El histórico tratado sobre armas nucleares de mediano alcance (INF) llega a su fin este viernes. Alemania pretende evitar una nueva carrera armamentista como la de los años de la Guerra Fría. No es una tarea fácil.
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Este 2 de agosto, Estados Unidos se retira oficialmente del tratado de desarme nuclear INF. El tratado de 1987 requería que Estados Unidos y la Unión Soviética eliminaran completamente los misiles lanzados desde tierra con un alcance de entre 500 y 5.500 km.
En el marco del tratado INF, por primera vez las superpotencias acordaron eliminar toda una categoría de armas nucleares y realizar amplias inspecciones para asegurarse de que ambas partes cumplieran las normas acordadas.
Esto fue especialmente importante para Alemania, que fue testigo de manifestaciones masivas en las décadas de 1970 y 1980 con el objetivo de impedir el despliegue de misiles nucleares. Cuando las manifestaciones fracasaron, más de 100 Pershing II fueron estacionadas en Alemania Occidental. Con la firma del tratado INF se destruyeron un total de 2.692 misiles. Hasta el día de hoy, el rechazo a las armas nucleares sigue siendo fuerte en Alemania.
Casi tres décadas después de la firma del tratado, Estados Unidos culpó a Rusia de no cumplirlo, basándose en informes de inteligencia. Washington argumenta que el misil ruso 9M729 viola el acuerdo INF. Rusia niega las acusaciones y dice que ese misil tiene un alcance máximo de 480 km, por lo que no viola el tratado.
¿Qué está en juego para Europa?
A medida que continúan las acusaciones entre Washington y Moscú, la seguridad europea se encuentra en un estado cada vez más frágil.
Ulrich Kühn, del Instituto para la Investigación de la Paz y la Política de Seguridad de la Universidad de Hamburgo (IFSH) califica el fin del tratado INF como "muy mala noticia para la seguridad europea" y añade: "Significa que retrocedemos básicamente a los años 80 del siglo pasado y podríamos volver a ver esos misiles apuntando a Europa Occidental desde el lado ruso y quizás dentro de un año o dos también desde el lado occidental apuntando a Rusia".
El año pasado, el despliegue de misiles nucleares Iskander-M en Kaliningrado, un exclave ruso en el Mar Báltico, causó revuelo en los países occidentales. Rusia consideró el despliegue como una decisión de seguridad nacional, mientras que los países vecinos de la OTAN, como Polonia, lo percibieron como una seria amenaza.
Diálogo con Rusia
Aunque Alemania no es signataria del tratado INF, al igual que otros países europeos, se ve afectada por su término.
Fabrice Pothier, investigador del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), dijo a DW que alemanes y franceses deben continuar sus esfuerzos y buscar el diálogo con Rusia. Pothier considera que se trata de "una tarea muy difícil", ya que ni los alemanes ni los franceses quieren ser vistos como si estuvieran tratando de negociar un acuerdo. Pero, por otro lado, "no pueden permanecer pasivos porque les está afectando".
¿Qué sigue?
Alemania ha sido tradicionalmente cautelosa en cuanto a medidas militares. ¿Cuánto estaría dispuesto a asumir Alemania en una era posterior al tratado INF?
El diputado Roderich Kiesewetter, del partido conservador CDU, cree que la verificación mutua tiene que ser el primer paso para asegurar que ninguna parte confunda un misil convencional con uno nuclear. Según Kiesewetter, hay que "crear confianza y un intercambio de informaciones para evitar errores humanos".
Sin embargo, el experto en control de armas Ulrich Kühn cree que Alemania también necesita tomar otras medidas, como, por ejemplo, resguardar sitios que podrían servir de objetivo, lo que significa invertir más en la seguridad de los "nodos de transporte", como la base aérea de Ramstein, o Bremerhaven, un importante puerto de Alemania.
La seguridad de Europa y la prevención de una carrera armamentista requerirán mucho más esfuerzos en los próximos años. Muchos temen que la retirada del tratado INF también pueda poner en peligro la existencia de otros acuerdos como el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III), un acuerdo sobre armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia, que expirará en 2021.
(gg/er)
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¿Guerra Fría recargada?
Con la suspensión del tratado nuclear INF, una de las principales iniciativas de desarme de los años 80 ha sido archivada. Este acuerdo fue un mérito de la diplomacia y del movimiento por la paz. Aquí una revisión.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Zinken
Rearme verbal y material
EE. UU. suspendió primero su participación en el tratado nuclear INF durante seis meses, y un día después, lo hicieron los rusos. Por el momento, estas decisiones ponen fin a una fase de tres décadas de entendimiento y desarme entre las principales potencias. Los militares y los políticos participaron en este pacto, igual que la sociedad civil, que se movilizó masivamente en los años ochenta.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Zinken
Arsenal del terror
El INF fue uno de varios tratados diseñados para frenar el terrorífico arsenal atómico creado por el rearme de la Guerra Fría. Aquí hay un misil Pershing II de EE.UU. equipado con una cabeza nuclear en la base estadounidense Mutlangen, en Baden-Württemberg (Alemania).
