La Izquierda alemana aspira a entrar al Gobierno. Propone un impuesto del 5 por ciento sobre fortunas que superen el millón de euros y prohibir la exportación de armas. Pero muchos de sus votantes migran a la derecha.
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Tras las elecciones generales de 2013 el sueño no parecía tan distante. La posibilidad de gobernar Alemania junto a la socialdemocracia (SPD) y Los Verdes (Die Grünen), parecía real para La Izquierda (Die Linke). Matemáticamente, habría alcanzado para detener la designación de Merkel, quien gobierna el país desde 2005. Pero el SPD optó por la alianza denominada "Gran Coalición", junto a la conservadora Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) de Merkel.
La pregunta fue –y sigue siendo– si un frente "rojo-rojo-verde" puede llegar a consensuar un programa de gobierno unificado. A ocho meses de las elecciones, ese debate todavía no ha comenzado. Y lo cierto es que en los últimos tiempos ninguna encuesta indicó que esto sea posible en septiembre.
Hoy, según las encuestas, la suma del SPD, La Izquierda y Los Verdes daría un 38 por ciento. Un número muy parecido al 37 por ciento que, sola, alcanzaría la CDU de Merkel. Un factor decisivo en esta ecuación es lo que suceda con la derecha eurofóbica de Alternativa para Alemana (AfD). Muy probablemente esta formación supere el 5 por ciento necesario y entre con fuerza al próximo Bundestag (la Cámara Baja del Parlamento alemán).
Propuestas
El 15 por ciento de intención de voto con que cuenta AfD, fundada en 2013, la ubica con inmejorables chances de desplazar a La Izquierda, convirtiéndose así en el principal partido de oposición. Sería un duro golpe para la izquierda alemana.
Bajo el lema: "social, justa, para todos", La Izquierda plantea una cambio total de paradigma político. Una tarea ambiciosa en la que, incluso teóricamente, es difícil encontrar aliados. Proponen un impuesto del 5 por ciento sobre todas las riquezas que superen el millón de euros y una reducción de la carga impositiva a los ingresos de menos de 7.100 euros mensuales. Así, según los cálculos de La Izquierda, el fisco tendrá unos 80 mil millones más de euros para administrar. A ellos debe tributar, además, un impuesto a las transacciones financieras a la bolsa. Con ese dinero, el partido aspira a financiar el cambio energético y la construcción de infraestructura digital. Según su programa, no habría incrementos del presupuesto militar y debería prohibirse la exportación de armas.
Contradicciones
Como objetivo, de cara a las próximas elecciones, La Izquierda se ha fijado la meta de "un buen resultado de dos dígitos". La comparación es con los resultados del 2013, cuando obtuvo un 8.6 por ciento y se posicionó como la bancada opositora más potente en el Parlamento.
Y a pesar de que La Izquierda ha perdido ya muchos votos a manos de la derecha populista de AfD en las cinco elecciones regionales del año pasado, Sahra Wagenknecht, una de sus cabezas de lista, quiere creer que habrá un cambio de tendencia.
"Lógicamente”, buscan llegar a los votantes de AfD, dijo Wagenknecht en la presentación del programa electoral este fin de semana en Berlín. Para lograrlo, critican a Merkel con una retórica que recuerda las maneras de la derecha. A comienzos de enero, Wagenknecht aseguró en una entrevista con el semanario Stern que Merkel era corresposable por el atentado que causó 12 muertos en Berlín.
Bernd Riexinger, quien dirige el partido junto a Katja Kipping, se apuró a contradecir a Wagenknecht en el Parlamento: "Es altamente erróneo y peligroso establecer una conexión entre el tema de los refugiados y el terrorismo", aseguró, dejando en evidencia las contradicciones dentro del movimiento de cara a las elecciones generales de este año en Alemania.
Dietmar Bartsch, el otro cabeza de lista de La Izquierda, asegura que, así y todo, el partido sigue siendo "un trozo de esperanza" para mucha gente. Pero a esa esperanza representada por La Izquierda la acechan otras contradicciones, visibles ahora mismo en el Ayuntamiento de Berlín. Allí, la gobernante coalición rojo-rojo-verde sufre el debate sobre el pasado vínculo con la Seguridad del Estado (Stasi) de la antigua Alemania comunista de un funcionario nominado por la formación. Y el caso muestra lo difícil que resulta para La Izquierda –sucesora de la SED comunista– liberarse de su pasado, aún 27 años tras la reunificación.
Angela Merkel: hacia el cuarto mandato
Los alemanes la llaman “Mutti”: Angela Merkel, una muchacha de provincia que ahora es la mujer más poderosa del mundo, irá por un nuevo mandato como canciller. Aquí los capítulos más importantes de su vida.
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Y de pronto apareció Angela
Angela Merkel, una mujer de la Alemania del Este sin grandes contactos políticos, fue primero presidenta del partido conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU) y luego se convirtió en canciller. Fue reelecta tres veces, y este domingo anunció que buscará un cuarto mandato. ¿Cómo llegó a la cima de la política alemana?
