Los holandeses eligen este miércoles un nuevo parlamento. La disputa con Turquía ha revivido la campaña. La controversia que le puede servir tanto al ultraderechista Wilders y como al liberal primer ministro Rutte.
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Mark Rutte pudo demostrarle a Turquía quién es el que manda en Holanda. "Tenemos una línea roja", dijo, refiriéndose al veto impuesto a los políticos turcos de hacer campaña política en Holanda. Es más, el primer ministro aclaró que las 400.000 personas de origen turco son "ciudadanos holandeses", y no de Turquía, como había reclamado Ankara. Pero siempre enfatizó: "No nos dejamos chantajear". Su Partido Popular para la Libertad y la Democracia (VVD) lidera las encuestas con 16% y puede convertirse en la mayor fracción del fragmentado Parlamento holandés.
Pero Rutte ha tenido otros éxitos como jefe de Gobierno: sacó al país de una crisis económica. La economía está creciendo a 2%, la tasa de desempleo es baja, un 5%. Holanda está bien. Aún así, Rutter es enormemente impopular, debido a que no ha podido cumplir con los beneficios sociales prometidos en su campaña anterior.
Geert Wilders viene por la derecha…
Wilders, el oponente de la ultraderecha, con su Partido por la Libertad (PVV) está a solo tres puntos porcentuales detrás de Rutta. El éxito de Geert Wilders ha sido su descomunal presencia en los medios internacionales que lo retratan, investigan sus oscuras fuentes financieras y muestran los pasos de su radicalización. Wilders es presentado como el populista que quiere promover la salida de Holanda de la UE.
La verdad es que el 87% de los holandeses rechazan a este ultraderechista. Esto no le alcanzará ni para asumir el Gobierno en La Haya ni para impulsar un movimiento anti-europeísta. Wilders, el populista de extrema derecha, es, sobre todo, un evento de los medios de comunicación.
Al menos cuatro socios de la coalición
Hay seis partidos que pueden esperar un porcentaje de votos, de al menos, dos dígitos. Para la formación de un gobierno se necesitan unos cuatro de ellos, y nadie quiere hacer coalición con el de Wilders.
Con 11% en las encuestas, uno de los grandes éxitos de esta elección será sin duda el fuerte ascenso del partido Groen-Links, Los Verdes/Izquierda con su nuevo líder, Jesse Klaver. Klaver se parece en mucho al canadiense Justin Trudeau.
Klaver tiene raíces holandesas, marroquíes e indonesias y es considerado un prodigio político: su mensaje de esperanza y coexistencia pacífica a la Obama cautiva a muchos jóvenes. Klaver promueve un país cosmopolita y pro-europeo, en contra de lo que propaga Wilders, que según Klaver, "daña la imagen de Holanda en el mundo civilizado”.
¿Un país europeo modelo?
En los Países Bajos hay elecciones. Justamente en el país que es valorado por su postura liberal y donde la economía está en pleno auge, el partido populista podría convertirse en el partido más fuerte.
Imagen: NBTC Holland Marketing
¿Un país europeo modelo?
Holanda, miembro fundador de la Comunidad Económica Europea -hoy convertida en la UE-, es un país próspero: tiene un estable crecimiento económico y un presupuesto equilibrado. Tiene también una baja tasa de desempleo y es conocido por su buen clima social. Pero justamente aquí, los populistas tienen buenas posibiliaddes de ganar las elecciones. ¿Por qué?
Imagen: NBTC Holland Marketing
El gran simplista
En un mundo globalizado, los problemas económicos y políticos son complejos. Mucha gente se siente desbordada. Es la oportunidad para los populistas. En los Países Bajos, Geert Wilders, con su “Partido por la Libertad” (PVV), podría convencer los votantes con sus respuestas simplistas a cuestiones difíciles.
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Promesas rotas
El jefe de gobierno, Mark Rutte, llegó al poder con la promesa de velar por la recuperación económica y un aumento del bienestar. Y lo ha llevado acabo: los datos económicos son positivos. Pero el problema es que muchos neerlandeses de la clase media y baja no lo perciben. Hoy en día, su situación no es mejor que hace cinco años.
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Pérdida de confianza
Por ejemplo, Rutte prometiió que no gastaría más dinero para aliviar las deudas de otros paises. Pero poco después de asumir el mando, el gobierno aprobó el paquete de ayuda para Grecia. Y la pérdida de confianza comenzó a manifestarse. Sucesivamente el gobierno aumentó la edad de jubilación y redujo las prestaciones sociales.
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¿Quién se beneficia del “boom”? ¡Nosotros, no! (4)
Al poco tiempo, los holandeses se dieron cuenta de que eran ellos mismos los que pagaban por la recuperación económica. Tuvieron que aceptar reducciones del subsidio de desempleo y ahorrar en el sector de la previsión de salud. Aunque la cifra de desempleo bajó, muchos neerlandeses ya no ganan suficiente para mantener su nivel de vida.
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"El bote está lleno"
En estas circunstancias, surgen tendencias nacionalistas recurren – también en Holanda, aunque es conocido por ser uno de los países más liberales. También los neerlandeses reaccionan contra la acogida de refugiados. Estos aspectos le facilitan el trabajo al populista Geert Wilders.
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Miedo a los extranjeros
Geert Wilders fija la atención en los extranjeros, sobre todo en los musulmanes. Casi no hay ocasión en que no advierta de una “islamización” del país. Al igual que Donald Trump responsabiliza de los males de Estados Unidos a los mexicanos, Geert Wilders culpa de todo a los marroquíes.
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"¡No aquí!"
Hay mucha gente que ya no quiere ver mezquitas en Europa. Otra reacción que Wilders utiliza a su favor. Reclama una prohibición de las mezquitas en todo el país. Él polemiza contra la "ideología islámica", critica el euro y pone a la EU en duda. Además promete a los votantes una mejora en el cuidado de los ancianos y un aumento de las pensiones.
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"¡Tenemos que protegernos!"
Por lo visto, Wilders puede ganar puntos a causa del descontento y la inseguridad. Pero, hasta ahora los partidos extremistas rara vez han podido traducir sus buenos resultados de las encuestas en votos en Holanda.