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ConflictosCorea del Norte

El caso de dos niños ucranianos enviados a Corea del Norte

Anastasia Shepeleva | Julian Ryall
10 de diciembre de 2025

Una activista de derechos humanos califica de "crimen de guerra" el supuesto traslado de dos niños ucranianos a un campamento norcoreano y acusa a Moscú de utilizar a menores con fines propagandísticos.

Niños ucranianos envueltos en banderas de Ucrania.
Kiev afirma que más de 19.500 niños ucranianos fueron secuestrados de zonas de Ucrania ocupadas por Rusia.Imagen: Hannibal Hanschke/AP Photo/picture alliance

Algunos analistas creen que los dos niños ucranianos que presuntamente fueron enviados a un campamento en Corea del Norte cumplen la función de ser peones en la guerra de propaganda que libran Moscú y Pyongyang.

Kateryna Rashevska, experta legal del Centro Regional de Derechos Humanos de Ucrania (RCHR), reveló el traslado de los menores ante un subcomité del Congreso estadounidense el pasado 3 de diciembre.

Los niños son Misha, de 12 años, de la región ucraniana de Donetsk, ocupada por Rusia, y Liza, de 16 años, de la capital de Crimea, Simferópol, que, según el RCHR, fueron al campamento norcoreano de Songdowon como parte de un grupo de jóvenes rusos. 

Creado en 1960, el campamento de Songdowon fue diseñado originalmente para acoger a niños de otros Estados del bloque comunista. La idea era alojarlos en los dormitarios del recinto y que pasaran tiempo en el parque acuático o en la playa cercana. La instalación también cuenta con un campo de fútbol, un gimnasio y un acuario. Además hay posibilidad de llevar a cabo otras actividades.

Kiev asegura que Rusia ha secuestrado a más de 19.500 niños ucranianos. Esta cifra oficial solo incluye los casos verificados, pero Ucrania afirma que la cifra real podría ser mayor. Según comenta Rashevska a DW, es muy probable que Misha y Liza no estén incluidos en ese conteo, ya que la cifra se ha mantenido sin cambios durante mucho tiempo y la información sobre estos dos niños se ha descubierto recientemente. 

"Actualmente no hay pruebas suficientes que constaten que, en estos dos casos, pudo haber deportación ilegal, por lo que, en ese sentido, no es apropiado clasificarlos prematuramente como niños secuestrados", explica Rashevska. 

Pero la activista alega que su traslado sí implica otras violaciones de los derechos de los niños, como el adoctrinamiento político, puede haber elementos de militarización y de uso de los menores en la propaganda rusa, acciones todas prohibidas por el artículo 50 del Cuarto Convenio de Ginebra. Por otro lado, Rashevska dice que también hay en este caso violaciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño en puntos como la identidad, el descanso y el ocio, así como en el principio del interés superior del menor. 

El RCHR ha documentado 165 campamentos para niños, la mayoría de ellos en Rusia y Bielorrusia, pero parece que Moscú y Pyongyang buscan profundizar la alianza que ha surgido desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022. 

Como parte de una nueva amistad, Corea del Norte ha suministrado municiones y tropas para la guerra en Ucrania, mientras que Rusia ha correspondido con alimentos, combustible y tecnología militar.

Traslado forzoso es "propaganda"

Rashevska relata a DW que ambos niños , Misha y Liza, se alojaron en el Campamento Internacional Infantil de Songdowon, cerca de la ciudad portuaria de Wonsan, al este de Corea del Norte. Posteriormente, fueron devueltos a la Ucrania ocupada por Rusia.

"En este caso, Rusia está explotando a nuestros niños ucranianos para su propaganda. Los presentan como una especie de 'embajadores rusos' de la diplomacia infantil y juvenil", critica.

"Están utilizando a nuestros niños para forjar alianzas estratégicas con un país que Estados Unidos ha designado como Estado patrocinador del terrorismo y que, de hecho, es cómplice del crimen de agresión contra la patria de estos niños, contra Ucrania. Esto es absolutamente inaceptable", añade.

El campamento de Songdowon, fundado en 1960, fue diseñado originalmente para albergar a niños de otros Estados del bloque comunista. Tras la caída de la Unión Soviética, se convirtió en un recinto para los hijos de altos funcionarios norcoreanos, y se ha abierto a niños extranjeros desde que Moscú y Pyongyang resucitaron su amistad. 

La instalación Songdowon, en Corea del Norte, "es un poco como un campamento de boy scouts, pero con la familia Kim de anfitriones", dice Dan Pinkston, profesor de relaciones internacionales.Imagen: DW/P.Depont

El campamento, ritual de iniciación

Dan Pinkston, profesor de relaciones internacionales en el campus de Seúl de la Universidad de Troy, visitó las instalaciones durante un viaje a Corea del Norte en 2013: "Para los niños norcoreanos, el campamento es casi un ritual de iniciación donde pueden disfrutar de todo tipo de actividades recreativas, pero con fuertes dosis de propaganda y adoctrinamiento. Había carteles, letreros y lemas sobre los males del imperialismo".

"Pero lo revelador es que esto demuestra cómo Corea del Norte y Rusia cooperan cada vez más y organizan visitas de turistas, empresarios y, ahora, estudiantes", añadió.

Pinkston cree que los dos niños ucranianos enviados a Corea del Norte podrían haber formado parte de un experimento para comprobar los efectos de un mayor adoctrinamiento, vinculado a la sensación de que estaban siendo "recompensados" por su buen comportamiento. "Todo esto forma parte de la 'rusificación' de estos niños y creo que veremos más viajes de este tipo en el futuro", afirmó.

"Aunque sólo afecte a un niño o incluso solo a dos niños, son nuestros hijos", dice la activista Rashevska. "Los niños son nuestro futuro. Y se suponía que ese futuro era nuestro, pero nos lo han arrebatado. Vale la pena decirlo en voz alta", prosigue.

Asamblea de la ONU: Rusia debe devolver a los niños ucranianos

La asamblea General de la ONU adoptó una resolución no vinculante que exige "que la Federación Rusa garantice el retorno inmediato, seguro e incondicional de todos los niños ucranianos que han sido trasladados o deportados por la fuerza".

También instó a Moscú a "cesar, sin demora, cualquier práctica de traslado forzoso, deportación, separación de familias y tutores legales, cambio de estatus personal, incluso mediante la ciudadanía, adopción o ubicación en familias de acogida y adoctrinamiento de niños ucranianos".

El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso afirmó que "cualquier acusación sobre la deportación de niños ucranianos es totalmente infundada y engañosa". "Se trató exclusivamente de evacuar a menores, cuyas vidas estaban en riesgo, de zonas de combate”, afirmaron desde Moscú.

(rmr/ms)

 

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