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Elecciones en España: crisis catapultará a los conservadores al poder

18 de noviembre de 2011

España celebra este domingo elecciones anticipadas. Tras siete años de gobierno socialista, los conservadores del Partido Popular arrasarán en las urnas. El descontento social por el alto desempleo ha obrado el cambio.

El socialista José Luis Rodriguez Zapatero: una desaprovechada "oportunidad de oro".Imagen: AP

Con la certeza del aplastante triunfo de los conservadores del Partido Popular (PP) y numerosas incógnitas aún por despejar. Así amanecerá España el próximo lunes, 21 de noviembre, tras la celebración de elecciones generales anticipadas. Con la mayoría absoluta garantizada según todos los sondeos -el PP aspira a obtener no menos del 45% de los votos-, la atención de la noche electoral del domingo se centrará en conocer el alcance de la debacle de los socialdemócratas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Previsiblemente, el PSOE cosechará sus peores resultados desde 1977, cuando tuvieron lugar las primeras elecciones libres tras la restauración de la democracia.

Un voto de castigo en toda regla, motivado por la pésima situación que atraviesa la economía española: nuevamente estancada y con un 22,6% de desempleo, según los últimos datos de la oficina europea de estadística, Eurostat. Una gran mayoría de españoles, pues, apostarán por el cambio. Muchos de ellos, esperanzados en que la llegada al poder de los conservadores conlleve, como en 1996, el inicio de una época de prosperidad económica.

Entonces, la crisis también había disparado el paro por encima del 20%. Tras catorce años de gobierno socialista, el PP llegó al poder. Entre 1996 y 2004, el país vivió un auténtico milagro económico, impulsado por la actividad del sector inmobiliario y el acceso masivo a la financiación procedente del exterior. Un modelo que el gobierno socialista presidido por José Luis Rodríguez Zapatero mantuvo hasta el estallido de la crisis financiera en 2008. Desde entonces, la situación económica no ha dejado de deteriorarse. Pero, a diferencia de 1996, las recetas de entonces ya no son aplicables en el actual contexto económico internacional.

Las incógnitas del día después

Confiado en su victoria, el candidato del PP a la presidencia, Mariano Rajoy, apenas ha desgranado su programa económico durante la campaña electoral. La creación de empleo es su principal consigna, aunque sin concretar cómo piensa lograrlo. Más incógnitas: tampoco ha avanzado cómo piensa llevar a cabo sus objetivos de austeridad y disciplina fiscal y cumplir, al mismo tiempo, con su promesa de no acometer recortes sociales.

Está por ver también cómo recibirán los mercados al nuevo ejecutivo cambio español. En Grecia e Italia, los recientes cambios de gobierno no parecen haber servido para relajar la presión. También los intereses de los títulos de deuda pública española han vuelto a marcar máximos históricos, mientras se aleja cada vez más el objetivo de cerrar el año con un déficit público del 6%.

Así las cosas, cabe plantear una última incógnita: ¿gozará el nuevo gobierno de libertad de maniobra en materia fiscal y económica o deberá someterse al dictado de los mercados y a la tutela de Bruselas y Berlín? La segunda opción parece la más probable. Hasta ahora, los conservadores del PP apoyaron desde las filas de la oposición todas las reformas reclamadas desde el exterior y que fueron aprobadas por el gobierno socialista. Incluida una polémica reforma de la Constitución para limitar por ley el endeudamiento público.

Autor: Emili Vinagre

Editor: José Ospina-Valencia

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