Durante 19 semanas consecutivas, miles de guatemaltecos se manifestaron en repudio a la corrupción que impera en el país, exigiendo la dimisión del presidente, Otto Pérez Molina, acusado de ser una de las cabecillas de una red de corrupción aduanera conocida como "La Línea". El presidente hizo oídos sordos ante el clamor del pueblo, negándose a dejar el cargo. No obstante, en la semana previa a las elecciones generales los sucesos se precipitaron: después de que el Congreso le retirara la inmunidad a Pérez Molina, este dio a conocer su renuncia. En tanto, el vicepresidente, Alejandro Maldonado Aguirre, ha asumido la presidencia.

"El escándalo de corrupción ha modificado por completo el escenario electoral", asegura Joachim Schlütter, representante de la Fundación Friedrich Ebert en Centroamérica. Desde que se destapara la red de corrupción aduanera, la intención de voto presidencial del partido de Pérez Molina, Partido Patriota (PP), ha bajado del 17 por ciento al 3 por ciento. Annette Schwarzbauer, representante de la Fundación Konrad Adenauer en Guatemala, incluso cree que el PP podría desaparecer tras las elecciones, en las que los ciudadanos están llamados a elegir presidente, vicepresidente, así como diputados y alcaldes municipales.

Programas políticos superficiales

En entrevista con DW, Schlütter afirma que el caso “La Línea” y la protesta social han delegado la campaña electoral a un segundo plano. Aparte de la corrupción, los grandes problemas de Guatemala son la alta desigualdad social, la pobreza, la desnutrición infantil y la carencia de recursos públicos. No obstante, según análisis del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, con excepción de los programas del partido UNE y de la coalición URNG-MAIZ WINAQ, los planes presentados por los demás partidos son superficiales y carecen de una propuesta financiera que permita su cumplimiento.

A tres días de las elecciones, las encuestas señalan como candidatos favoritos a Jimmy Morales (FCN), Manuel Baldizón (LIDER) y Sandra Torres (UNE). Joachim Schlütter explica que el comediante de televisión “Jimmy Morales es la novedad de las elecciones. Paradójicamente capitalizó el descontento por la corrupción y el rechazo a los políticos tradicionales”. Al respecto, Annette Schwarzbauer sostiene que si bien Morales es una cara nueva en el escenario político, su partido no lo es. Ambos expertos coinciden en que LIDER pasará a segunda vuelta, sin embargo aún no está claro quién será su contendiente, Morales o Torres.

“Elecciones son paso indispensable”

Puesto que varios de los candidatos a las elecciones generales están siendo investigados por casos de corrupción y, según informes de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), la mayoría de los partidos han recibido financiamiento ilícito, Schwarzbauer no cree que “las elecciones traerán el gran cambio”. Sin embargo, está convencida de que son necesarias para respetar la Ley y guardar la institucionalidad guatemalteca.

Las elecciones “son un paso indispensable para avanzar hacia reformas políticas de fondo”, dice, por su parte, Schlütter. “El próximo Gobierno asumirá en condiciones de falta de legitimidad, una fuerte vigilancia ciudadana, con un Congreso fragmentado. Esta situación de debilidad puede posibilitar que la sociedad civil empuje las reformas políticas de fondo que el país necesita”, añade.

Y, ¿qué consecuencias tiene la dimisión de Otto Pérez Molina para las elecciones? Schwarzbauer asegura que el desafuero del expresidente ha tenido un efecto positivo sobre las votaciones, porque demuestra que finalmente sí existen límites para el Congreso y que la democracia sigue viva en el país centroamericano. No obstante, también señala que la mayoría de los diputados probablemente votó a favor de retirarle la inmunidad a Pérez Molina para asegurar su propia reelección este seis de septiembre.