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Somos estadounidenses

10 de agosto de 2011

Pese a que muchos musulmanes residentes en Estados Unidos se consideran bien integrados en la sociedad, los atentados del 11 de septiembre dañaron profundamente su imagen colectiva.

No es fácil ser norteamericano y musulmán.

La sociedad musulmana ADAMS (All Dulles Area Muslim Society), es el techo espiritual de más de cinco mil familias residentes en el área de Washington DC, que cuenta con una de las mayores mezquitas de Estados Unidos.

La organización afirma en su página Internet que tiene excelentes contactos con la Oficina Federal de Investigaciones FBI, el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado, así como con varias agencias estadounidenses a nivel federal y local. También divulga a los cuatro vientos que rechaza el extremismo y el terrorismo y que apoya la igualdad de género, el trabajo comunitario y la cooperación con otras comunidades religiosas.

El transmitir este mensaje es esencial dado los abusos de los que ha sido víctima la comunidad musulmana desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. Durante la misma noche en que se produjeron los ataques, hubo gente que irrumpió en la mezquita usada por la organización y le prendió fuego. Afortunadamente otras comunidades religiosas en la zona manifestaron rápidamente su solidaridad y ofrecieron montar guardias de vigilancia y acompañar a aquellas personas que se sintieran inseguras.

Robert Marro, miembro del consejo del centro ADAMS, cree que la polémica en torno a la planeada mezquita cercana al llamado Ground Zero en Nueva York, ha sido motivada políticamente y es una manera fácil de ganar votos. Pero se muestra confiado en que los musulmanes estadounidenses lograrán integrarse tanto como lo han hecho otras comunidades, como católicos, italianos e irlandeses.

Samira Hussein.Imagen: DW

“Hemos experimentado de todo”

Robert Marro recordó como John F. Kennedy se convirtió en el primer presidente católico y entonces levantó un debate. La gente se preguntaba si sería más leal al Papa o a su país.

Samira Hussein, una trabajadora social proveniente de Palestina que vive en Gaithersburg, Maryland, afirma que será un largo camino hasta que un musulmán sea tan aceptado como lo es un católico. Durante su estancia en Estados Unidos ha tenido muchas malas experiencias, desde los tiempos de la Guerra del Golfo.

“Al principio solían provocar destrozos a nuestros automóviles, rajaban los neumáticos, forzaban nuestra puerta trasera, la de entrada y la del patio”, afirma. “Éramos insultados, humillados, nos decían cosas obscenas y nos arrojaban pájaros muertos y cosas así. Lo experimentamos todo”.

Lo peor para ella fue que sus hijos sufrían maltratos en la escuela, eran perseguidos desde la parada del autobús hasta la casa. Después del 11 de septiembre las cosas empeoraron. Comenzaron a ser blanco de discriminación en el trabajo. Ella reaccionó realizando trabajo voluntario en el vecindario y en las escuelas locales en donde explicó a los alumnos por qué usaba un velo sobre la cabeza. Ella ha optado con responder con educación a los ataques.

"Quiero llegar a la población y lo mejor es empezar con los niños porque si ellos entienden la cultura de mi hijo, su fe y religión, entonces ellos ayudarán a cambiar la mentalidad de sus padres". La obra de Samira produjo frutos. En el 2002 obtuvo un reconocimiento de su comunidad por sus esfuerzos en el combate contra la intolerancia.

El Centro ADAMS cuenta con la mayor mezquita de la región.Imagen: DW

Integración a través del espíritu comunitario

Tufail Ahmad cree que una verdadera integración se alcanzaría más fácilmente si más estadounidenses musulmanes actuaran como Samira Hussein. Según Ahmad tanto la comunidad india como la paquistaní tienen fama de vivir en casas grandes y no preocuparse por los pobres.

Tufail Ahmad nació en la India y vivió en Paquistán antes de emigrar a Estados Unidos en 1973. Los atentados contra el World Trade Center provocaron que se interesara por el trabajo comunitario. Se le ve frecuentemente parado afuera de un supermercado en el condado de Montgomery pidiendo a los transeúntes donaciones de comida para los necesitados.

Ahmed sigue trabajando a favor de un cambio y promoviendo una mayor integración. Por su parte Waled Hafiz, de origen sirio, que contribuyó a la creación de la Fundación Musulmana del Condado de Montgomery, afirma que la discriminación en la región es relativamente baja.

“Los habitantes de esta zona están mejor informados”, dice. “Si va usted a Texas o a West Virginia, ahí la gente no sabe ni dónde se encuentran Siria y Jordania, ni tampoco quién fue responsable de los ataques del 11 de septiembre. No les interesa saberlo.

Guled Kassim se trasladó al condado de Montgomery cuando llegó proveniente de Somalia en 1985. Tenía diez años de edad. Ha prestado servicio en el ejército y es ahora presidente de la Fundación Musulmana del Condado de Montgomery. Cuando se le pregunta si se siente más musulmán o más estadounidense responde que es una pregunta engañosa. “Mi generación no tiene ningún problema en afirmar ser musulmán estadounidense, o estadounidense musulmán. No importa qué palabra anteceda a la otra”.

Autora: Christina Bergmann/ Eva Usi

Editor: Pablo Kummetz

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