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Operación Última Oportunidad

Eva Usi23 de julio de 2013

Efraim Zuroff, el caza-nazis más prominente y director del Centro Simon Wiesenthal, lanzó desde Berlín una campaña con la que quiere encontrar a criminales de guerra que aún se ocultan.

Imagen: picture-alliance/dpa

“Operación Última Oportunidad”, se titula la campaña con la que Zuroff corre la última carrera contra reloj para encontrar a criminales de guerra que siguen con vida y cuyos crímenes siguen impunes. La campaña irá acompañada de unos 2.000 carteles en los que se ve una imagen en blanco y negro de la entrada del campo de exterminio de Auschwitz –Birkenau. En ellos se ofrece una recompensa de 25.000 euros a quien proporcione información que conduzca a la captura de algún criminal de guerra. Unas 6.000 personas trabajaron en los campos de concentración o en los llamados escuadrones de la muerte. Se cree que sólo un 2% de ellos sigue aún con vida.

El historiador nacido en Nueva York en 1948 está consciente de que queda poco tiempo y sus esperanzas están cifradas en países como Austria y de Europa del Este. Dos casos recientes, uno en Hungría y otro en Alemania, son la muestra de ello.

A mediados de junio, la fiscalía de Budapest acusó a Laszlo Csatari, de 98 años, por la presunta participación en la deportación de 12.000 judíos hacia los campos de la muerte. El anciano, detenido hace un año, niega las acusaciones. En Alemania fue detenido en mayo Hans Lipschis, de 93 años, acusado de trabajar en el campo de exterminio de Auschwitz. Lipschis, sospechoso de complicidad en varias masacres, afirma que sólo era cocinero.

John Demjanjuk, ex guardian del campo de Sobibor, condenado en 2011 a cinco años de cárcel, tuvo que comparecer en silla de ruedas o en camilla ante los tribunales y murió en la cárcel un año después. Zuroff responde a quienes critican que se enjuicie a ancianos, que durante la plenitud de su vida se dedicaron a matar a gente inocente. Zuroff habló sobre la Operación Última Oportunidad con DW.

Efraim Zuroff, director del Centro Simon Wiesenthal.Imagen: dapd

¿Cuántos criminales de guerra cree usted que siguen aún con vida?

No lo sabemos. No tenemos una respuesta a esa interrogante pero asumimos que siguen vivos varias docenas de criminales nazis. Se trata de aquellos que trabajaron en los campos de exterminio y en los escuadrones de la muerte, que no han sido llevados a la justicia y que se les podría enjuiciar ahora.

¿Uno de esos últimos criminales nazis fue John Demjanjuk. ¿Le satisfizo a usted el desenlace de ese caso?

Me complació que fuera condenado porque fue la primera vez en más de 50 años que sucedía algo así. Fue enjuiciado por su servicio como guardia en un campo de la muerte. Durante muchos años, los fiscales alemanes que pedían su extradición tenían que comprobar su culpabilidad en un crímen específico y eso es algo muy difícil en el caso de aquellos criminales que trabajaron en los campos de concentración y en los escuadrones de la muerte. El tiempo no disminuye la culpabilidad de esos asesinos.

¿Cree usted que todavía hay criminales de guerra que siguen con vida y escondidos en Sudamérica?

Tengo mis dudas. No lo sé. Creo que podría haber algunos. Muchos de los que buscaron refugio en Latinoamérica eran criminales nazis prominentes, que sabían que después de la guerra los aliados los buscarían. Esa gente ya murió. La gente menos importante no huyó a Sudamérica, se refugiaron en las democracias anglosajonas, Estados Unidos, Australia o el Reino Unido, o volvieron a Alemania y Austria.

¿Considera posible que algunos criminales de guerra se hayan integrado a sus países adoptivos en América Latina, que se hagan pasar por nativos?

Es posible, pero cuando lanzamos la Operación Última Oportunidad en Argentina, Chile, Brasil y Uruguay en 2008 no obtuvimos pistas serias.

¿Han sido cooperativos los países en donde se han refugiado los criminales de guerra?

Varía de país en país. Alemania, por ejemplo, está cooperando para llevar a esta gente ante la justicia. Pero hay países como Austria, que no ha enjuiciado a ningún criminal de guerra en más de 30 años. Los países en el Este de Europa no están cooperando. En contraste en Argentina y Chile hemos tenido una buena cooperación. Sobre todo en el caso Aribert Heim, uno de los doctores que cometió crímenes horribles en el campo de concentración de Mathaussen en Austria.

Que al final fue declarado muerto en Egipto. ¿Es plausible que siga con vida?

Heim murió en Egipto en 1992, pero eso no ha sido probado todavía. Es muy probable que haya muerto. Aunque en teoría podría seguir con vida.

¿Usted cree que en Austria y en los países de Europa del Este todavía hay criminales nazis?

Con seguridad. No tengo ninguna duda de ello.

¿Cree usted que con esta campaña logrará capturar a algunos?

Eso espero, por lo menos a algunos. Es imposible capturarlos a todos, es muy complicado. Ojalá y pudiéramos, pero desafortunadamente no podemos.

Se ofrece una recompensa de hasta 25.000 euros por información que conduzca a la captura de estos criminales. ¿Es la compensación material o el sentido moral el motivante de las personas al denunciar?

En algunos casos la recompensa es una motivación. El mes pasado encontramos a un nazi de origen húngaro a través de la Operación Última Oportunidad; lo encontramos porque ofrecíamos dinero. Pero en otros casos, la gente que nos dio información se rehusó a recibir dinero.

Autora: Eva Usi

Editora: Emilia Rojas Sasse

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