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Cuando "Mutti" todavía era "Angie"
¿Quién hubiera pensado entonces que Angela Dorothea Kasner sería alguna vez la mujer más influyente del mundo? Disciplina, objetividad, moderación y sensatez: la pequeña Angela creció en un hogar protestante en Templin, Brandeburgo. Su padre era pastor, su madre, ama de casa. Angela tiene dos hermanos más pequeños.
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La familia
En la foto vemos a los abuelos de Angela Merkel, la “Oma” Greta y el “Opa” Ludwig, con su hijo, Horst Kazmierczak, quien luego sería el padre de Angela. La familia, de raíces polacas, vive en Poznan, Prusia Occidental (luego Polonia) y más tarde se traslada a Berlín, donde cambia su apellido por el de Kasner.
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Alumna ejemplar
Angela va a la escuela en Brandeburgo. En la foto se la ve en un campamento, poco después de recibirse de Bachiller, en 1973, con un promedio de 1,0, el más alto en Alemania. Se destaca en matemáticas y en ruso. Durante su etapa escolar, Angela es miembro de la Juventud Socialista.
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Los 70: ciencia, no rock & roll
Merkel comienza su carrera de Física en Leipzig, y luego pasa a trabajar en la Academia de las Ciencias de la RDA en Química. Se doctora con una tesis sobre reacciones de desintegración. "Angela me llamó la atención por su forma de ser abierta, amable y natural”, recuerda su primer marido, Ulrich Merkel. La canciller gusta mucho de viajar. En la foto, en una estadía en Praga.
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Cambio de vida
“Un día empacó sus cosas y se fue de la habitación en la que vivíamos, de 10 metros cuadrados”, cuenta Ulrich Merkel. “Ella se llevó el lavarropas; yo me quedé con los muebles”. Años más tarde, Angela Merkel comienza su actividad en la política en la CDU. Un nuevo hombre entra en su vida política: Helmut Kohl, su mentor.
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Contra viento y marea
De la mano de Kohl, alguna vez llamado "el canciller eterno", Merkel asciende en su carrera política: en 1990 se convierte en diputada del Parlamento alemán. Kohl la nombra ministra de Mujer y Familia. Cuatro años más tarde será ministra de Medio Ambiente en el gabinete de Kohl, responsable de la seguridad nuclear. Merkel podría estar más tiempo como canciller que Kohl, que estuvo 16 años.
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La ganadora
Wolfgang Schäuble, que presidía la CDU, la propone como secretaria general del partido en 1998. Dos años más tarde ya es ella la jefa del partido. En 2005 gana las elecciones con la CDU y es la primera canciller alemana, muy a pesar de Gerhard Schröder, que hubiera querido seguir en el cargo. Bajo el mando de Merkel, la CDU toma un giro hacia el centro y se vuelve menos conservadora.
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Su segundo marido
Angela Merkel se casó con su segundo esposo, Joachim Sauer, en 1998, antes de su ascenso en la política. Sauer es profesor de Química y tiene dos hijos de su primer matrimonio. Se lo considera poco afecto a aparecer en público.
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Una vida sin lujos
Lo que para otros jefes de Estado es la Casa Blanca o el Elíseo es para el matrimonio Merkel-Sauer su departamento en Berlín. Angela Merkel no vive una vida de lujos. Va al supermercado, como todo el mundo. Y se dice que su esposo cocina para ella.
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El escote de la canciller
Este escote dio mucho que hablar: la canciller se presentó así en la Ópera de Oslo. En la foto, junto al expresidente noruego, Jens Stoltenberg. Angela Merkel es una amante de la música clásica y visita regularmente los Festivales Wagner en Bayreuth.
Imagen: Bjorn Sigurdson/AFP/Getty Images
Emoción futbolística
Angela Merkel estuvo presente durante el Mundial de Fútbol en Brasil y hasta se sacó fotos con jugadores de la selección alemana. Según una encuesta de la cadena ARD, en Alemania un 70 por ciento de la gente estaba muy contenta con su canciller. Pero eso era en 2014...
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"Lo lograremos"
El 31 de agosto de 2015, Merkel pronuncia su célebre frase "Lo lograremos" ("Wir schaffen das"), en cuanto a la llegada de cientos de miles de refugiados a Alemania, en medio de una crisis humanitaria. La frase fue mal recibida en círculos conservadores. En septiembre de 2016, la CDU registró grandes pérdidas en la elección de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Sauer
Crisis entre aliados
Algunas de las críticas más fuertes a Merkel por su política de refugiados provienen de su partido aliado, la CSU de Baviera, dirigida por Horst Seehofer (izq.). Pero incluso en medio de la controversia, el partido bávaro no ve otra alternativa que apoyar a Angela Merkel de cara a las próximas elecciones generales.
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¿Merkel hasta 2021?
Tras mucho hacerse esperar, finalmente el 20 de noviembre de 2016 la canciller anunció que buscará la reelección para gobernar "toda la legislatura" hasta el año 2021. Dijo haber reflexionado mucho sobre el tema, pero que siente la responsabilidad de mantener el mando en tiempos difíciles. Además, manifestó estar feliz de poder devolver a Alemania algo de lo mucho que el país le ha dado a ella.