El uso de armas químicas en Siria, ¿realidad o propaganda?
23 de agosto de 2013 ¿Coincidencia o provocación? Justo en el momento en que inspectores de la ONU han llegado a Siria para investigar las denuncias sobre el uso de armas químicas por parte del gobierno, los grupos opositores siguen informado que este tipo de armas continúa utilizándose.
Si las acusaciones resultan ser verdaderas, el conflicto en Siria habría alcanzado un nuevo nivel, pues más de 1.300 personas habrían muerto y centenares más quedaron heridas en un ataque químico cerca de la capital, Damasco. Esto es, al menos, lo que dice en un comunicado oficial la Coalición Nacional Siria, un grupo formado por distintas fracciones opositoras al gobierno de Bashar al-Assad.
Erradicar, no intimidar
Estas denuncias han sido repetidas por Hisham Marwah, uno de los portavoces de esta coalición de la oposición siria, en respuesta a una pregunta expresa de DW. “De acuerdo con nuestras informaciones, al menos 800 personas fueron asesinadas”, dijo, agregando que “al menos 1.000 más han sido víctimas de daños físicos en estos ataques”.
George Sabra, presidente del Consejo Nacional Sirio, también confirmó reportes de agencia que hablan sobre este tipo de ataques. “Esta vez, el régimen no quería intimidar a la gente, sino erradicarla”, ha dicho a la agencia Reuters en Estambul. Pero no existe una confirmación independiente de que estos ataques hayan ocurrido.
El ministro sirio de Asuntos Exteriores, por su lado, ha dicho a la agencia estatal SANA que las acusaciones de la oposición no son verdaderas. El gobierno dijo que los “terroristas” de la oposición estaban también concernidos por los acuerdos alcanzados entre Siria y la comunidad internacional para investigar el uso de armas de destrucción masiva. Por este motivo, este nuevo informe, en opinión el gobierno, ha sido llevado a cabo en este momento para desacreditar al gobierno.
Razones nada claras
Margret Johannsen, experta en temas de Medio Oriente en el Instituto para la Invetigación de la Paz y de Políticas de Seguridad en la Universidad de Hamburgo, señala que es necesario primero que se establezcan las circunstancias exactas de los ataques. Según ella, todavía no es muy claro por qué se han llevado a cabo. En caso de que hayan sido verdaderamente orquestrados por el régimen del presidente Bashar al-Assad, significaría que cambió entonces radicalmente su estrategia. “En este momento, no puedo ver una razón coherente de por qué usaría armas químicas, desde el punto de vista del régimen,” dice Johannsen a DW.
Si el régimen ha recurrido a este tipo de armas, entonces tendrá que esperar fuertes medidas de los occidentales, “incluso una intervención aérea”, dice la especialista. Pero viendo la superioridad de las fuerzas militares, el régimen de al-Assad no necesitaría de ese tipo de armas. “Iría en contra de la lógica que ha seguido el régimen hasta ahora”.
Oliver Thränert, director del Centro de Estudios de Seguridad en Suiza, admite que el régimen sirio cuenta con uno de los programas químicos más modernos del mundo. “Ahora, en momentos en que Assad parece haber reconsolidado su poder, no sería muy aconsejable poner en la agenda un ataque con armas químicas”, dice.
Assad: ¿nada sorprendido?
Hisham Marwah ve la situación de otra manera y opina que es completamente plausible que el régimen de al-Assad utilice armas químicas, sobre todo porque el régimen está actualmente en una posición dominante. Los ataques del miércoles (21.08.2013) fueron un claro mensaje al mundo para mostrar que el régimen no temía a las amenazas de la comunidad internacional”. “Esto pone en evidencia de que el régimen está preparado para extender este tipo de ataques a gran escala para matar a la población siria y detener la revolución”, dijo.
John Hart, director del grupo de investigación de armas químico-biológicas en el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), prefiere no sacar ninguna conclusión. “Hay dos historias contradictorias sobre el uso de armas químicas. Una del lado del gobierno sirio y otra de las fuerzas de la oposición”, señala. Ambos lados manejan esta historia de acuerdo con sus intereses políticos.
Guerra propagandística
Por esta razón, Johannsen prefiere no excluir la posibilidad de que los ataques del miércoles hayan sido utilizados con fines propagandísticos. “Si alguna de las partes en disputa quisiera provocar una intervención militar de Occidente, estaría tentada de efectuar un ataque similar como factor de provocación”, dice. “No estoy diciendo que eso es lo que ha pasado, lo único que estoy diciendo es que no es imposible dado que se han agotado todos los escrúpulos”.
Los inspectores de la ONU están obligados a limitar sus investigaciones a tres áreas concretas, ninguna de ellas incluye la zona de los ataques recientes. Mientras no se clarifique el origen de estos ataques, la guerra propagandística seguirá.
Autor: Kersten Knipp / IA
Editora: Emilia Rojas