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El terror de la RAF en Alemania: una historia abierta

5 de marzo de 2024

El terrorismo de extrema izquierda sacudió Alemania, especialmente, en los años setenta. A día de hoy, sigue habiendo preguntas sin respuesta.

Agentes de policía fuertemente armados y un vehículo blindado frente a un edificio y un patio de entrada en el distrito berlinés de Friedrichshain.
En busca de terroristas fugitivos de la RAF en Berlín.Imagen: picture alliance/dpa

Las declaraciones sobre la Fracción del Ejército Rojo (RAF) suelen ser contundentes en Alemania. Aún hoy. La ministra federal del Interior, Nancy Faeser (SPD), afirmó a finales de febrero que los crímenes de la RAF representaban "los peligros del extremismo y el terrorismo de izquierda en la República Federal de Alemania que no tienen precedentes hasta el día de hoy".

La autodisolución de la organización terrorista se produjo hace un cuarto de siglo. Pero todavía hay familias en duelo, heridas abiertas, órdenes de búsqueda y muchas preguntas sin respuesta. Desde finales de febrero de 2024, unidades especiales de la Policía persiguen públicamente a los últimos presuntos terroristas destacados de la RAF, tras una larga e infructuosa investigación.

"El otoño caliente", o el "otoño del terror", sigue siendo en Alemania, para quienes vivieron esa época conscientemente, el otoño de 1977.

Ya en 1968 se habían producido dos incendios provocados en grandes almacenes de Fráncfort, al estilo de una guerrilla urbana, a raíz de los cuales Andreas Baader fue condenado como uno de los autores y enviado a prisión. Baader fue liberado violentamente en 1970.

Este paso se considera el momento en que nació la RAF, como grupo terrorista de extrema izquierda. Los miembros más destacados de la primera generación fueron Baader, Ulrike Meinhof y Gudrun Ensslin. El grupo también era conocido como el "Grupo Baader-Meinhof", especialmente en sus inicios, debido a las dos figuras fundadoras más conocidas.

Nombres famosos y víctimas de asesinato menos conocidas

Hasta la década de 1990, el grupo llevó a cabo numerosos asesinatos en Alemania, matando a 35 personas. Algunas de las víctimas fueron grandes nombres de la República Federal, que tenía su capital en Bonn, especialmente en 1977, el año del terror: los terroristas asesinaron al fiscal general Siegfried Buback, máximo fiscal del país y, poco después, al director del Dresdner Bank, Jürgen Ponto. Por último, miembros de la RAF secuestraron a Hanns-Martin Schleyer, presidente de la Federación de Industriales Alemanes (BDI), y lo asesinaron 44 días después.

El presidente de la patronal, Schleyer, fue secuestrado por la RAF en 1977 y asesinado tras 43 días como rehén.Imagen: AP

Estos nombres prominentes son bien conocidos en Alemania, pero entre las víctimas menos conocidas figuran conductores de coches de empresa, guardaespaldas y agentes de Policía. Alemania vivió el otoño de 1977 casi paralizada. Los frecuentes controles de vehículos en las salidas de las autopistas o los policías fuertemente armados en los puntos neurálgicos formaban parte de la vida cotidiana. Como en varios países europeos, crecía el temor a que el país fuera sacudido por el terror.

En total, la RAF contaba con unos 80 miembros activos. A partir de 1977, llevó a cabo atentados con gente más joven: los estudios distinguen tres generaciones. Miembros destacados de la primera generación, entre ellos Baader y Meinhof, murieron por suicidio en la prisión de Stuttgart en 1976 y 1977.

Hasta finales de la década de 1990, los miembros de la llamada segunda y tercera generación cometieron delitos y crímenes. En repetidas ocasiones, atentaron contra instalaciones de las tropas estadounidenses en Alemania. En la primavera de 1998, la RAF anunció su autodisolución en una extensa carta.

Vida de jubilada

Las noticias sobre la detención de Daniela Klette, que llevaba más de 30 años en la lista de personas buscadas por la Policía, sonaron un poco a noticia de prensa amarilla. Se habló de "jubilados de la RAF". Y la atención se centró en la poco llamativa vida cotidiana de esta mujer de 65 años, en un edificio de apartamentos de Berlín, con una identidad falsa y un pasaporte italiano. Klette es acusada de participar en una serie de atracos a bancos en los últimos años, junto con otros dos fugitivos. Pero el hallazgo de varias armas y munición en su piso proporcionó una perspectiva diferente de la vida de la presunta pensionista.

A la cabeza del ministerio federal del Interior, responsable de las autoridades de seguridad en Alemania, Nancy Faeser es la decimoquinta política que tiene relación más o menos frecuente con el asunto de la RAF. Cuando nació esta socialdemócrata de 53 años, la Oficina Federal de Policía Criminal (BKA) ya estaba tras la pista del Grupo Baader-Meinhof. Es muy probable que Faeser no sea la última ministra o el último ministro de este departamento que se ocupe del terror de extrema izquierda del pasado y de su reaparición.

(gg/rml)

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