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El triunfo de la perseverancia

Stefan Nestler1 de febrero de 2016

Si alguna jugadora mereció ganar el Abierto de Australia en Melbourne, esa fue, desde luego, Angelique Kerber, opina el editor de deportes de DW Stefan Nestler.

Australien Open 2016 Damen Finale Angelique Kerber gegen Serena Williams
Imagen: Reuters/I. Kato

¡Bravo, Angelique Kerber! Lo hizo todo bien. La jugadora de 28 años de edad dominó, de principio a fin, la final del Abierto de Australia de tenis contra la incontestable dominadora del circuito femenino, la estadounidense Serena Williams. Su entrega no dejó dudas acerca de su intención de aprovechar la oportunidad, por pequeña que fuera, de lograr su primer torneo de Grand Slam. Sólo así se hacen realidad los sueños; sólo de esta forma ocurren las sorpresas en el deporte. A veces, incluso, las sorpresas se convierten en sensación. En esta categoría, la de sensación, se pueden clasificar los golpes mostrados por Kebler el 30 de enero de 2016.

Carrera plagada de altibajos

A diferencia de Boris Becker, quien se catapultó de la nada al éxito con su sensacional primera victoria en Wimbledon con tan sólo 17 años, Angelique Kerber tiene a sus espaldas una carrera llena de altibajos. Antes de consagrarse en 2011, la tenista alemana llegó incluso a plantearse colgar la raqueta en dos ocasiones. Sin embargo, prefirió luchar. En 2011, una sensacional Kerber alcanzó las semifinales del US Open. Un año después, en 2012, se volvió a plantar entre las cuatro mejores en la hierba de Wimbledon. Ese mismo año, incluso, logró su primera victoria ante Serena Williams. Pero también hubo períodos de sequía, como a principios de 2015, cuando encadenó derrota tras derrota.

Sin hacer ruido

Otros podrían haber tirado la toalla, pero Angelique Kerber no lo hizo. Volvió con su entrenador de toda la vida, Torben Beltz, de quien se separó durante un tiempo. Y siguió trabajando para ser mejor. Sin recibir mucha atención por parte de los medios. Decidió ir a lo suyo, jugar torneos y, así, una temporada después, celebró la primera victoria para un jugador de tenis alemán en un torneo de Grand Slam en 17 años. Y su triunfo vale por dos. Kerber se merece este triunfo como recompensa a su espíritu de lucha.

No es tan dominante como Becker o Graf

Que la victoria de Kerber sea el comienzo de una nueva era de éxito para el tenis alemán –como en los tiempos de Boris Becker y Steffi Graf- es bastante improbable. Angelique Kerber es, sin duda, una de las mejores jugadoras del mundo. Pero no es tan dominante como lo fueron Becker o Graf en el punto álgido de sus carreras. Kerber tiene que luchar todos los puntos. Volverán los días en los que jugadoras como Serena Williams vuelvan a imponer su tenis y su fuerza mental para doblegar a Kerber.

Aumentan las expectativas

Por lo tanto, la previsión de la entrenadora del equipo nacional Barbara Rittner de que el tenis alemán experimentará un nuevo boom a partir de ahora, es prematura. Kerber necesitará encadenar muchos títulos, no sólo la victoria en Melbourne. La tenista de 28 años no debe permitir que le impresionen las expectativas puestas en ella. Simplemente debe disfrutar de este maravilloso momento y celebrarlo. Entonces podrá ponerse de nuevo a trabajar.

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