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Schrader
Brindis por el entendimiento
El avance hacia el tratado INF fue logrado por el entonces presidente de EE. UU. Ronald Reagan (izquierda) y el líder soviético Mijail Gorbachov (derecha) en diciembre de 1987. Tras su firma en Washington, ambos políticos presionaron para un nuevo comienzo en las relaciones Este-Oeste.
Imagen: picture-alliance/dpa
Línea directa
Una de las grandes preocupaciones durante la Guerra Fría fue que las dos grandes potencias podrían declararse la guerra entre sí por un simple error de comunicación. Es por eso que los ingenieros de ambos países establecieron la llamada "línea directa" en 1963: una conexión directa entre Washington y Moscú. Esta imagen muestra un télex en el Pentágono en 1963.
Imagen: picture-alliance/ dpa
Entre dos frentes
Durante la Guerra Fría, el Telón de Acero corrió por el centro de Alemania. La República Federal de Alemania (RFA) estaba vinculada a Occidente, y la República Democrática Alemana (RDA) a la esfera de influencia oriental. En el caso de una guerra nuclear, el Gobierno federal tenía su propio búnker cerca de Ahrweiler, en su sede ubicada en Bonn.
Imagen: DW/Maksim Nelioubin
Gobierno subterráneo
En caso de una guerra nuclear, el Gobierno de Alemania Occidental debía continuar trabajando. Por lo tanto, el búnker estaba equipado con todo lo necesario. En el subsuelo también había una sala de reuniones con colores cálidos que supuestamente aliviaban el horror del búnker.
Imagen: DW/Maksim Nelioubin
¿Guerra nuclear? No, gracias
El temor a una posible guerra nuclear también impulsó a gran parte de la población a manifestarse. A fines de la década de 1970 surgió un movimiento por la paz que durante años exigió desarme y entendimiento. Aquí hay un pin correspondiente a una de las reuniones celebradas en Bonn, en octubre de 1981.
Imagen: HDG
Demostración histórica en el Hofgarten
El 10 de octubre de 1981, alrededor de 300 mil personas se reunieron en Bonn, entonces la capital de la República Federal, para protestar contra el armamento nuclear. La última reunión en el Hofgarten de Bonn se convirtió en una de las manifestaciones más impresionantes de la historia del movimiento alemán por la paz.
Imagen: picture-alliance/dpa/K. Rose
"Reunión de los valientes..."
"...no de los temerosos". Así describió el político del SPD Erhard Eppler, uno de los actores clave en el movimiento por la paz, al mitin de Bonn. Las palabras de Eppler se referían a que justamente quienes expresaban temor a la guerra eran valientes por ello.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Athenstädt
Bloqueo por la paz
En septiembre de 1983, los opositores a las armas nucleares bloquearon el depósito de armas de EE.UU. en Mutlangen. Entre ellos estaban el Nobel de Literatura Heinrich Böll y su esposa, Annemarie. Böll dijo que estaba allí "porque sería muy fácil defender algo tan primordial solo desde mi escritorio. También deseo solidarizarme con todas aquellas personas que tanto se sacrifican".
Imagen: picture-alliance / dpa
Críticas desde las Fuerzas Armadas
Uno de los opositores al rearme más famosos fue el general de división Gert Bastian. Junto con la política Petra Kelly, protestó contra el despliegue de misiles nucleares de mediano alcance en Europa. En 1983, ambos fueron de los primeros políticos del partido ecologista Los Verdes en ser electos para ingresar al Parlamento alemán.
Imagen: AP
Objetivos comunes en Occidente y Oriente
Muchas personas también tomaron las calles en la parte oriental de Alemania. "Espadas en arados" fue el lema del movimiento por la paz allí. Fue inventado en 1980 por el joven pastor Harald Bretschneider. Desde las filas de los activistas por la paz de Alemania oriental también surgió un movimiento de protesta contra el sistema político de la RDA.
Imagen: DW/W. Nagel
Logro I: desarme en el Este
El tratado INF llevó el desarme masivo del potencial nuclear a ambos lados del Telón de Acero. Esta foto de 1989 muestra una serie de misiles soviéticos SS-20 destruidos.
Imagen: picture-alliance/akg-images/Russian Picture Service
Logro II: desarme en Occidente
Los estadounidenses también retiraron sus armas nucleares de Europa. En 1988 abrieron el depósito de Mutlangen para la prensa internacional. Luego se llevaron los cohetes Pershing II a EE.UU., donde fueron desarmados. El peligro de que Europa pudiera convertirse en el escenario de una guerra nuclear parecía haber acabado.