El yerno perfecto
17 de septiembre de 2009
Rzeczpospolita, Varsovia: “Barroso se halla en una curiosa situación: por un lado apoya el Tratado de Lisboa; por otro, sabe que luego de su entrada en vigor, el presidente de la Comisión Europea perderá poder. A primera vista es algo esquizofrénico. Pero ello engaña. Barroso sabe muy bien que no se trata del poder, sino de la prolongación de una aventura política cómoda y bien pagada. Con o sin tratado, las decisiones importantes en Europa se toman de cualquier forma en otro lado. Para Polonia sería mejor que Barroso tuviera poder real y le saliera al paso a los intereses de los grandes países con una política inteligente de la Comisión Europea. Pero esa visión nunca se hará realidad, por razones económicas, históricas y culturales.
Barroso atrás de Europa
Le Progrès de Lyon, Lyon: “Los ciudadanos europeos pueden rebelarse, decir no a los tratados que quieren vendérsele, pero nada de ello surtirá efecto. Europa seguirá su ruta y Barroso atrás de ella. No obstante, Barroso, el reelegido presidente de la Comisión Europea, tiene sus cualidades. (…) Sobre todo gusta a los Gobiernos europeos, desde Paris hasta Vilna, desde Liubliana hasta Berlín. En el fondo, Barroso es el yerno perfecto, que le gusta a los padres y hace desesperar a la novia: la pobre Europa.”
Carrera de obstáculos
El Periódico, Barcelona: “José Manuel Durao Barroso, único candidato en liza, fue reelegido ayer para un segundo mandato de cinco años como presidente de la Comisión Europea. Al alcanzar la mayoría absoluta requerida por el Tratado de Lisboa, pendiente del segundo referendo en Irlanda, el conservador y polémico político portugués salió airoso del trance y evitó la obligación moral de someterse a un nuevo escrutinio si hubiera obtenido solo la mayoría simple que exige el tratado de Niza en vigor. Su candidatura fue rechazada por diversos grupos que le reprochan tanto su liberalismo a ultranza como la tibieza de su europeísmo y la aparente sumisión a los imperativos de los grandes países. También dividió al grupo socialista, el segundo más numeroso de la Cámara, e incluso produjo una fisura entre los socialistas españoles al abstenerse en la votación los representantes del PSC. Pese a que el grupo de centro-derecha, triunfador de las elecciones de junio, es el más numeroso del Europarlamento, Barroso tuvo que superar una carrera de obstáculos sin precedentes, animada por los socialistas franceses y alemanes, que puso además en evidencia el hundimiento del consenso entre los dos grupos político-ideológicos que presidieron los avances en la construcción europea”.
Penetrante pánico
Rheinische Post, Düsseldorf: “José Manuel Barroso logró su objetivo: continúa en el cargo de presidente de la Comisión Europea. “Mr. Nice” se ganó su segundo periodo con una política de concesiones, siguiendo la consigna: que le haga bien a todos y no le duele a nadie. Primero solicitó con penetrante pánico el visto bueno de los jefes de Gobierno, sobre todo Merkel y Sarkozy. Luego aplacó a los parlamentarios rebeldes con reverencias y dádivas, sin desdeñar apoyarse también en los euroescépticos. Ello dice mucho sobre Barroso y la UE. La central de poder en Bruselas está ocupada no por el mejor, sino por el más cómodo.”
Editor: José Ospina Valencia