él, como lo reconoció en un trino. Su hija Marine Le Pen, jefa del mismo partido, agregó que, como Trump, ella también se preocupaba por los “olvidados”.
Con términos como "olvidados" y "anti-sistema" los ultraderechistas franceses confirman los temores que provoca en Europa la exitosa campaña de Donald Trump. Si llegara en efecto a la Casa Blanca, los ultraderechistas europeos se fortalecerían, dijo el diario francés Le Monde, que teme que en Europa cunda entonces el populismo a la Trump, dañando así la cultura del debate político.
El populismo destruiría la diversidad política tan típica de Europa en las últimas décadas, porque, como dice Le Monde, “un populista solo acepta su programa como el único correcto”. El periódico prosigue: "Un populista no se contenta con criticar a la élite, porque como anti-pluralista, cree que él es el único que representa genuinamente los intereses del pueblo”.
Una tendencia que también en Europa se está extendiendo. "Los populistas europeos dudan de un proceso democrático que no produce el resultado que ellos creen que es el único correcto". Como Geert Wilders, que desprestigia a la segunda cámara holandesa como “falso Parlamento”.
La exitosa campaña de Trump le recuerda a la periodista italiana Gloria Orrigi las maniobras electoreras de Silvio Berlusconi, como lo dice en Il Fatto Quotidiano. Trump, como otrora Berlusconi, se presenta como crítico del sistema pero usa todas las oportunidades que este mismo le ofrece. Según Orrigi, lo único que Trump vende es la marca Trump.
Ningún programa político claro
De hecho, no hay nada que deje ni entrever un programa político concreto de Trump, resalta la revista británica The Spectator. “No tenemos idea de cómo sería un gobierno de Trump, en caso de que gane”, cita dicha publicación al politólogo estadounidense Anthony Cordesman. ¿Subirá o bajará los impuestos? ¿Lanzará o no más bombas sobre Siria? Unas veces lo dice, otras lo desmiente. Hiciere lo que hiciera, sus decisiones tendrían grandes efectos en Europa.
En su retórica de egoísmo y aislamiento, Trump da entender que lograría todo, si no se lo impiden, destaca The Guardian.
"Política del miedo"
Sin mencionar nombres, el diagnóstico del ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, es certero: esta es una "política del miedo". Los europeos deben ser conscientes, recuerda Le Monde, de que el 20 de enero de 2017, la política de la cooperación podría terminar".
Presidentes estadounidenses que visitaron Berlín
John F. Kennedy fue el primer presidente en visitar Berlín Occidental, hace 50 años.
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Símbolo de Occidente
Una bandera de EE. UU. frente a la Puerta de Brandeburgo: durante muchos años, fue un símbolo de Berlín Occidental como enclave de Occidente durante la Guerra Fría, en medio de la República Democrática Alemana. Hace 50 años John Kennedy fue el primer presidente en visitar la Berlín liberada.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Ich bin ein Berliner"
Miles de personas se acercaron hasta el ayuntamiento de Berlín para escuchar el discurso de Kennedy, quien fue recibido por el canciller socialdemócrata Willy Brandt. Kennedy finalizó su discurso con la ya célebre frase: “Ich bin ein Berliner”. Su mensaje
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"Los valientes ciudadanos de Berlín"
Richard Nixon llegó a Berlín Occidental en febrero de 1969. Antes de llegar, escribió una carta al canciller Kurt Georg Kiesinger en la que le expresaba su deseo de visitar “a los valientes ciudadanos de Berlín”. Nixon, al igual que Kissinger, estaba a favor de una sólida alianza entre EE. UU. y Alemania.
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"Pase lo que pase, Berlín seguirá siendo libre"
En Julio de 1978, 150.000 berlineses salieron a las calles de la avenida Kurfürstendamm, en Berlín Occidental, para ver al presidente Jimmy Carter, y al canciller alemán Helmut Schmidt. Cuando Carter llegó al aeropuerto de Tempelhof dijo: “Pase lo que pase, Berlín seguirá siendo libre”.
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"Sr. Gorbachov, derribe este muro"
Durante su primera visita a Berlín, en 1982, el presidente estadounidense Ronald Reagan se acercó al paso fronterizo Checkpoint Charlie, que separaba a Berlín Occidental de Berlín Oriental, junto al alcalde de Berlín, Richard von Weizsäcker, y al canciller Helmut Schmidt. En 1987, Reagan pronunció su famosa frase desde la Puerta de Brandeburgo: “Sr. Gorbachov, derribe este muro”.
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"Berlín es libre"
En 1994, Bill Clinton fue el primer presidente de EE. UU. en visitar a la Berlín reunificada. Al finalizar su discurso, dijo en alemán: “Alles ist möglich. Berlin ist frei” (Todo es posible. Berlín es libre). Su predecesor, George Bush, llegó a Alemania tras la reunificación, en 1990, pero solo visitó al canciller Helmut Kohl en su residencia privada, en Ludwigshafen, en el suroeste de Alemania.
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'Stop Bush'
George Bush hijo, George W. Bush, estuvo dos veces en Berlín. En 2002, se encontró con protestas callejeras y afiches que decían “Stop Bush”, y “Fuera, belicistas”. El ambiente en Berlín estaba mucho más calmo cuando habló en el Parlamento alemán, en 2008, enfatizando los objetivos comunes de EE. UU. y Alemania.
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Obama en Berlín
Barack Obama no visitó Berlín durante su primer período de cuatro años como presidente de EE. UU. Llegó, esos sí, a esta capital, cuando aún era candidato, en 2008. Alrededor de 200.000 personas aplaudieron sus palabras en la Columna de la Victoria.